La resistencia a medicamentos antirretrovirales, en caso de que pacientes con VIH interrumpan el tratamiento, puede poner en peligro su vida en vista del riesgo de adquirir una enfermedad oportunista, según explicaron infectólogos expertos en el tema.
El pediatra infectólogo Luis Castaneda, coordinador de la clínica de VIH del Hospital Bloom, explicó que el virus no se muere con el tratamiento, sino que el tratamiento está diseñado para eliminar el virus que está circulando en el plasma, pero no elimina el gen que se encuentra en las células infectadas.
“Al momento que la persona deja de tomar el tratamiento o no es el adecuado para el paciente, el virus se va a seguir reproduciendo a pesar de estar tomando los medicamentos. Si no se lo toma correctamente, el virus tiene la capacidad de mutarse, cambia su estructura que hace que ya no sea susceptible al medicamento y causa resistencia”, indica el infectólogo.
Estimó que un 20 % de las personas que están en tratamiento por VIH pueden desarrollar resistencia a los medicamentos por mala administración de los mismos, ya sea porque se les olvidó tomarlo, o porque lo interrumpen, esto impacta en que el virus vaya mutando hasta que se vuelve resistente y no hace el efecto esperado, ya que el virus se sigue reproduciendo a pesar de estar tomando el tratamiento.
En cuanto al costo del tratamiento, en el sector privado ronda entre $100 y $150 al mes, pero a nivel de salud pública el tratamiento es gratuito para las personas con VIH. El Estado gasta en la compra de tratamientos alrededor de $2 millones al año, dijo Castaneda.
El Ministerio de Salud tiene en tratamiento a 9,432 personas, según datos hasta el 2018; mientras que el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) brinda los medicamentos a 3,000 pacientes.
El pasado 29 de octubre, pacientes con VIH denunciaron que el ISSS no les estaba entregando el medicamento Dolutégravir, un fármaco que estaba dentro de su tratamiento desde hace seis meses, dijeron los afectados.
El ISSS recomendó a sus pacientes no descontinuar el tratamiento y acudir a su médico tratante para que le realice el cambio de fármaco ante la falta del Dolutégravir, ya que tienen a disposición de los derechohabientes 14 antirretrovirales, dijeron.
El temor de los pacientes con VIH que atiende el ISSS es que el cambio de tratamiento pueda ocasionarles resistencia al virus del VIH y pueda verse afectada su salud.
Una de las pacientes del ISSS, Maripaz Callejas, miembro de la Comisión técnica terapéutica de VIH, así como de la mesa de VIH y derechos humanos, dijo que su preocupación era que, después de 18 años de tomar su tratamiento, ahora se viera afectada por el cambio de tratamiento y pudiera recaer y llegar a ser hospitalizada, algo que además de dañar su salud, impacta en su economía.
Iván Solano Leiva, infectólogo y vicepresidente de la Asociación Centroamericana y del Caribe de Infectología, sostuvo que el virus del VIH es imperfecto y tiene la capacidad de desarrollar resistencia, y el riesgo de que una persona desarrolle resistencia al fármaco se debe a la mala administración del tratamiento.
“Si el paciente se toma los medicamentos y sigue las indicaciones médicas no va a desarrollar resistencia, hay una efectividad de entre el 90 % y el 91 %. El resto de personas que desarrolla resistencia se debe a que no se tomó el tratamiento como se le indicó o a que tuvo la mala suerte de que le transmitieron un virus ya con resistencia, pero este es una minoría”, explicó el infectólogo.
Jorge Panameño, infectólogo privado, sostuvo que debido a que el virus del VIH puede desarrollar resistencia al tratamiento es que desarrollaron la estrategia de tratarla con un mínimo de tres medicamentos, con la finalidad de ir disminuyendo la capacidad de resistencia, pero no lo evita.
Por esta razón es que los pacientes con VIH tienen que recibir controles periódicamente, para ser evaluados clínicamente y a realizarse exámenes de laboratorio, ya que es común y esperada la resistencia del virus porque es su mecanismo de defensa para continuar. Por ello, los pacientes deben asistir a los controles médicos, ya que el especialista debe valorar la respuesta clínica de pacientes y las evidencias de una posible resistencia.
Rolando Cedillos, jefe del servicio de infectología del programa de atención integral de VIH y hepatitis viral del Hospital Rosales, opinó que el virus del VIH tiene una alta capacidad de replicación viral, y que en una persona sin tratamiento el virus se reproduce, en un día, cientos de millones de veces.
Cada vez que sucede esa reproducción puede mutar, y si el paciente ya está en tratamiento y no se toma el medicamento existe la posibilidad de que, a través de esa mutación, el virus se vuelva resistente.
“Es bien importante la adherencia al tratamiento por parte de los pacientes para evitar el desarrollo de la resistencia, la alta capacidad de replicación viral y de producir mutaciones que tiene el virus”, indicó Cedillos.
Mencionó que existen estudios de desarrollo de resistencia en América Latina y han encontrado que alrededor de un 10 % de los pacientes puede desarrollar resistencia, algo que puede suceder inclusive si el paciente se toma el tratamiento adecuadamente.
“El tratamiento antirretroviral es de por vida, porque ningún tratamiento del VIH tiene la capacidad para erradicar el virus, solo para disminuir la reproducción del virus. El tratamiento lo que hace es suprimir al máximo la cantidad de virus que la persona tiene y eso es suficiente para que las defensas se restauren”, comentó el especialista.