Instituto Bush sugiere una estrategia digital para mejorar las inversiones

Análisis identificó la corrupción e informalidad como las mayores trabas para los negocios.

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Mattew Rooney (a la izquierda), director del Proyecto para la Prosperidad Centroamericana del Instituto George W. Bush, moderó un panel sobre ???la importancia de la inclusión financiera en el Triángulo Norte???. Foto EDH / cortesía.

Por Vanessa Linares

2019-05-15 4:20:48

La conectividad digital y las tecnologías financieras son ingredientes esenciales para que Centroamérica compita en la economía mundial; por eso, para combatir la corrupción e informalidad, mejorar el clima de negocios y aumentar las inversiones en la región, sobre todo en el Triángulo Norte, debe apostarle a una estrategia digital, aseguró el Instituto George W. Bush.

“La idea es que a la región le hace falta utilizar más ampliamente los sistema digitales (…) una estrategia de estas permitiría hacer esos cambios necesarios para que el sector privado finalmente invierta”, explicó a El Diario de Hoy, Mattew Rooney, director del Proyecto para la Prosperidad Centroamericana, una iniciativa del Instituto Bush que este martes presentó en Washington el documento “Hacia una estrategia digital para la competitividad y la integración en el Triángulo Norte”.

A mediados de julio del año pasado, Rooney visitó El Salvador anunciando que el Instituto Bush crearía una red multidisciplinaria para trabajar en el proyecto Prosperidad en Centroamérica.

Uno de los objetivos principales de este programa es facilitar un espacio permanente de análisis, identificación y monitoreo de cuáles son las mayores trabas para los negocios en la región y que impiden el crecimiento económico. También pretende buscar apoyo técnico, político y financiero para implementar medidas de cambio.

Según el representante, esta red multidisciplinaria se reunió en septiembre 2018 y concluyó que la corrupción y la informalidad son los dos principales obstáculos para el desarrollo de los negocios y el aumento de las inversiones.

35 %

tiene, por ahora, cobertura 4G y representa 5% de las conexiones en la región. El Instituto lo considera un reto.

Una vez identificados los problemas, señaló el representante, la pregunta obligada era “¿qué tipo de cambio en el marco político o regulatorio en el país pudiera empezar a disminuir la corrupción y la informalidad?”; y el análisis reveló un camino en la dirección digital.

A juicio del Instituto Bush, “Centroamérica no puede permitirse el lujo de atrasarse en la transformación de su economía regional para competir digitalmente”.

Y destaca que, en ese sentido, las tecnologías digitales pueden permitir mejoras fundamentales en la provisión y el acceso a servicios sociales en educación y salud, y oportunidades de empleo.

“Las iniciativas para promover el acceso generalizado a Internet de banda ancha y a los pagos electrónicos móviles ofrecerían “victorias” poderosas para construir una estrategia digital más amplia y al mismo tiempo fortalecer el tejido conjuntivo entre los gobiernos, los ciudadanos, y las empresas de la región”, subrayó el documento.

La apuesta por una estrategia digital, además de provocar situaciones en las que los ciudadanos tengan más fácil acceso e interacción con las instituciones gubernamentales, como pagos digitales de impuestos, de aduanas o la recepción digital de beneficios; también promovería el valor de la eficiencia pública y serviría para restablecer la confianza en el gobierno.

Instituto George W. Bush creará red para analizar trabas al crecimiento económico de El Salvador

Sin embargo, Rooney también reconoció que en El Salvador y la región hace falta un marco legal y regulatorio adecuado para permitir que servicios se establezcan en el país.

Además, Centroamérica adolece de niveles de difusión de acceso a internet de banda ancha y móvil de alta calidad.

Se estima que por ahora solo un tercio de los centroamericanos tiene cobertura 4G y representa un 5 % de las conexiones de la región. El Instituto lo considera un reto ya que, por ejemplo, hace cuatro años, en 2015, el 98 % de los estadounidenses ya tenía 4G.

“Las barreras normativas y políticas continúan inhibiendo las nuevas inversiones, y parece haber pocos programas de fortalecimiento de capacidades, financiación para el desarrollo o cualquier otro programa de asistencia en la región que apoyen el crecimiento de la economía digital y los sistemas de pago móvil”, reiteró en su análisis.

No obstante, una de las ventajas del Triángulo Norte y toda la subregión americana es que tiene una población joven nativa de la tecnología y que ya usa los recursos digitales.

En ese sentido, el desafío también implica orientar estas habilidades hacia las actividades productivas y potenciar con ello el crecimiento y desarrollo económico de los países.

Claudia Umaña, videpresidenta de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), quien participó del lanzamiento de la propuesta y formó parte de un foro de discusión sobre el crecimiento económico de la región, insistió en que “si seguimos hablando de nuestros viejos problemas, nunca vamos a ver lo que está delante de nosotros, una revolución digital”.

Rooney indicó que en el segundo semestre de este año, el Proyecto para la Prosperidad Centroamericana organizará rondas de discusión con gremiales, academia y gobierno para buscar apoyo político y fuentes de financiamiento para implementar las recomendaciones de la estrategia digital presentada en Washington.