La visión de Responsabilidad Social Empresarial de las compañías salvadoreñas ha evolucionado a medida que pasan los años. Sus prácticas ya no solo involucran pintar un muro o sembrar un árbol, sino que ahora trabajan en proyectos que reflejan un impacto social significativo.
Sus programas sociales son hoy parte de su estrategia empresarial, se incluyen dentro de sus presupuestos anuales y se trabaja en metas de cumplimiento.
Estas empresas analizan el entorno, las problemáticas y crean programas que van dando soluciones en áreas de seguridad, educación, cambio climático, salud y empleo, entre otros.
Tomás Regalado, presidente de la Fundación Empresarial para la Acción Social (Fundemas) apuntó que hay un avance sustancial sobre la conciencia de las empresas en la generación de proyectos sociales, ya que ya no se consideran un tema aparte, sino, más bien, un pilar importante dentro de sus objetivos y metas a desarrollar.
Ser socialmente responsable ya no es una opción
Cada vez más empresas, pequeñas, medianas o grandes están desarrollando proyectos sociales alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsados mundialmente por los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Haydée de Trigueros, directora ejecutiva de Fundemás, explica que los líderes empresariales han comprendido que ser socialmente responsable ya no es una opción. Desde la adopción de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible en 2015, que dejó como resultado la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, más empresas comenzaron a desarrollar sus estrategias de desarrollo económico integrando planes de compromiso social.
“En el mundo moderno, no hay otra opción para las empresas de cualquier tamaño en cualquier parte del mundo que adoptar una filosofía de RSE y Sostenibilidad, ya que en la actualidad aquellas empresas que la desarrollan son más valoradas y pueden optar a encadenarse a empresas más grandes, cadenas de valor y mercados más dinámicos”, señaló la directora ejecutiva de Fundemas.
Responsabilidad social
El doceavo ODS habla sobre producción y consumo responsable, lo que significa que no solo es responsabilidad empresarial, sino responsabilidad social, es decir que todos los actores dentro de la sociedad son responsables y también deben aliarse en busca de las soluciones.
“Es importante el trabajo en equipo. El gobierno local, gobierno central, empresa privada, ongs, emprendedores y entre todos tenemos que buscar una solución porque la visión vieja es que si hay un problema, por ejemplo en la zona rural, debe solventarlo el gobierno, ahora ya no es así porque si comprendemos que el problema es de todos, y todos podemos aportar a la solución, ahí es dónde se genera un cambio”, expresa el presidente de la Fundemas.
Regalado explicó que también hay casos complejos pues ya no se trata solo de promover un día de limpieza o de reciclar plástico y metal, sino de temas complicados como migración, de ahorro de energía, de ayudar a poner fin a la pobreza, de género, de igualdad, de crear oportunidades, de paz, de justicia, de proteger a la vida submarina, tal como lo indican varios de los ODS.
Según datos de Fundemas las empresas invierten anualmente alrededor de $600 millones para el apoyo de diversos programas de RSE, pero ya no solo como donación, sino desarrollando proyectos de verdadero impacto social.
“Antes la RSE se entendía como dar dinero, una donación, luego se llegó a una etapa colectiva, en la que las empresas tienen su estrategia económico y además desarrollaban alguna estrategia social, pero ahora el logro es que su estrategia de responsabilidad social integra la estrategia corporativa”, señala Regalado.
En 2014, Fundemás realizó una encuesta en la que se conoció que no solo son las grandes empresas las que se interesan por desarrollar este tipo de proyectos. Este año se dio mayor interés también en dicha práctica, sobre todo por parte de la Pequeña y Mediana Empresa (pymes).
Solo ese año, el sector empresarial invirtió en diferentes proyectos $633 millones. De estos unos $493 millones los aportó la gran empresa y $139 millones fueron de parte de la pequeña empresa.
De acuerdo con la encuesta los fondos se distribuyeron así: desembolsos de dinero un 59.3 %, aporte en tiempo (voluntariado) 10.7 % y aportes en especie el 30.0 %.
Entre 2015 y 2016, cerca de 63.3 % de las empresas destinarían mayor inversión, 32.6 % mantendrían la misma cantidad de fondos y 3.8 % podrían invertir menos fondos.
Los tipos de proyectos en los que se ha venido realizando el mayor aporte en dinero son infraestructura, construcción de obras (como viviendas) e introducción de los servicios básicos en las comunidades, sin embargo en la actualidad muchas empresas le apuestan a proyectos educativos, muchos de estos dentro de sus empresas para el crecimiento profesional de sus colaboradores o para los hijos de ellos; también en las escuelas de sus comunidades cercanas.
La directora ejecutiva dijo que la contribución que hacen las empresas mediante la RSE se vuelve en un factor importante y trascendental para atender, o en algunos casos prevenir, problemáticas como el desempleo, la delincuencia, el rescate de espacios públicos, la prevención de la contaminación y el respeto de los derechos humanos, así como el apoyo para el crecimiento y desarrollo de micros y pequeñas empresas, entre otros, que también replican proyectos sociales y se unen a la cadena de valor de estas empresas comprometidas.