Jade tuvo problemas en una fiesta 24 horas antes de desaparecer

Familiares y amigas de la víctima resienten que a tres semanas del crimen, la Policía no haya requerido los vídeos de un supermercado donde la vieron por última vez; tampoco han ido tras un hombre que supuestamente la amenazó de muerte tras acusar a Jade de robarle un celular.

Durante 2019, se han conocido de seis casos de asesinatos de personas de la comunidad LGBTI en el país, las últimas tres se han cometido entre el 27 de octubre y el 17 de noviembre

Por Jorge Beltrán Luna

2019-11-28 9:45:28

En mayo de 2014, Jade Camila (Ricardo Manrique) Hernández Díaz fue coronada como Miss gay. Para entonces no hacía mucho tiempo que había hecho público su identidad de género, de la cual familiares y amigos cercanos ya estaban al tanto; desde ahí se fue perfilando como una mujer trans muy reconocida y admirada en la cabecera del departamento de Morazán, San Francisco Gotera y municipios aledaños, incluyendo su natal Lolotiquillo. Eso dice su familia y varias trans que se consideraban amigas de Jade y que exigen que se haga justicia “para la trans más bonita de Morazán”.

Pero ella fue encontrada asesinada el pasado 9 de noviembre, cerca del puente sobre el río Torola, en la carretera que lleva a Perquín. Murió por asfixia y los asesinos ataron a su cintura un costal con piedras para desaparecer su cadáver.

El asesinato ha causado pánico en las trans allegadas a Jade y en la familia de ella, quienes temen incluso hablar con la policía.

Entre la familia de la víctima hay dos sospechas sobre su muerte, ninguna de las dos pasa por ser crimen de odio, es decir, por su identidad de género.

La madre de Jade cree que tal vez se la mataron por envidia, porque su hija era la más bonita a tal punto que siempre la llamaban a participar en actividades cívicas y culturales. Desde luego, sospechar eso implicaría que fueron otras trans o gais los responsables.

Jade, en mayo de 2014, cuando fue coronada como reina gay, en San Francisco Gotera, Morazán

Las últimas 10 horas en casa

La otra sospecha se remonta a un episodio que Jade vivió menos de 20 horas antes de que desapareciera.

La víspera, ella había asistido con un grupo de amigas (también trans) al carnaval de cierre de las fiestas patronales del municipio de San Carlos, aledaño a San Francisco Gotera, que estuvo amenizado por la Orquesta de Los Hermanos Flores y dos discotecas más.

En ese carnaval, Jade se encontró con Walter, un hombre joven con quien, aparentemente y según las amigas, ella había tenido una relación de pareja.

Ambos estuvieron bebiendo bastantes cervezas; las amigas de Jade se mantuvieron al margen porque para ellas era un desconocido y, por regla entre ellas, no le aceptan bebidas a desconocidos, afirman algunas.

“Yo estoy en una duda (si Jade fue asesinada por ser trans), en parte podría decir que sí y en parte que no. Digo que no porque tanto tiempo, venirla a matar por eso, no lo creo... Pero también no sé si ella puede haber sido la primera víctima, recuerde que siempre hay una primera vez; lo del pleito por el teléfono también podría ser una posibilidad”.

Ligia, mujer transexual amiga de Jade

De repente, se suscitó un altercado verbal entre Walter y Jade. Recuerdan que con voz fuerte, él le pedía que le devolviera el celular que le había quitado, en tanto que ella negaba haber hecho tal cosa.

Así estuvieron hasta que las palabras de Walter se convirtieron en amenazas; amenazas de que Jade se iba a arrepentir de lo que había hecho; amenazas de muerte. Alguien escuchó decir que el hombre le gritó algo así como que los pandilleros se iban a encargar de ella y que tenía hasta las 6:00 del siguiente día para devolverlo. Ella insistió en que no lo tenía.

Aquel 6 de noviembre, Jade llegó a su casa entre las 5:30 y 6:00 de la mañana a su casa, en un barrio de Lolotiquillo, y se dedicó a dormir para reponerse de la trasnochada.

Cuando se despertó y salió de su habitación, algunos parientes la notaron como pensativa, preocupada, pero no dijo que le pasara algo ni comentó nada del altercado por el teléfono.

