Las altas temperaturas y el viento ahuyentan los peces en el Golfo de Fonseca

Los pescadores artesanales dijeron que han reportado considerables pérdidas y solo sacan peces que no tiene mayor valor en el mercado.

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Por Insy Mendoza

2020-02-20 4:30:36

La pesca artesanal se está viendo en aprietos en el Golfo de Fonseca debido a dos factores: uno es que las altas temperaturas en el agua han provocado que los peces y camarones emigren en busca de aguas frescas, y otro es el fuerte oleaje provocado por los vientos, que dificulta sacar las redes de la profundidad.

Así lo manifestaron los pescadores artesanales de los municipios de La Unión, Conchagua, San Alejo y Meanguera del Golfo.

Es notoria la reducción de la cantidad de peces que capturan en jornadas de trabajo de más de más de 12 horas; algunos toman el riesgo de irse a los países vecinos para tratar de tener un poco de recursos.

Esto problemas climáticos les está ocasionando impacto en la economía familiar. Muchos tienen deudas con proveedores de hielo, combustible y hasta alimentos.

Los artesanales aseguraron que el recalentamiento de las aguas inició a partir de la última semana de enero, sumado a los fuertes vientos conocidos como norestes que provocan fuertes oleajes en la bahía y el Golfo de Fonseca.

Las pérdidas para un pescador individual van desde los $40 a los $100 diarios. En ocasiones solo logran sacar el gasto del combustible. Las preocupación del sector aumenta ante la imposibilidad de recurrir a la extracción de moluscos, cuya muerte masiva en los últimos días ha dejado sin otra posibilidad de sustento a las familias.

Moris Guzmán, pescador del barrio Concepción, salió a trabajar el lunes a las 6:00 de la mañana y regresó el mismo día a las 4:00 de la tarde. En la jornada, de once horas junto a dos personas, lograron capturar 250 libras de pescado de baja calidad que es mal pagado. “Traemos panchitas, güichillos, solo pequeñeces que la libra la están pagando a 0.15 centavos de dólar para luego el comerciante darlo en otro precio en el mercado”, dijo.

Guzmán gastó alrededor de $60 en combustible y el aditivo, y $2.50 en un quintal de hielo, sumado al gasto de alimentación y los pagos a la persona que se encarga de cargar el motor. “Es una preocupación por las pérdidas totales, por eso la gente prefiere no arriesgase a salir a pescar; tenemos esperanzas que en las próximas semanas, con el cambio de los vientos, las temperaturas empiecen a mejorar y los peces ya no se estén ahuyentando”, agregó.

Israel Villatoro, otro pescador del sector La Fuerteza, dice que tienen alrededor de 15 días de registrar pérdidas en la pesca. “El agua está caliente por las altas temperaturas y el oleaje por los fuertes vientos nos afecta porque, al sacar las redes, los peces se caen y no logramos sacar nada”.

Walter Viera, pescador del sector Campo Villalta, barrio San Carlos, La Unión, tiene una deuda de $40 en combustible de un día de pesca, y “poco a poco salimos de esas deudas, pero lo que nos preocupa es no llevar nada de sustento a la casa”.

Los pescadores dicen que tienen muchos años proponiendo a las instituciones del Estado el desarrollo de proyectos de viveros de variedad de peces en la bahía y el Golfo de Fonseca para tener asegurada la alimentación de las familias en la zona.