INFOGRAFÍA: Los jóvenes son los que más desaparecen en El Salvador. ¿En qué municipios?

El 60 por ciento de las 11,959 personas que desaparecieron en los últimos seis años, tenían entre 12 y 30 años. Más de 1,400 eran estudiantes, según datos de la Policía.

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Más de cuatro casos de desaparecidos por día son reportados en El Salvador, según datos de la Fiscalía. Foto EDH / archivo

Por David Marroquín

2020-01-13 6:00:20

Nueve personas desaparecieron por día en El Salvador. Ese es el promedio de desaparecidos con el que cerró el año recién pasado, en el que se reportó 3,202 personas extraviadas, según los registros de la Fiscalía General. La cifra de estos casos superó a las personas asesinadas el año pasado, que cerró con 2,390 homicidios,

Lo que preocupa a las autoridades es que la mayoría de los desaparecidos son menores y jóvenes que tenían entre 12 y 30 años.

Un informe de la Unidad de Acceso a la Información Pública de la Policía detalla que 11,959 personas fueron reportadas como desaparecidas entre el 1 de enero de 2014 al 31 de octubre de 2019.

 

De ese total, 7,269 víctimas eran menores y jóvenes de entre 12 y 30 años, lo que representa el 60 por ciento del total reportado en los últimos seis años.

Otras 1,717 víctimas estaban en el rango de edad de los 31 y 40 años; mientras 1,029 con edades entre 41 a 50 años. El registro también incluye 985 casos en los que las víctimas tenían más de 51 años y 407 niños con menos de un año a 11 años.

¿Dónde desaparecen? De los 262 municipios del país, 259 registran al menos un aviso de este tipo, es decir, casi todo el país enfrenta el problema, según el informe.

La ciudad capital, San Salvador (1,193), Santa Ana (800) y San Miguel (564) son los municipios que encabezan el listado de las ciudades con más denuncias de estos casos.

Enseguida están Soyapango (429), Apopa (395), Santa Tecla (384), Colón (376), Sonsonate (293), Mejicanos (292), San Juan Opico (242) y Cojutepeque (230).

También los municipios de Ciudad Arce, San Martín, Ahuachapán e Izalco que superan las 200 denuncias.
En todos los anteriores municipios existen las mayores concentraciones de pandillas en sus comunidades, según los registros de las autoridades policiales.

 

Esa presencia de pandillas es muchas veces relacionada, por las mismas autoridades, con el fenómeno de las desapariciones.

Hay otros diez municipios que reportaron entre 129 y 171 avisos de extraviados. Además, en 115 municipios se recibió entre 11 y 98 denuncias y 62 municipios entre dos y diez reportes, según el informe de la Policía.

Y hay municipios en los que no son tan afectados con este problema. Las cifras dan cuenta de 15 municipios que registran una sola denuncia en los últimos seis años.

De acuerdo al informe de la Oficina de Acceso a la Información Pública de la Policía, 2018 se convirtió en el año con más denuncias de desaparecidos (2,457) seguido del año recién finalizado 2019, pero solo contabilizados hasta octubre (2,023).

La Policía registró 2,070 en 2014 y 1,979 en 2015, que es el año más violento después de los acuerdos de paz. En 2016 hubo 1,778 avisos, pero en 2017 se redujo a 1,672.

Policía sin registros de personas halladas con vida y sin vida

En el informe se reconoce que la corporación policial no posee registros de las personas reportadas como desaparecidas entre los años 2014 y 2017 y luego aparecieron con vida.

En 2018 sí tiene registro de que aparecieron 837 personas y de enero a octubre de 2019 se reportaron 850.
La Policía tampoco registra la cantidad de las personas desaparecidas que fueron halladas sin vida, entre los años 2014 y 2017. Pero en 2018, las autoridades recuperaron los restos de 142 personas desaparecidas y 104 en los diez meses de 2019.

La Policía también carece de registros de quienes aún se encuentran desaparecidos entre los años 2014 y 2017, solo tienen datos de los años 2018 (1,478) y 2019 (1,069) que totalizan 2,547 en los dos años.
Estudiantes son los más vulnerables

El informe de los seis años detalla que 1,466 desaparecidos eran estudiantes, pero hay 6,826 casos en los que no se determina la profesión, ocupación u oficio de las víctimas, lo que significa un 57 por ciento del total.

El informe también revela que 694 de los casos eran jornaleros, 639 se dedicaban a los oficios domésticos, 578 eran empleados, 217 comerciantes, 203 agricultores, 165 vendedores, 127 personas que no tienen ninguna profesión.
Otras 121 personas estaban desempleadas cuando desaparecieron o fueron desaparecidas; 107 eran albañiles, 105 personas tenían distintos oficios y 100 eran motoristas.

