En mayo de 2014, Jade Camila (Ricardo Manrique) Hernández Díaz fue coronada como Miss gay. Para entonces no hacía mucho tiempo que había hecho público su identidad de género, de la cual familiares y amigos cercanos ya estaban al tanto; desde ahí se fue perfilando como una mujer trans muy reconocida y admirada en la cabecera del departamento de Morazán, San Francisco Gotera y municipios aledaños, incluyendo su natal Lolotiquillo. Eso dice su familia y varias trans que se consideraban amigas de Jade y que exigen que se haga justicia “para la trans más bonita de Morazán”.
Pero ella fue encontrada asesinada el pasado 9 de noviembre, cerca del puente sobre el río Torola, en la carretera que lleva a Perquín. Murió por asfixia y los asesinos ataron a su cintura un costal con piedras para desaparecer su cadáver.
El asesinato ha causado pánico en las trans allegadas a Jade y en la familia de ella, quienes temen incluso hablar con la policía.
Entre la familia de la víctima hay dos sospechas sobre su muerte, ninguna de las dos pasa por ser crimen de odio, es decir, por su identidad de género.
La madre de Jade cree que tal vez se la mataron por envidia, porque su hija era la más bonita a tal punto que siempre la llamaban a participar en actividades cívicas y culturales. Desde luego, sospechar eso implicaría que fueron otras trans o gais los responsables.