A juicio del coordinador de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia (JuventudLAC), Jatzel Román, es injusto considerar al ahora expresidente de Bolivia como una víctima de los sucesos que llevaron a su salida anticipada del poder.
“Evo Morales cosechó el fruto de su demagogia y el gran perdedor de este proceso es su país”, señaló al ser consultado por este medio.
Este abogado dominicano recuerda que el 21 de febrero de 2016, los ciudadanos bolivianos optaron por cerrar la puerta a que Morales buscara la reelección en un referéndum.
En esa ocasión, un 84.45% de los empadronados acudió a las urnas para decidir si se permitía que el mandatario, que había asumido el cargo 10 años atrás, volviera a correr, pese a que la Constitución del país lo impedía. De estos, un 51.3% dijo que no, versus un 48.7% de los votantes que sí querían volver a verlo competir por la presidencia.
Pese a esto, y mediante argucias legales, el mandatario optó nuevamente por el cargo y en circunstancias oscuras, como lo certificó recientemente la Organización de Estados Americanos (OEA), se agenció los comicios para un nuevo periodo.
“Quien a hierro mata, a hierro muere”
Román usa esa frase para recordar que antes de ascender al poder, Evo Morales estuvo detrás de masivas protestas que intentaban desestabilizar gobiernos, incluyendo las que llevaron a su antecesor, Carlos Mesa, a renunciar el 6 de junio de 2006.
“Paradójicamente cae de la manera en que él mismo llevó a Mesa a renunciar”, apunta. Pero el coordinador de JuventdLAC destaca otro punto interesante: Morales recibió un país prácticamente ingobernable y donde el producto interno bruto per cápita rondaba los $1,000 anuales. Trece años después, esta cifra casi se cuadruplicó y otros índices muestran que Bolivia es de los países de la región que más está fortaleciendo una clase media.
“Si no fuese por esa ambición desmesurada por la permanencia en el poder”, indica, “Evo hubiese salido por la puerta ancha”.
Finalmente, si bien el analista critica el estilo de Evo, también muestra preocupación por el rol de las fuerzas armadas, que le recomendaron salir del poder. Este involucramiento, añade, recuerda el pasado autoritario de América Latina.