Diez parientes y 45 minutos de tiempo con el féretro, es con lo que se conformó la familia de Luis Iván Jiménez, de 19 años, para despedirlo ayer por la tarde en una funeraria particular en San Salvador.
Luego, los dolientes se retiraron de la funeraria y el cadáver del joven, iba a ser enterrado en un cementerio sin la presencia de los familiares y bajo estrictas normas de salud, a pesar que, Iván no murió por el COVID-19, sino, por la violencia.
“Es duro enterrar a alguien así. Uno quiere ser consolado con las demás personas y no poder, hace más difícil la situación que estamos pasando”, expresó un pariente del joven.
Iván desapareció la mañana del sábado pasado en la colonia Zacamil de Mejicanos. El joven salió en el vehículo de un amigo a concretizar un negocio, pero ya no regresó a su casa, según familiares.
Habían transcurrido más 24 horas cuando el cadáver de Luis Iván y el de una mujer fueron encontrados este mediodía en el vehículo en el que salió de su casa. La joven aún no ha sido identificada, según fuentes policiales.
El hallazgo de los cuerpos se produjo en la carretera de Usulután a Mercedes Umaña.
Su familia dice que el joven era muy servicial y no tenía problemas con las personas y que al parecer su asesinato no era para él sino para otra persona.
Era estudiante de segundo año de bachillerato en la Zacamil y eras muy solidario con sus vecinos.