Luego de estar tres días desaparecida, el cadáver de Jade fue hallado en el río Torola.

La llamada al celular

Poco antes de las 2:00 de la tarde del 6 de noviembre, Jade recibió una llamada telefónica. Enseguida dijo que iría a San Francisco Gotera, al supermercado. Como a las 3:00 de la tarde salió de su casa y, al parecer, alguien la llegó a traer en una motocicleta, pero esa persona no llegó hasta la entrada de la casa, como solían hacerlo siempre que la invitaban a salir.

Algunos familiares le recomendaron que no saliera pero ella respondió que no se preocuparan, que regresaría pronto, a lo sumo a las 6:30 p.m. Ya no volvió.

Jade tenía por costumbre estar reportándose por teléfono o por mensajería diciendo que estaba bien o que estaba en tal o cual lugar.

En la angustia por encontrarla, la familia publicó una foto pidiendo ayuda para localizarla. Eso ayudó para que una persona que conocía a Jade llamara para decir que como a las 7:00 de la noche del mismo 6 de noviembre la había visto en un supermercado de San Francisco Gotera, en el área de bebidas alcohólicas. La acompañaba otra trans y un hombre, quien la maltrataba con palabras. La informante le preguntó: Jade por qué te dejas maltratar tanto. Pero ella no contestó nada y solo agachó la mirada.

Esa misma noche, la familia comenzó a llamarle al teléfono pero sonaba desconectado. En ese momento algunos familiares supieron que algo malo le había pasado, pues no se había reportado.

Un familiar de Jade cuelga un báner con las imágenes de ella cuando desfilaba como cachiporrista y la que circuló en las redes sociales solicitando ayuda para su localización luego de su desaparición. Foto EDH /jessica orellana

Perciben poco interés del Estado en investigar

El martes 19 de noviembre, en casa la familia de Jade conmemoraron los nueve días de haber sido sepultada. Ese mismo martes, antes del mediodía, varios oficiales de la Policía Nacional Civil llegaron a ponerse a las órdenes de la familia. La comitiva la encabezaba el comisionado Juan Carlos Arévalo Linares.

Sin embargo, la familia resiente la poca asistencia, pues, consideran que no recibieron de la Policía la ayuda que hubiesen querido para buscarla a pocas horas de que desapareció

La falta de interés en el caso, aseguran parientes y amigos de Jade, no solo fue durante el período de búsqueda, sino que persiste. Han transcurrido tres semanas desde que Jade fuera encontrada muerta y aún no hay los resultados que esperaban, luego de la reacción que hubo de parte del fiscal general, Raúl Melara, cuando se divulgó la noticia de que la habían encontrado muerta.

Tanto familiares y amistades creen que las investigaciones avanzan de manera lenta.

En el caso, afirman, hay pistas que podrían haber arrojado ya resultados positivos. Por ejemplo, los familiares creen que hurgando en el teléfono que Jade portaba cuando desapareció, se podría ver de qué número le llamaron a la víctima antes de que dijera que saldría al supermercado y, posiblemente, a quién le pertenece ese número.

Las autoridades también tienen fotografía de Walter, el hombre con quien Jade tuvo el altercado por el teléfono celular y que supuestamente la amenazó de muerte.

Así también, familiares y amigas consideran que los vídeos de las cámaras del supermercado donde vieron a Jade comprando licor con otra trans y el hombre que la maltrataba verbalmente podría ser determinante en la investigación del caso. Sin embargo, no saben si los han solicitado a la empresa.

De igual manera, afirman, se debería investigar un hecho que ocurrió hace varios meses en San Miguel, en una calle tras la iglesia catedral de esa ciudad, donde Jade hacía trabajo sexual.

En esa ocasión, una mujer trans fue gravemente lesionada frente a otras, Jade entre éstas. Por ese hecho, ella fue amenazada y había dejado de ir a San Miguel a trabajar durante las noches.

Semanas antes de ser asesinada, Jade narró ese incidente y externó temor de que algo le pudiera ocurrir, en un vídeo producido por un grupo de estudiantes de periodismo de una universidad privada de San Miguel.