Lazos que unen, lazos más cercanos: sobre la historia y la literatura del sur

“Ahora, hay algunas personas que, si no saben, no se les puede decir”. (“Now, there’s some folks that, if they don’t know, you can’t tell’em)”. Dicho sureño de Estados Unidos citado en la novela All the King’s Men (1946), de Robert Penn Warren.

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Famosa imagen, ???Migrant Mother??? (1936), de la fotógrafa Dorothea Lange, que muestra la pobreza de los cosechadores de California. / Foto Por archivo EDH

Por Katherine Miller, Doctorado en Estudios Medievales y Renacentistas de UCLA.

2019-06-23 4:30:04

Consideremos, por un momento, un período, parecido al nuestro, en el que la falta de inversión para el funcionamiento del comercio, la de trabajo, el hambre de las familias y otros problemas sociales afectaron no solo a los EE.UU., si no que al mundo entero. Es el período que denominamos la Gran Depresión, que comenzó mucho antes de la caída de la Bolsa de Valores de Wall Street, en Nueva York, en 1929, el quiebre financiero desastroso que, usualmente, es señalado como su comienzo.

Uno de los espejos en el que podemos visualizar este fenómeno es en la literatura del Sur de Estados Unidos, rica en cuadros dibujados en palabras, que, como toda Europa y el mundo entero, sufrió el impacto de la Gran Depresión. Es con la literatura sureña de este período que propongo trazar los lazos más cercanos entre Estados Unidos y Centroamérica.

¿Por qué el Sur? Se ha escogido, como tema, el Sur de EE.UU. durante la Gran Depresión y el New Deal (el Nuevo Trato) porque la sabiduría cultural de esta región es tan legendaria como la visión y los dichos culturales salvadoreños. Hay una resonancia entre estas dos culturas, y una relación especial que se ha desarrollado históricamente entre estos dos lugares. Hasta se ha dicho que el Sur, con su cultura tan distinta de la región del Norte, es “otro país” (another country), en las palabras del escritor estadounidense James Baldwin.

Es que los anhelos y los mitos sumergidos en el subconsciente aparecen en el espejo enterrado de la literatura del Sur. Un ejemplo: hay un refrán que no desaparece, expresado en las palabras “The south will rise again” (el Sur surgirá otra vez) después de la Guerra Civil en EE.UU. La vida, principalmente en el campo, en estas áreas rurales, se ha dedicado por siglos y hasta hoy a la agricultura. Vamos a abrir una ventana entre el sur de los EE.UU. durante la Gran Depresión y la apariencia del New Deal que puede reconocerse como familiar.

Pero nunca debemos olvidar el trasfondo internacional de ese momento. En Europa, las deudas de guerra después de la Primera Guerra Mundial incluyeron fuertes y pesadas reparaciones impuestas por el Tratado de Paz exigido por los Aliados, firmado en el Salón de los Espejos en el Palacio de Versalles, en 1918, nueve años antes del período de la Gran Depresión que causó una cruel hambruna y desempleo casi completo entre las poblaciones europeas, como antesala del hundimiento financiero y humano subsiguientes. Los resentimientos no se expresaron abiertamente hasta que comenzó la Segunda Guerra Mundial, en 1939, bajo la lógica de que “la guerra es buen negocio”. Mientras tanto, las economías del mundo cargaban con el peso de la destrucción de la guerra hasta el rearme para la siguiente.

La presa de Watts Bar sobre el río Tennessee fue construida a comienzos de la década de 1940, como parte de la empresa eléctrica Tennessee Valley Authority. Foto archivo EDH

Este período fue documentado en la literatura europea por escritores como, por ejemplo, Robert Musil en El hombre sin atributos, Thomas Mann en La montaña mágica, Rudyard Kipling en sus poemas, y Rainer María Remarque en sus dos novelas, Flotsam y Jetsam. Estas dos palabras en inglés —flotsam y jetsam— significan aquello que se pierde en el naufragio de un barco y flota sobre el mar, a la deriva y perdido, como los refugiados de guerra y las personas desplazadas de sus propios países, ya destruidos.

En Estados Unidos, hay autores, en especial en el Sur, que nos presentan reflejos vívidos de este período. Aquí tenemos casos relevantes como el del periodista H.L. Mencken, Katherine Anne Porter, Eudora Welty, John Steinbeck, Robert Penn Warren, Carson McCullers, Lilian Hellman y muchos más. Delimitamos el flujo enorme desde el Sur de EE.UU. a estos representantes para probar el sabor de sus impresiones de la Gran Depresión, el New Deal y la vida entre las décadas de 1930 a 1950.

Se ha mencionado el New Deal que fue implementado por Franklin Delano Roosevelt y los intelectuales académicos de su gabinete (conocido como el “Brain Trust”) en 1933 y posteriormente en sus tres periodos de administraciones gubernamentales, durante la Gran Depresión y antes de la Segunda Guerra Mundial.

