Ingeniero asesinado era joven ejemplar y un líder religioso

El 1 de agosto fue sepultado Rigoberto Orellana Canales. Su madre dijo que perdona al homicida.

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Madre perdona al asesino que mató a su hijo, pero le pide que se arrepienta y se convierta. Foto EDH/ Menly Cortez

Por Jaime López

2019-08-01 10:50:26

“Mi hijo se preparó para la vida no para un corto tiempo”, fue una de las expresiones que el padre de Rigoberto Arnulfo Orellana Canales, de 26 años, expresó ayer durante las honras fúnebres en la parroquia Divino Niño, situada en la colonia Sitio del Niño de San Juan Opico, La Libertad.

El joven era querido y respetado. Ayer quedó demostrado. Los asistentes a su funeral llenaron por lo menos unas tres cuadras.

A pesar del dolor que embarga a la familia Orellana Canales, la madre del joven asesinado dijo que perdonaba a quien le quitó la vida a su hijo. “El hermano que mató a mi hijo cree que le hizo un mal, pero está muy equivocado, le hizo un bien porque mi hijo ya está gozando en el cielo”, dijo la madre.

Rigoberto tenía pocos meses de haberse graduado de ingeniero gracias a un programa de becas en la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA).

Por sus habilidades y capacidades, Rigoberto Arnulfo no esperó mucho para encontrar trabajo. Laboraba como ingeniero en una empresa en la zona con lo que ayudaba a sus padres.

Madre perdona al asesino de su hijo

“El hermano que mató a mi hijo cree que le hizo un mal, pero está muy equivocado, le hizo un bien, porque mi hijo ya está en el cielo. Le pido que se arrepienta y se convierta porque si no se irá al infierno”.

Madre, de ingeniero asesinado

El martes por la mañana fue asesinado por un hombre que irrumpió entre una fila de pacientes que esperaban ser atendidos en la clínica comunal del Seguro Social de ese cantón, aparentemente luego de asaltar a los pacientes. Con una pistola disparó contra Rigoberto Arnulfo y eso le segó la vida.

Su madre relató que a la hora que su hijo agonizaba, camino al hospital, le escuchó antes de morir las siguientes palabras: “Señor mío y Dios mío; mi Dios y mi todo”.

Esta 1 de agosto fueron despedidos los restos del ingeniero Rigoberto Arnulfo Orellana Canales, asesinado en San Juan Opico, La Libertad. Foto EDH/ Menly Cortez

Rigoberto Arnulfo no era un simple ciudadano al que le arrebataron su vida en plena juventud como producto de la ola de violencia que sacude a El Salvador. Además de su carrera profesional tenía una trayectoria religiosa, fue acólito (colaborador de la iglesia), formador de acólitos y últimamente era el comunicador parroquial, quien se encargaba de la grabación de vídeos y de las fotografías en las actividades de la iglesia en el Sitio del Niño, afirmó el párroco Juan José Pineda.

“Él, junto a su padre, asistió a la canonización de monseñor Oscar Arnulfo Romero en Roma, era un joven muy leal, muy entusiasta, honesto, honrado, formado con los principios cristianos, morales y espirituales; con mucho sentido por la humanidad y por la vida. Era un joven muy inocente que no merecía morir así; metemos las manos en el fuego por él”, afirmó el cura párroco Divino Niño, Juan José Pineda.

El progenitor de Rigoberto Arnulfo citó y pidió a la feligresía que en la misa repitiera las palabras que le atribuyen a San Oscar Arnulfo Romero: “si me matan resucitaré en el pueblo salvadoreño”, para referirse al pensamiento de su hijo.

Al menos 11 sacerdotes de la orden Somascos y 3 diocesanos participaron de la misa de cuerpo presente para darle el adiós al joven ingeniero.

También lo acompañaron sus excompañeros de la universidad y del Colegio Emiliani; llegaron para sumarse a las exequias de un joven que siempre buscó hacer el bien a la sociedad, según lo definieron.

Los padres manifestaron que les había ayudado mucho todo el apoyo que recibieron desde el primer momento del asesinato hasta ayer que fueron enterrados los restos de su hijo.

La violencia que agobia a El Salvador ha acabado con nobles sueños de jóvenes; uno de ellos y reciente fue el del policía Luis Armando Ortiz Renderos, quien estaba a punto de graduarse de abogado.