Siempre es mejor corregir errores con una victoria. Y vaya que Carlos de los Cobos tiene mucho que corregir. Ayer, la Selecta sudó y sufrió ante la 174a. del ránking FIFA, una Santa Lucía que con un fútbol áspero y simple, pero veloz y con coraje, a punto estuvo de amargar el camino salvadoreño, que (no se olvide) tiene un triple objetivo: estar en el Top 6 de Concacaf para jugar el hexagonal a Catar 2022 (ojo con Canadá, nota a la Der.), ganar el grupo para subir a la zona A de la Liga de Naciones, y clasificar a Copa Oro.
Todos esos objetivos hubieran quedado dañados ayer, de no ser porque Henry Hernández tapó dos mano a mano importantísimos; y también apareció la pólvora para explotar en los momentos justos, ya sobre el final del partido. Fito Zelaya marcó su segundo gol en dos jugos y “Cabrita” Portillo entró de cambio para marcar el de la tranquilidad… y poco más.
Así que sí. Misión cumplida. Seis de seis puntos en el Caribe, y poquito más. Solo da para un festejo un tanto escéptico, sin campanas al vuelo, y con muchísimos detalles que el cuerpo técnico deberá enmendar para que no siga el sufrimiento ante rivales caribeños en noviembre: visitarán Montserrat y República Dominicana el Cuscatlán, y ahí, se supone, la Selecta deberá terminar la tarea.
Pero si elevamos la mirada y vemos en el horizonte una posible Copa Oro y una hexagonal premundialista, ¿para qué está el nivel de la Azul y Blanco? Esta es la pregunta que preocupa a buena parte de la fanaticada. Porque lo que se vio ayer en el campo de criquet de Santa Lucía fue a un El Salvador sin ideas, otra vez demasiado pobre en su creatividad, un 4-3-3 con escasas asociaciones, exceso de pelotazo y una sensación de juego-a-lo-que-salga que desespera. Ante el 5-4-1 montado por el triniteño Jamaal Shabazz, no se miraba por dónde.
¿Cómo les irá ante una Panamá, un México, una Costa Rica, cuando se les tenga de rivales?
Al menos ante Santa Lucía, fue hasta el 17’ que apareció la primera jugada de peligro, cuando Denis Pineda (fue titular el del Santa Clara portugués, que volvía de ver roja) entró por izquierda, lanzó el centro y al otro lado llegó Óscar Cerén para estrellar la bola en el horizontal.
Más peligroso fue lo del 29’, cuando Malik St. Prix recibió entre líneas, a la espalda de la dormida zaga salvadoreña, pero menos mal llegó Hernández para tapar. La conexión Pineda-Óscar Cerén volvió a carburar al 34’, cuando el 8 robó desde la media y dio para el de Alianza, pero este le pegó muy alto.