El New Deal consistió en la ejecución de una serie de obras públicas para los EE.UU. en los que Roosevelt, como presidente, ordenó que se otorgara al pueblo americano alimentación y trabajo con sueldos pagados directamente por el gobierno federal. El New Deal incluyó, también, proyectos para la industrialización de la nación como la construcción de represas hidroeléctricas bajo el programa del Tennessee Valley Authority (TVA), carreteras y otros proyectos para restablecer el nivel de vida del pueblo. Su objetivo era la recuperación de la economía de los EE.UU. para que, por medio del comercio, principalmente con Europa y el mundo Atlántico, pudieran sobrevivir y prosperar. Estos proyectos y los sueldos de millones de personas fueron financiados, como se dijo antes, por el gobierno federal en Washington, D.C., a las órdenes del presidente Franklin Delano Roosevelt y su gabinete.

Hablando de ironías y contradicciones de los movimientos sociales surgidos de la Gran Depresión, el New Deal fue muy controversial. Denunciado por la derecha política en los EE.UU. como una especie de socialismo, y, por la izquierda, como una suerte de fascismo. Al inicio de los programas del New Deal, en 1944, Roosevelt respondió de la siguiente manera:
“No voy a evitar la ruta clara del deber que me confronta. Pediré al Congreso el único instrumento que queda para llevar una guerra contra la emergencia (provocada por la Gran Depresión y la pobreza), un instrumento tan grande como el poder que me darían si, de hecho, fuéramos invadidos por un enemigo extranjero”.

El periodista del Sur, H.L. Mencken, también comentador político y novelista, describió el Sur en su famoso ensayo The Sahara of the Bozarts (El desierto Sahara de las “beaux arts” (artes finas), en que declara que la expresión cultural del Sur es como un “dragonfly embedded in amber” (una libélula incrustada en ambar). Hay que desenterrarla y despertarla para que vuele.

En la literatura de John Steinbeck, que seguro es muy conocido en El Salvador, en su novela The Grapes of Wrath (Las uvas de la ira), es necesario, no obstante, tener en mente como preámbulo a su lectura, las secuelas de la misma Gran Depresión, en el Sur, de las décadas de los años treinta para entender, por ejemplo, quienes eran los protagonistas de esta novela desolada: los “Okies”, nombre despectivo derivado, como apodo, del estado de Oklahoma usado para referirse a las personas desplazadas y sumamente pobres, los granjeros blancos que huían de la Gran Depresión desde Oklahoma y las zonas aledañas, hacia el sueño californiano de conseguir trabajo en la cosecha de naranjas.

Carson McCullers, Eudora Welty y Jean Toomer. Fotos cortesía

Otro ejemplo es Katherine Anne Porter, sureña, escritora clásica, elegante y profunda, quien en su colección de tres novelas cortas con el título Pale Horse, Pale Rider (Pálido caballo, Pálido jinete) representa la muerte que vendrá con el Apocalipsis en la Biblia, pero que existe ahora en la tierra. Describe la vida sureña antes y durante la Primera Guerra Mundial, un período que abarca la Gran Depresión y el New Deal. Porter lamenta, en sus páginas, el surgimiento de la industrialización y urbanización del Sur producto del New Deal.

Hay muchos escritores negros durante el mismo período, como Zora Neale Hurston con Their Eyes were Watching God (Sus Ojos estaban mirando a Dios), James Weldon Johnson en su obra God’s Trombones (Los trombones de Dios), Countee Cullen, W.E.B. Dubois y muchos más, quienes escribieron sobre la vida de los pueblos del Sur, sin nada, durante la Gran Depresión y que recibieron ayuda financiera del New Deal para que pudieran dedicarse a escribir y publicar sus obras.

En este contexto hay que destacar la novela de Jean Toomer, Cane (1923), una colección de bosquejos de la vida de los negros en las áreas rurales del Sur, en el estado de Georgia, quienes viajan, como personas desplazadas, a trabajar en la ciudad de Nueva York durante la Gran Depresión.

Katharine Anne Porter, Robert Penn Warren, Zora Neale Hurston. Fotos cortesía

Estos escritores, con la ayuda de las bibliotecarias quienes les dieron de comer y les permitieron dormir en los sótanos de las bibliotecas públicas de Nueva York durante los inviernos con nieve, estas personas, digo, formaron el Renacimiento de Harlem. Muchos de ellos encontraron ayuda y trabajo en los programas del New Deal, por ejemplo, en el Works Progress Administration (WPA).

A su manera, en esencia sureña, mística y surrealista, Toomer dibuja las manifestaciones del racismo y la violencia en el Sur, junto con los anhelos de una vida mejor en el Norte. Consideremos la cruda y rítmica metáfora de su cuento Blood Burning Moon (La Luna que arde con sangre):
Red nigger moon. Sinner!
Blood-burning moon. Sinner!
Come out that fac’try door.

