VIDEO: En medio de la cuarentena, Rebeca da clases a 32 alumnos a través de internet

Rebeca está convencida que lo importante es que los alumnos no interrumpan su proceso de aprendizaje. Ella cree que debería apostarse a implementar clases virtuales no solo en niveles académicos superiores.

Para no frenar los procesos de aprendizaje, muchas instituciones han decidido seguir dando formación educativa a través de plataformas digitales, tal es el caso de Rebeca, una maestra de primaria que sigue reforzando a sus alumnos todos los días.

Por Noé Argueta

2020-03-20 8:50:35

“Buenos días, chicos, ¿están listos para iniciar la clase?”, pregunta a sus estudiantes, Rebeca López, una maestra de 26 años que imparte gramática e historia a tercer y quinto grado en San Salvador. “¡Sí!”, responden los 32 alumnos que han asistido a su clase.

Rebeca se encuentra en su casa, en la colonia Altavista, del municipio de Ilopango. Su alumnos están, cada uno en su hogar, en diferentes puntos de San Salvador. Ella y sus estudiantes están conectados a través de la pantalla de una computadora o un teléfono celular.

Desde que el gobierno salvadoreño tomó la decisión de suspender las actividades escolares a causa de la emergencia por el Covid-19, la principal preocupación de muchos docentes e instituciones ha sido cómo evitar que los procesos de aprendizaje se vean afectados por la medida, especialmente en los primeros niveles educativos.

“El objetivo es que los niños no interrumpan su proceso de aprendizaje”, expresa Rebeca, quien desde el miércoles 19 comenzó a impartir sus clases a través de videollamadas, utilizando la plataforma “Zoom”.

Durante al rededor de dos horas, ella y los 32 jóvenes sustituyen las cuatro paredes de un salón de clases por presentaciones virtuales, audios, videos y otros recursos.

Puntuales y atentos, los estudiantes obedecen las indicaciones de rebeca y se mantienen conectados durante toda la clase. Responden a sus preguntas, interactuan con ella, pareciera que las clases hubiesen sido así siempre.

Rebeca está convencida que para los estudiantes de generaciones recientes, este cambio de entorno educativo no representa una dificultad20 mayor y sí abre toda una gama de oportunidades y procesos de enseñanza que ya son normales en otras partes del mundo, pero que El Salvador se ha resistido en adoptar.

“Tuvo que surgir una emergencia para que todos comenzaran a pensar en este método”, señala y hace énfasis en la importancia que este tipo de prácticas no se limiten a instituciones privadas o de niveles educativos superiores, como las universidades, sino que sea accesible para toda la comunidad académica nacional y más aún en la educación pública.

“El internet ahora es una herramienta necesaria en el proceso educativo”, opina Rebeca, “y esta es una generación de tecnología”, agrega la docente. Ella está convencida que para los estudiantes es más sencillo adoptar estos “nuevos métodos” que para generaciones pasadas. “No se les hace extraño recibir la clase a través de una pantalla. Se les hace tan normal como una clase presencial”, expresa.

Necesidad de Capacitación

Rebeca considera que el primer paso para desarrollar esta práctica educativa es la capacitación. Confiesa que, a todos los maestros del colegio en donde trabaja, los capacitaron previo a comenzar con la dinámica y está segura que ese es el camino a seguir pues no se trata únicamente de realizar y hacer una conexión sin el conocimiento previo de las implicaciones.

Para sus clases, que serán diarias durante el período decretado de cuarentena, Rebeca no solo utilizará herramientas o formatos como la imagen, el audio y el video. También ha debido modificar sus técnicas de interacción y su metodología de enseñanza. Incluso su forma de transmitir los mensajes y los puntos importantes de un tema o asignatura han tenido que modificarse para conseguir que los estudiantes reciban la información de manera adecuada. Para ello, la docente hace hincapié en que es fundamental la conversación y el apoyo con toda la comunidad docente de las instituciones que implementan el método pero, sobre todo, es vital la participación de los padres de familia.

Son ellos quienes, durante esta emergencia, deben estar pendientes que los niños estén atentos a asistir y recibir sus clases durante los horarios establecidos. Deben procurar que los jóvenes estén en un lugar adecuado para participar de la clase, que no haya interrupciones ni distracciones y que se les explique que no se trata de un juego sino que de una clase como cualquier otra.

Esto al menos en lo que los estudiantes se adaptan al proceso. Ella aclara que la dinámica está enfocada en no cortar el recorrido educativo que los jóvenes ya traían desde inicio de año. “Aunque están en sus casas, los alumnos tienen muchas ganas de aprender”, concluye Rebeca.