Desde hace varias décadas, la industria musical salvadoreña se encuentra en un desequilibrio en el que los artistas no pueden explotar al máximo su talento.
En el caso del rock, es una situación tambaleante que busca estabilizarse de una vez por todas. A pesar de que hay una extensa cantidad de bandasen los diferentes subgéneros del rock, estas no tienen dónde sustentarse para establecer una carrera sólida.
“En el aspecto musical ha avanzado, la verdad, las agrupaciones no se han detenido. La cuestión de ayuda varía, sube, baja, es una línea que no se mantiene”, destacó Edwin Marinero, miembro de Rocker’s y promotor de conciertos y bandas.
Él atribuyó la falta de espacios de promoción como obstáculo para el progreso: “eso significa que el apoyo sigue siendo nulo como siempre, no ha cambiado mucho la percepción que la gente tiene de que esto vaya avanzando”.
A diferencia de otros países, donde los grupos pueden autosostenerse, tanto económicamente como publicitariamente a través conciertos y mercadería, en El Salvador el respaldo es muy escaso. Tener un conjunto es un lujo para la mayoría de músicos.
Para Luis Cuervo, diseñador gráfico y quien ha trabajado de cerca en producciones de diferentes agrupaciones musicales nacionales y extranjeras, la industria está muerta, “en el sentido de que no hay un comercio que sostenga la estabilidad de las bandas”.
“Acá tener un grupo es casi un privilegio, no existe un mercado ni apoyo del Gobierno, ni una apertura de mercado de disqueras especializadas”, añadió.
Por años, tanto a los músicos como al público se les ha escuchado decir que los medios de comunicación no brindan espacios. Para todos estos protagonistas es importante tener un soporte constante y sobre todo especializado para presentar su material como es debido.
Los programas dedicados de lleno al género rock y sus ramas han sido clausurados o desairados, y los pocos que quedan están luchando por sobrevivir.
El músico, promotor y presentador Jorge “Garga” Morán concuerda con que en la actualidad los artistas han recurrido a las redes sociales, ante la falta de un medio adecuado para proporcionar la información adecuada.
“Uno como músico pierde la fe en los medios porque se cierran. Hoy estamos en una etapa de influencers y personas que solo animan, no saben de contenido. Para el músico es frustrante lidiar con una presentadora que no sabe ni qué es ska”, señaló Morán.
Marinero, quien por años se ha esmerado por mantener viva la chispa rockera en el país, agregó que se ha devaluado esta cultura underground, “que de tiempo atrás viene tratando de fomentar el arte de la música y lo que le rodea (…) pero la gente no la ha querido ver como tal, como arte”.