Jueza bota intento de defensa de dilatar juicio contra policía

Néstor Mejía, acusado de matar en 2017 a su colega y novia, Lorena Hernández, es enjuiciado por feminicidio agravado.

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El agente Néstor Mejía Coto , de ser declarado culpable del asesinato de Lorena Hernández Quintanilla, podría purgar entre 30 y 50 años. Foto EDH / Cortesía Tribunales

Por Diana Escalante

2019-11-14 4:00:17

El próximo 31 de diciembre, se cumplirán dos años del asesinato contra la agente de la Policía Nacional Civil Lorena Beatriz Hernández Quintanilla, de 25 años, y el caso sigue impune.

El principal sospechoso de haberla asesinado en la Subdelegación Zacamil, en Mejicanos, es Néstor Mejía Coto, de 33 años, quien era compañero de trabajo y novio de la joven.

Dos días después del crimen, él fue arrestado por el delito de feminicidio agravado. A lo largo del proceso, la familia de la policía y la Fiscalía General de la República han señalado que la defensa del acusado, en reiterada ocasiones, ha querido dilatar el proceso judicial. Este miércoles, según la institución, intentó hacerlo otra vez.

El Juzgado Especializado de Sentencia para una Vida Libre de Violencia y Discriminación para las Mujeres de San Salvador programó el juicio contra Mejía Coto para las 9:00 a.m. Dos horas después, la Fiscalía informó en su cuenta de Twitter que la diligencia se había suspendido porque el abogado del policía había pedido la nulidad de la declaración de un testigo.

Más tarde, escribió otro tuit en el que explicó que el Juzgado rechazó la solicitud de la defensa y decidió continuar el juicio, el cual se reanudará este jueves.

Debido a que el caso tiene reserva, ni el Ministerio Público ni la Oficina de Comunicaciones de los Tribunales brindaron detalles de lo que ocurrió en la audiencia.

La Fiscalía ha pedido la pena máxima para Mejía Coto. El delito de feminicidio agravado se castiga con entre 30 y 50 años de cárcel.

El día del feminicidio

Las investigaciones de la Fiscalía indican que Mejía Coto presuntamente asesinó a la víctima la noche del 31 de diciembre de 2017 en un dormitorio de la sede policial.

Inicialmente, las autoridades de la Policía manejaron la muerte de Hernández Quintanilla como “un suicidio” y hubo hermetismo para dar información a los dolientes y a los periodistas.

La Fiscalía General sostuvo, en su oportunidad, que los resultados de la investigación revelaron que ella no atentó contra su vida y que la escena fue manipulada para simular que la agente se había disparado en la cabeza y con eso librar de cargos al responsable del asesinato.

Los fiscales agregaron que la autopsia reveló que la bala hallada en el cadáver ingresó por el cráneo y recorrió el tórax y el abdomen.

Otra prueba que tiene la institución contra el acusado es el relato de un recluso que estaba en las bartolinas del puesto policial la noche del homicidio.

El testigo declaró que el imputado aparentemente andaba ebrio en horas de trabajo. Minutos antes del asesinato, según la fuente, la pareja discutió porque la joven se opuso a que Mejía Coto saliera a departir.

Según la versión del testigo, Lorena y Néstor se dirigían hacia el segundo nivel de la subdelegación cuando supuestamente él comenzó a agredirla físicamente. Tras asestarle varias bofetadas, la haló del cabello y la introdujo por la fuerza a una habitación. En ese momento, el agresor llevaba un arma en la mano derecha y un fusil al hombro.

La víctima lloraba y pese a que había otros policías en el lugar nadie intervino, según el testigo.

Los padres de la víctima no dudan de que hubo negligencia y complicidad de algunos policías y jefes para proteger al acusado y esperan que la Fiscalía deduzca responsabilidades y también los procese.