Cuatro días habían transcurrido después de la celebración del cumpleaños número 22 de Katherine Nicole López Solórzano, una estudiante de cuarto año de la licenciatura de Animación Digital y Videojuegos. Víctima mortal por la explosión en un negocio de venta de gas propano.
A cinco días de su cumpleaños, “todavía hay pedacitos de pastel de mi muchachita”, recuerda Ana América Solórzano, madre de Katherine, quien espera que el deceso de su hija la haga fuerte como un árbol.
“Así como los árboles de las ramas que se caen y vuelven a retoñar mucho más fuerte, eso espero que mi hija sea para mí. Que me haga un árbol fuerte con nuevas ramas y así como ella dio todo el amor, toda la ayuda incondicional para todos, así igual yo voy a ser, no sé cual fue su misión. No me la quitaron, no me le hizo nada nadie, sino que el Señor se la llevó, los abuelos y las abuelas, mis ancestros se la quisieron llevar antes porque así estaba escrito y yo lo entiendo, pero como madre no quisiera que se fuera, no quisiera entrar a su cuartito y no verla… Tantas cosas que ha dejado mi hija en mi ser”, son las palabras de aliento que dio Ana a los familiares y amigos de Katherine durante su entierro.
El día de la tragedia, Noé López, padre de la joven, recuerda que ese día no la vieron. “Ella se quedó dormida y no mirásemos que se levantara para irse con nosotros y ella dijo que había pedido permiso para llegar más tarde al trabajo. La joven recién había inscrito cinco materias para cursar su cuarto año. Ella residía en San Ramón y abordaba el autobús de la ruta 23, hacia su trabajo.
Katherine cursó su educación básica en el municipio de Mejicanos y se graduó de bachillerato del Instituto Técnico Ricaldone. Dicho instituto publicó una esquela en la que lamenta el fallecimiento de su exalumna de la promoción 2015.
La última comunicación que tuvo fue a las 8:12, a través de su Whatsapp, recuerda Noé, cuando empezó a escribirle y llamarle cuando se enteró de la noticia, cuando una corazonada le decía que algo malo había sucedido. El padre de Katherine se dio cuenta por medio de las fotografías.
“Vi el cuerpo de mi hija postrada en el bus, la conocí por su blusa, el tinte de su pelo, la cartera que comúnmente ocupaba, su espalda. Uno conoce a sus hijos. Yo tuve que darle la noticia a mi hijo mayor y a mi esposa”.
La familia de Katherine espera que tras la tragedia haya más supervisión y las empresas sean más cuidadosas.
El negocio de venta de gas tenía más de cinco años de funcionar, pero hasta el año pasado obtuvo licencia. Pese a ello, gestionaba subsidio de Economía.