O, consideremos el lirismo y canto bellísimo de Karintha, una joven negra adolescente y el refrán que capta el sentido místico y religioso de los negros de Georgia:
Smoke, rise up upon the hills… Oh, Fly away to Jesus. (Humo, surge a las colinas… Ah, vuela a Jesús).

Eudora Welty, otra escritora quien trabajó en el Works Progress Administration, eventualmente ganó el Premio Pulitzer y escribió, en su obra Una cortina verde, finas y elegantes representaciones de la aldea donde nació en el estado de Mississippi, en Delta County, donde fluye el río Mississippi hacia su delta. En sus escritos, Welty capta la sencillez y lo complejo de la conciencia histórica de los pobres sureños de este estado.

Robert Penn Warren nos presenta en sus escritos a Willie Stark, en este roman à clef alusivo al político populista, históricamente verídico, al senador Huey P. Long, conocido como “The Kingfish” (especie de ave del río muy agresiva).
Por esta novela, All the King’s Men (Todos los Hombres del Rey (1946), y otras, ganó tres veces el Premio Pulitzer. Es una novela sumamente política sobre los tiempos de Roosevelt, el New Deal y la política de las elecciones del estado de Louisiana, estado en que, en aquellos tiempos, los votantes eran los más pobres de los pobres, que muchos llamaron “poor white trash” (la pobre basura blanca) o “hicks”, otro nombre de insulto para los blancos pobres parceleros.

Willie Stark (léase, Huey Long) era el candidato político que representaba a la “poor white trash” del estado de Louisiana, y la novela muestra las ironías de cómo este político que comienza luchando por los pobres y contra la corrupción termina involucrado en la corrupción misma en los tiempos del New Deal. En la vida real e histórica, Huey Long era tan exitoso por el número de votos que le daban las masas de habitantes pobres del Sur que hasta provocó la envidia de Roosevelt por su popularidad entre los sureños pobres. Es que el presidente del New Deal temía que pudiera, potencialmente, amenazar, como candidato, su reelección para la presidencia misma.

Carson McCullers era una mujer sureña y la más moderna en este escenario literario. Escribe y publica, en la década de los cincuenta, novelas escritas en un estilo antiséptico, puro y claro. Utilizó la pluma como bisturí en el desmembramiento de la psicología de personajes grotescos en varias esferas del Sur durante la Guerra Fría, después de la muerte de Roosevelt y el inicio del Plan Marshall en Europa, es decir, después de la Gran Depresión, el New Deal y la Segunda Guerra Mundial.
Su novela Reflections in a Golden Eye (Reflejos en un ojo dorado), por ejemplo, es una obra que nos lleva al mundo asfixiante de las instalaciones militares en el Sur y presenta las relaciones personales distorsionadas por la vida de las familias en estos campamentos militares.

Lillian Hellman, la más sofisticada del grupo de escritores bajo discusión —a la par con Robert Penn Warren—, era una activista social y dramaturga de los años cuarenta y cincuenta. Sus memoirs contemplan la vida política y moral de estos tiempos, presentados en su obra Scoundrel Time (Tiempo de sinvergüenzas), que tiene como tema la época del macartismo durante los años cincuenta y el funcionamiento del House Un-American Activities Committee (HUAC), Comité de la Casa de Representantes sobre Actividades Anti-americanas. Su sentido de justicia y su ironía pujante se manifestaron cuando es citada para presentar testimonio de sus propias luchas sociales y para revelar los nombres de otras activistas. Se niega a hacerlo, y responde: “No voy a cortar mi tela para que corresponda a los estilos y tiempos de sinvergüenzadas.”

Se puede decir que la literatura del Sur que surgió durante estos tiempos refleja con plenitud lo que abarca este período histórico del desarrollo social, cultural, político y legal. Al considerarla, escuchamos las palabras de Franklin Delano Roosevelt, en 1944, durante el pleno auge de la Segunda Guerra Mundial, solamente unas semanas antes del Desembarco en Normandía; palabras de esperanza de hace 75 años que resuenan iguales de verdaderas hoy:
“El comercio es la sangre que da vida en una sociedad libre. Tenemos que estar atentos a que las arterias en que circula la sangre jamás estarán obstaculizadas otra vez”.

Lectura recomendada:

McCullers, Carson.
Reflejos en un ojo dorado (Reflections in a Golden Eye)

Porter, Katherine Anne. Pálida Caballo, Pálido Jinete (Pale Horse, Pale Rider)

Steinbeck, John.
Las Uvas de la Ira (The Grapes of Wrath)

Toomer, Jean.
Cane

Warren, Robert Penn.
Todos los Hombres del Rey (All the King’s Men)

Welty, Eudodra.
Una Cortina Verde (A Green Curtain)

Videos recomendados:

Las pequeñas zorras (basado en la obra dramática de Lillian Hellman).

Reflejos en un ojo dorado (basado en la novela de Carson McCullers).

Todos los hombres del rey (basado en la novela de Robert Penn Warren).

Unforgivable Blackness: the Rise and Fall of Jack Johnson.