Hacer campañas y jornadas de educación cívica permanentes en todo el país. Eso es parte de lo que tres jóvenes universitarios entrevistados por El Diario de Hoy, creen que debería hacer el Tribunal Supremo Electoral para lograr una mayor participación de los jóvenes en las elecciones.
El Diario de Hoy conversó sobre este tema y sobre lo que significa la baja participación de los jóvenes en las pasadas elecciones con Alex Carvajal, de la Universidad Francisco Gavidia y de la organización de jóvenes Youth to Lead; Eduardo Rosales, estudiante de la Universidad José Matías Delgado e investigador junior de la FUNDE; y Tania Ruz, de la Universidad de El Salvador e integrante de la Red por la Justicia Fiscal.
Los tres tienen lecturas diversas de los resultados de las pasadas elecciones y de lo que significan. Sin embargo, coinciden en algo: el Tribunal Supremo Electoral debe apostar más por incentivar el voto de los jóvenes.
Carvajal afirma: “El TSE puede generar campañas de concientización del voto y de educación cívica electoral; deberían ir a las comunidades a capacitar en cultura cívica, elecciones, votación y demás”.
Rosales agrega: “El Tribunal incentiva al voto unos dos meses antes de las elecciones… Debería ser eficaz y eficiente, visitar los territorios. Debe haber un trabajo interinstitucional entre el Tribunal y las municipalidades para tener un mayor alcance”.
Ruiz va más allá y considera: “El Tribunal debería extender su visión, además de incentivar al voto debe fomentar la participación política en general. Pienso que la labor de incentivar la participación debe ser permanente. No solo en tiempo de elecciones”.
Los tres jóvenes admiten que el TSE tiene problemas presupuestarios, por lo que hacen un llamado a que haya una mejor coordinación entre instituciones para que el Tribunal reciba el dinero necesario para las campañas publicitarias y educativas a tiempo.
Ante el hecho de que la participación electoral general en 2019 fue menor que la de la primera y la segunda vuelta de la presidencial de 2014, los tres tuvieron lecturas cercanas. Carvajal consideró: “No hubo, de parte del Tribunal, mucha información para que los jóvenes salieran a votar. Las instituciones no incentivaron al voto. Probablemente, siempre sigue existiendo una apatía por la política, a pesar de que somos la generación que vive en redes sociales y que tiene la información prácticamente de primera mano”.
Rosales afirmó que “lo que le dio el gane a Bukele fue que los participantes de los partidos tradicionales no salieron a votar” mientras que Ruiz cerró el tema apuntando más a un fenómeno de hartazgo generalizado: “ARENA y el FMLN tuvieron el poder durante 30 años. Creo que ese hartazgo hizo que la gente se abstuviera de salir a votar”. Ella también cree que el factor Bukele no fue suficiente para incentivar a los decepcionados para que salieran a votar.
Al discutir la correlación entre los datos del analfabetismo en 2018 y los resultados electorales en 2019, surgieron posturas diferentes. Ruiz cree que la correlación no pasa de ser una coincidencia y que los resultados se deben más bien a otros factores; es decir, no hay relación de causa y efecto.
Rosales tiene una teoría: “Entre una persona tenga más acceso a la educación y esté más urbanizada, está más consciente, a groso modo, de sus derechos. A medida de que esta persona tiene más acceso a educación y más privilegios, que los que se tiene en la zona rural, esta persona desea adquirir más derechos. La persona que han salido del círculo del analfabetismo han logrado comprender todo lo que conlleva ser un ciudadano”.
Al final, todos coincidieron en lo importante que es conseguir una mayor participación de los jóvenes en política y en las elecciones. Ruiz dice: “Es importante que los jóvenes reconozcamos el papel que jugamos (en las elecciones) y cómo podemos incidir para que nos beneficie a nosotros y no a otros grupos poderosos y minoritarios”. Carvajal concluye: “Cuando nos descuidamos de la política, vienen personas que no son idóneas para gobernar y eso nos arrebata nuestros sueños por causas de corrupción”.