Salvadoreña es la superheroína de los migrantes hispanos en Massachusetts

Inmigrante, madre y profesional. Doris Rubio Merino ha dedicado su vida a luchar por los derechos civiles de los hispanos en su comunidad de Boston.

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La exalumna del Colegio La Sagrada Familia ha recibido diversos premios y reconocimientos por su labor. A la derecha, en una marcha pro inmigrantes en Washington D.C. Fotos EDH / Cortesía Doris Rubio

Por Rosemarié Mixco

2020-03-09 4:30:03

Cuando el avión aterrizó en Estados Unidos, la joven Doris Virginia Rubio Merino era un mar de nervios. Por su mente circulaban muchos temores, pero estaba decidida a obtener una mejor oportunidad de vida para ella y su familia.

El Salvador ya estaba inmerso en la guerra civil. Y aunque migrar nunca fue para ella un propósito, abrazó la idea segura de que en un futuro podría beneficiar a sus parientes.

Doris arribó con sus papeles de residente en regla, después de haber completado sus estudios de inglés cuatro años atrás. La primera vez que piso suelo estadounidense lo hizo como estudiante, una alumna del International Language Institute de Washington D.C. decidida a perfeccionar su inglés para poder optar a mejores posibilidades de desarrollo profesional.

“Sabía que si aprendía inglés iba a conseguir mejores trabajos. Ahorré y me pagué un año de estudio de inglés”, recordó la actual vicepresidenta de la mesa directiva del Centro de Salud Comunitario de East Boston (EBNHC), quien en aquel entonces recién había concluido su secretariado bilingüe y su bachillerato en ciencias matemáticas.

Además de su activismo, la compatriota (c) ha integrado un ballet folclórico. Foto EDH / Cortesía Doris Rubio

Hoy, cuatro décadas después, la compatriota se ha convertido en una ardua defensora de los derechos civiles de los hispanos, en la comunidad que la vio llegar hace 35 años: East Boston, en Boston, Massachusetts.

Esa labor le ha exigido grandes sacrificios, pero a la vez le ha proporcionado enormes satisfacciones.

Desde que migró a Estados Unidos, tres fueron los pilares sobre los que edificó su lucha: salud, educación y derechos civiles.

Hay que destacar que ella llegó a vivir en una comunidad dominada por italianos en contra de la presencia hispana.

“Había mucho salvadoreño desde entonces, y los italianos no los aceptaban. Los encontraban en la noche y les pegaban; a quién fuera”, recordó la licenciada en Gestión de Proyectos y en Administración de Empresas por el Wentworth Institute of Technology de Boston (en donde trabajó por 25 años).

En 2020, detalla Doris, más del 50% de los habitantes de esa zona residencial son hispanos y al menos un 19% de estos son salvadoreños.

Empujada por las injusticias y la segregación en su comunidad, buscó la forma de sumarse a organizaciones sociales que le permitieran defender a los hispanos.

En junio de 2018, la compatriota recibió el premio “Maestro” en la gala anual del programa The Arts of Health Care del Centro de Salud Comunitario de East Boston. Foto EDH / Cortesía Doris Rubio

Su convicción la ha hecho partícipe de un sinfín de iniciativas que con el tiempo han dado frutos.

Uno de sus primeros esfuerzos la llevó a ser una de las primeras latinas en sumarse al consejo de padres de las Escuelas Públicas de Boston, desde donde logró oportunidades de superación para los estudiantes latinos y una diversidad de mejoras en las instituciones.

Esta organización le abrió las puertas del Centro de Salud Comunitario, a través del cual ha logrado proporcionar asistencia médica a la comunidad hispana. “A los indocumentados los abusan por todos lados y tienen miedo, pero en ese centro de salud se les brinda la asistencia, tengan para pagar o no y tengan documentos o no”, enfatizó. La salvadoreña tiene 15 años como vicepresidenta de la directiva de dicho centro asistencial, cargo que logró tras ganarse el respeto de los directivos italianos.

Además de gestionar iniciativas pro educación, salud y derechos civiles, también ha trabajado con el consulado salvadoreño para apoyar a los documentados o indocumentados residentes en East Boston.

Una de sus labores más satisfactorias es la de enseñar inglés y español a los compatriotas —quienes han visto cambiar sus vidas al aprender el idioma— y la de ser integrante de un ballet folclórico, en el que participan artistas de todas las edades.

En 1999, Doris se graduó con honores de la Licenciatura en Gestión de Proyectos, en el Wentworth Institute of Technology de Boston. Foto EDH / Cortesía Doris Rubio

Doris recuerda que tras enseñar a un grupo de estudiantes el uso correcto de “I did (lo hice)” y “I didn’t (no lo hice)” una alumna le trastocó el corazón. “En la siguiente clase se levantó y me dio las gracias, porque después de lo aprendido logró que su patrón ya no le pegara”, relató conmovida.

“Los salvadoreños, y los latinos en general, en países extranjeros necesitamos unirnos más y apoyarnos para el bienestar de todos. Que los políticos y demás reconozcan que somos una fuerza que ayudamos a la economía y bienestar de los países en los que residimos”, concluyó la compatriota.