Juzgado dará fallo el lunes en caso de policía acusado de feminicidio de colega

El agente es acusado de asesinar a su novia y compañera de trabajo, Lorena Hernández Quintanilla. El crimen fue en la Subdelegación Zacamil, el 31 de diciembre de 2017.

descripción de la imagen
El agente Néstor Mejía Coto , de ser declarado culpable del asesinato de Lorena Hernández Quintanilla, podría purgar entre 30 y 50 años. Foto EDH / Cortesía Tribunales

Por Diana Escalante

2019-11-16 4:30:11

El juicio contra el policía Néstor Alfonso Mejía Coto por el delito de feminicidio agravado en contra su colega y novia, Lorena Hernández Quintanilla, terminó la tarde del viernes y el fallo del Juzgado Especializado de Sentencia para una Vida Libre de Violencia contra las Mujeres se conocerá el lunes, a las 2:30 de la tarde.

De ser decalarado culpable, el agente podría purgar entre 30 y 50 años de cárcel. El Ministerio Público ha pedido a la jueza que se le imponga la pena máxima.

Mejía Coto fue arrestado el 2 de enero de 2018, dos días después de que la joven, de 25 años, fuera hallada asesinada en una habitación de la Subdelegación de Zacamil.

El caso tiene reserva, por lo que no se pudieron conocer los pormenores de lo que pasó en los tres días que duró el juicio.

Pero las investigaciones señalan Mejía habría cometido el crimen la noche del 31 de diciembre de 2017, tras una discusión que tuvo con Hernández minutos antes del feminicidio porque él aparentemente estaba ebrio en horas laborales.

Inicialmente, las autoridades policiales manejaron la muerte de Hernández Quintanilla como un suicidio y hubo hermetismo para dar información a los dolientes y a los periodistas, pero luego la Fiscalía confirmó que ella fue asesinada de un balazo en la cabeza.

La fuente agregó que la escena violenta fue manipulada para simular que Lorena Beatriz se había disparado en la cabeza y con eso librar de cargos al homicida.

Otra prueba que tiene la institución contra el acusado es el relato de un recluso de las bartolinas de la Delegación Zacamil la noche en que Hernández fue ultimada.

El hombre declaró que el imputado discutió con la víctima, la golpeó y la introdujo por la fuerza a un dormitorio del segundo nivel de la sede policial mientras ella lloraba.

En ese momento, el agresor llevaba un arma en la mano y un fusil en el hombro. Otros policías presuntamente fueron testigos de la agresión pero no intervinieron.