Por su calidad de exembajador de El Salvador ante Naciones Unidas, El Diario de Hoy se acercó a Rubén Zamora para discutir la importancia de la reciente Asamblea General de este cuerpo multilateral y conocer sus opiniones sobre cómo aprovechó Nayib Bukele su primer encuentro en este foro global.
Además, al haber sido embajador salvadoreño en Washington, es clave conocer su opinión sobre la cercanía del gobierno actual a la administración Trump y qué implican algunas de las decisiones principales en estos primeros meses de gobierno de Nayib Bukele. Esto conversamos:
¿Cuál cree que es la importancia de su Asamblea General de la ONU?
Esta es una reunión anual de jefes de estado de todos los países y presentan dos cosas: qué ha hecho cada uno, en qué ha avanzado y su opinión sobre los problemas centrales para el mundo. Esto lo recoge la burocracia de Naciones Unidas y así orientan su trabajo de todo el año.
¿Qué mensaje se esperaba que llevara el presidente Bukele?
Primero, decir que El Salvador sigue está transitando un determinado camino, y resumir los cien días de gobierno y hacia dónde pretende caminar. Segundo, dar sobre las grandes temáticas mundiales algunas opiniones de El Salvador.
Trayectoria de Rubén Zamora
Abogado, político, diplomático y analista salvadoreño.
En 1960 se unió al Partido Demócrata Cristiano y fue miembro del gabinete tras el golpe de Estado de 1979, pero renunció en 1980.
Embajador en Washington de 2013 a 2014 y ante las Naciones Unidas desde agosto de 2014 hasta el 1 de junio de 2019.
¿Y qué opina de lo que dijo?
Todos lo conocemos, está enamorado de las redes sociales y los nuevos instrumentos de comunicación, pero dar una clase de primer grado sobre esos temas está fuera del orden de la ONU. Le aplauden a todos porque hay cortesía, pero creo que mucho de lo que propuso por hacer lo he visto varias veces entre los departamentos de Naciones Unidas.
Prácticamente todos los organismos de la ONU tienen redes, Facebook, etc. Probablemente el presidente Bukele no conoce nada de Naciones Unidas para llegar a decir cosas tan elementales.
Más allá del discurso, ¿qué opinión le merece la visita y sus resultados?
Por lo general no hay que esperar resultados de las visitas a la Asamblea General porque los resultados se trabajan durante el año. Por ejemplo, cuando El Salvador pidió que nombrara el Secretario General a un facilitador de un diálogo nacional, eso me tocó verlo del lado de Naciones Unidas por un par de años. Enviaron misiones, estudios, discusiones, etc. En ese momento se hacen visitas protocolarias.
Por lo general las entrevistas con el secretario general, por ejemplo, duran pocos minutos para hablar de cómo va el país y en ocasiones los países piden algo y ellos toman nota. Las entrevistas son mayormente protocolo, se saludan, se dan la mano y toman la foto. Igual las reuniones con los otros gobernantes…
Incluyendo la de Donald Trump…
Incluyendo la de Trump, quien recibió a una gran cantidad de gente. Tenía saturada la agenda.
¿Aprovechó el presidente para exponer retos y oportunidades del país?
Lo único concreto que hizo es solicitar una prórroga a los tepesianos y la respuesta de Trump es que lo considerarán. Por otro lado, sabemos que el Departamento de Seguridad Nacional, que ve los temas de migración, está rotundamente en contra de renovar el TPS.
Lo que significamos para Estados Unidos
"Somos un depósito de no deseados de Estados Unidos"
Rubén zamora, exembajador ante la onu
¿Qué tanto esfuerzo hace el gobierno actual para dar certeza a los amparados por TPS y qué otros caminos le quedan con otras ramas del gobierno de Estados Unidos?
Hay una concentración en el Ejecutivo y en Estados Unidos las cosas son más complejas. Una lucha que tuve en la ONU es que el problema de los TPS se viera como un problema con Estados Unidos, no solo con el presidente. Con Obama había más espacios, pero con Trump, que hace de la migración un centro de su campaña electoral, las cosas cambian radicalmente.
No se ha trabajado el Congreso, donde la oposición tiene mayoría y se ha hecho no trabajo. Se ha descuidado el trabajo con la sociedad civil que ayudó con el proceso a El Salvador. Esa concentración es excesiva. En la Casa Blanca, el Departamento de Seguridad Nacional no ha permitido acumular las fuerzas necesarias para hacer una presión suficiente y con la actitud de hacer todo lo que EE.UU. le diga por ser su gran amigo, mucho menos.
Solicitudes en 2018.
33,400
En 2018, El Salvador estuvo en el top 3 de países cuya gente solicitó asilo en EE. UU. pero ha acordado recibir a extranjeros que han pedido refugiarse en Estados Unidos.
¿Cómo convive esto con la falta de embajador en Washington?
Es un signo nada positivo. Realmente todas las organizaciones y medios grandes tratan con el embajador. Eso se ha perdido y cuando no hay embajador es peor la situación que se tiene, incluso de poder informar a su propio gobierno.
Parece que El Salvador le ofrece mucho y le pide poco a Estados Unidos, como el acuerdo de asilos recién firmado. ¿Cómo ve eso?
El presidente Bukele hizo un planteamiento que parte de creer que la relación con EE. UU. está muy mala y hay que reconstruirla. Eso no es cierto. La relación tenía diferencias como casi todos los países la tienen. Sí, se ha mejorado la relación con EE. UU., pero el problema es a qué costo. ¿Estamos obteniendo o solo dando y dando y dando? Esta firma de acuerdo de asilo es simplemente lo que típicamente se conoce como un contrato leonino: solo hay obligaciones para una de las partes y nada para el otro y este es el mejor ejemplo. Además, hay responsabilidades que no se puede cumplir.