Los Astros están fuera de línea. Se encuentran abajo 0-2 en la serie de las finales de las Grandes Ligas y visitarán la casa de los Nationals de Washington a partir de hoy. Si quieren ser campeones, deberán de ganar ahí sí o sí al menos 2 de los 3 juegos consecutivos que están programados ahí, más otro par cuando regresen a su hogar.
Sin embargo, menos de un 20% de los equipos que han estado en desventaja de 0-2 en playoffs en la MLB han regresado victoriosos. Y se ve más cerca una barrida que una remontada, sobre todo por la imagen del partido pasado, el miércoles, cuando perdieron por paliza de 12-3, la mayor desventaja en un juego de Serie Mundial desde 2011, cuando los Cardinals le ganaron 16-7 a los Rangers.
“Tenemos que mantener las cabezas en alto e ir a Washington a ganar partidos. Tenemos que ir con la mente de juego por juego y tratar de ganar cada uno”, dijo el puertorriqueño Carlos Correa, de los Astros.
Antes de que iniciara esta serie, los de Houston eran los amplios favoritos, pero enfrente tienen a unos Nationals inspirados, que superaron la fase de comodín, luego dejaron en el camino a otro de los favoritos, los Dodgers de Los Ángeles, y, finalmente, barrieron a los Cardinals.
Para hoy, además, contarán en la lomita con un gran lanzador, Aníbal Sánchez, que en dos salidas trabajó 12.1 episodios en los que apenas aceptó una carrera limpia y cuatro imparables.
Del otro lado estará Zack Greinke, quien ha tenido una postemporada lamentable con tres aperturas en las que le conectaron 15 veces al bate y le metieron 10 carreras limpias en 14 entradas
Ahora bien, es un pitcher experimentado con más de 200 juegos ganados en su carrera, y la esperanza de Houston es que hoy sí se alineen los Astros para que tenga un gran partido, y para que sus compañeros respondan a la hora de batear.
En 1996, los Yankees de New York remontaron un 0-2 en contra tras caer en sus dos primeros juegos en la Gran Manzana. Luego, ganaron 4 partidos al hilo (3 de visita) para coronarse por sobre los Braves de Atlanta.