Las cesáreas voluntarias son riesgos innecesarios

Es una cirugía mayor que está indicada solo cuando la madre o el bebé corren algún tipo de peligro, implica el uso de anestesia y como toda intervención quirúrgica puede conllevar peligros. A pesar de todo, su uso indiscriminado se ha disparado en todo el mundo.

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Por Mireya Amaya

2019-07-25 3:59:57

Cuando desde el punto de vista médico está justificada, una cesárea es eficaz para prevenir la morbimortalidad materna y perinatal, indica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, la institución agrega que no están demostrados los beneficios de este tipo de partos para las mujeres o los neonatos en quienes este procedimiento resulta innecesario.

El parto es un proceso fisiológico normal que en la mayoría de los casos no presenta complicaciones. No obstante, algunos estudios muestran que una gran parte de embarazadas sanas son sometidas al menos a una intervención clínica durante el parto. Dichas operaciones en ocasiones son innecesarias y potencialmente dañinas.

Por más de tres décadas, los profesionales de la salud a nivel mundial han considerado que la tasa ideal de cesárea debe oscilar entre el 10% y el 15%. Sin embargo, las alarmas han saltado ante el incremento de los casos sin aparente justificación.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en América el 15% de los nacimientos entre 2006 y 2010 fueron a través de la vía cesárea. El país con el mayor porcentaje fue Brasil con un 50%, seguido de México con 43%. En Centroamérica, El Salvador reportó el más alto valor con 25% y Honduras el más bajo con 13%. Para 2013, Nicaragua obtuvo la tasa más alta de la región con un 34.2%.

En El Salvador, lejos de reducirse, los casos van en aumento. Al menos así lo indica una publicación de octubre de 2018 en el periódico español El País que, basándose en datos de la OMS y la revista médica The Lancet, calcula que un 29.8% de los nacimientos son por medio de cesárea.

Lo preocupante de todo, según la OMS, es que la creciente medicalización de los nacimientos está dañando la capacidad de las mujeres para dar a luz. Por lo mismo, enfatizan que el parto debe ser tratado como un proceso natural, con la madre en el centro de la toma de decisiones y solo debe intervenirse cuando haya complicaciones.

Un proceso natural
En una nota de Efesalud, la enfermera especialista en obstetricia y ginecología, Rosabel Molina Olías, aconseja a todas las embarazadas que si optan por dar a luz a su bebé a través de una cesárea no tomen esta decisión mediatizadas por las preferencias de las mujeres famosas, algunas de las cuales lo hacen para no deteriorar su imagen personal, no sufrir dolor o no dañar sus órganos genitales.

“Por desgracia, muchas mujeres siguen esta tendencia sin tener en cuenta, la mayoría de las veces, que la técnica de la cesárea no es la más idónea para ellas”, subraya la matrona.

En cambio, el parto vaginal de bajo riesgo, es decir, sin enfermedades importantes durante la gestación o sin antecedentes familiares que lo desaconsejen, es un proceso fisiológico, natural, incomparable con una técnica quirúrgica como la cesárea, invasiva y con riesgos.

“Elegir una cesárea por capricho, moda, estética personal o miedo al dolor no es ni lo más indicado ni lo mejor para una mujer”, recalca la experta.

Por su parte el especialista español Txanton Martínez-Astorquiza, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) también está de acuerdo en que los riesgos son mayores si hay un procedimiento quirúrgico de por medio.

“Como dice un lema médico, si algo no está indicado, está contraindicado”, sentencia Martínez en una publicación de El País.

Además, indica que “hay riesgo de adherencias”, las cuales pueden complicar futuros embarazos porque el sistema reproductor queda afectado y “puede dejar secuelas de dolor pélvico e infecciones”.

Por otro lado, el experto destaca que el niño tampoco sale beneficiado. “Pasar por el canal del parto es bueno para que el bebé madure porque se produce un poco de estrés y entra en contacto con las bacterias de su madre”, asegura el médico español.

Cuando lo anterior no ocurre, el investigador de la Universidad de Utrech, Gerard Vasser, explica que “hay más riesgo de partos prematuros en el futuro, y se ha visto que los niños tienen a largo plazo entre un 20% y 25% mayor incidencia de diabetes, asma y sobrepeso, aparte de diferencias en el desarrollo de su sistema inmunitario por la diferente colonización de su tracto gastrointestinal”.

El portal de Fisioterapia del suelo pélvico también destaca que el paso por el canal vaginal ayuda al recién nacido a expulsar los restos de líquido amniótico que pudieran quedarle en los pulmones, con ello se evitan los problemas respiratorios, que son una de las mayores complicaciones a futuro de las cesáreas.

Sumado a esto, durante el parto vaginal se segregan hormonas, como la oxitocina o la endorfina, las cuales son fundamentales para reforzar el vínculo amoroso con el bebé y relajan a la madre. Lo anterior no ocurre en una cesárea programada.

Finalmente, no está de más desmitificar la creencia de que con este tipo de parto no hay dolor. De hecho, este no conlleva una recuperación mejor ni más rápida.

Debe tenerse en cuenta que es una operación de riesgo, que deja una cicatriz y que tarda en sanar, lo que vuelve lenta la recuperación. Además, la hospitalización es más larga que en un parto vaginal.