En este universo de desaparecidos en los últimos seis años también hay miembros de las fuerzas de seguridad y profesionales. En este grupo se tiene a 19 vigilantes privados, 18 policías, 18 panaderos, 14 profesores, 12 militares, siete abogados, seis contadores públicos, tres empresarios, dos alcaldes, un doctor, un cantante, un sacerdote y un periodista entre otros.

Fiscalía General prioriza investigación de los desaparecidos

El problema de los desaparecidos que viene superando a la cifra de homicidios llevó al Fiscal General, Raúl Melara, a crear la Unidad Especializada de Búsqueda de Desaparecidos en conjunto con la Policía. “La creación de esta unidad especializada refleja la importancia que esta administración le está dando a ese tema porque nuestra prioridad es salvar vidas”, expresó Melara.

Agregó que “es un tema que se ha visibilizado en esta administración, porque es una realidad que ha estado como escondida y no se ha querido hablar de ella, de la magnitud que esto ha tenido en la gente”.
Consideró que “es una realidad que viven más personas de lo que nosotros creemos que son víctimas de ello”.

Más de un año sin rastros de la familia Consuegra Hernández

Ha transcurrido un año con 41 días desde que cuatro integrantes de la familia Consuegra Hernández fueron plagiados y desaparecidos y las autoridades policiales y fiscales no tienen ningún rastro de su paradero. Las víctimas, tres de ellos adultos mayores, fueron sacados de sus casas, la madrugada del 24 de noviembre de 2018. Estas se encuentran situadas en el cantón El Pezote de El Congo, Santa Ana. Esa madrugada, varios hombres con gorros pasamontañas sacaron de sus casas a cinco miembros de esa familia y se los llevaron en un pick up.

Horas después, uno de los plagiados apareció muerto en la carretera Panamericana, en el sector de La Joya de Coatepeque. Aparentemente se lanzó del pick up para escapar y avisar a la Policía, pero lamentablemente murió a raíz de los golpes recibidos por la caída. Otros de sus familiares dijeron que se trataba de José Consuegra Hernández, de 40 años, quien junto a sus padres y otros parientes habían sido raptados.

Los integrantes de la familia Consuegra Hernández que siguen desaparecidos son: Santos Matea Hernández, de 87 años; Aracely Consuegra Hernández, de 47; José Armando Consuegra, de 65; y Pedro Luis Consuegra Hernández, de 63.

Las autoridades policiales y fiscales dijeron que las investigaciones siguen, pero hasta el momento no se tiene información de lo que ha sido de ellos.

Días después del hecho, el entonces director de la Policía, Howard Cotto, reveló que el desaparecimiento de la familia Consuegra se habría derivado por la captura de un cabecilla de pandilla que participó en el asesinato de otro miembro de ese grupo familiar. “Hay un individuo que había participado en el homicidio de un joven familiar de este grupo de personas y hacía pocos días nosotros habíamos desarrollado una operación donde el cabecilla de ese sector fue capturado no solo por ese asesinato, sino que por otros más”, dijo Cotto.

“Me estoy resignando a saber que lo perdí”, expresa la madre de joven extraviado

Un año ha pasado desde que el joven Andrés Eduardo Miranda Hernández, de 18 años, desapareció en pleno centro de Cojutepeque, Cuscatlán.

Andres Eduardo estudiaba bachillerato en Salud, además de practicar fútbol y danza moderna. “Lamentable nadie dice nada. Todo un misterio y yo muriendo lentamente… Esto no se le desea a nadie”, resume su dolor la madre del joven.

“La gente solo habla, pero nada en concreto. Me dicen que lo ven, pero no me dicen a dónde. Los fiscales igual, desde julio pasado, creo, ni siquiera me llaman, mucho menos averiguan nada”, agregó la progenitora.

Como madre dice que ha sido un año muy doloroso por no saber de su hijo. “Me estoy resignando a saber que lo perdí… Solo quisiera saber a dónde me lo dejaron para poder enterrarlo como se debe… Yo estoy dejando a Dios la justicia, la terrenal es imposible, ya que de Dios nadie se burlará. Todos los días oramos por él y por todos los desaparecidos. Esto no ha terminado”, asegura.

Ella no cree que su hijo haya tomado una decisión de irse por su propia voluntad de la casa porque “era un chico de pedir permiso, de besos, abrazos de buenas noches, de conquistar novias a la antigua… muy cariñoso, excelente hijo”.