INFOGRAFÍA: Las rapaces que surcaron el cielo rumbo a Sur América

Los biólogos explican que en agosto miles de aves de rapiña migran desde Norteamérica. Esto se vincula con el cambio de clima y la alimentación.

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Por Susana Joma

2019-11-10 6:00:53

Cada año, entre finales de septiembre y principios de noviembre, miles de aves rapaces migratorias de diferentes especies y procedentes de América del Norte cruzan juntas el cielo salvadoreño en ruta a América del Sur. Ellas son a las que en nuestra cultura popular conocemos como “azacuanes”, y cuyo paso es asociado con el fin de la época de lluvias e inicio del verano.

Cada año, entre finales de septiembre y principios de noviembre, miles de aves rapaces migratorias de diferentes especies viajan juntas desde el Norte de América hacia el Sur y en su ruta surcan el firmamento salvadoreño

El biólogo Ricardo Pérez explicó que son miles de aves de rapiña, en su mayoría de gran tamaño, las que pasan por el istmo de Tehuantepec, pero en algunos puntos del mismo como en el caso de Veracruz (México) y Panamá llegan a formarse grandes aglomeraciones.

Pérez, quien es amante de las rapaces, comentó que entre las especies que en mayor número atraviesan por el país están el zopilote cabeza roja (Cathartes aura), el gavilán aludo (Buteo platypterus),el gavilán de Swainson (Buteo swainsoni) y el milano del Mississipi.

Otros que pasan, pero en grupos pequeños, son el zopilote negro (Coragyps atratus), águila pescadora (Pandion haliaetus), milano plomizo (Ictinia plumbea), milano tijereta (Elanoides forficatus), milano de pico ganchudo (Chondrohierax uncinatus) y el halcón cernícalo o Lis Lis (Falco sparverius).

Según indicó, los primeros que empiezan a migrar desde América del Norte son los milanos del Mississipi y algunos halcones.

Estas aves migran en función de los cambios de estaciones en todo el continente, pero este fenómeno no es ocasionado directamente por las estaciones sino por el hecho de cómo se mueven sus presas. Un ejemplo de ello es el gavilán aludo, cuyo traslado coincide con la migración de libélulas.

En el periodo mencionado también pueden verse cruzar, sobre todo por la costa, ejemplares de especies que no son rapaces como el caso de la cigüeña americana, las aves playeras (gaviotas) y el pelícano blanco. “Estas especies que le mencioné vienen individuales, viene una sola especie en las bandadas, en cambio en los azacuanes vienen (especies) mezcladas”, aclaró.

El biólogo manifestó que el pasado 19 de octubre él y otras personas que gustan de ver los azacuanes desarrollaron una jornada de observación en Cinquera, Cabañas, en donde sólo en un lapso de tres horas contabilizaron el paso de aproximadamente 10,000 rapaces. Luego, durante una visita de campo a la que asistió el 1 de noviembre en San Ildefonso, departamento de San Vicente, tuvieron oportunidad de contar cerca de 5,000.

El especialista impulsa esta iniciativa de observación y conteo de aves rapaces desde 2005, e incluso hay un grupo en Facebook. Ese año, en Suchitoto, pasaron dos meses y medio dedicados a esa actividad; en aquel momento llegaron a contabilizar hasta 375,000 de ellas, pero aclara que las que pasan exceden en mucho esa cifra.

Según manifestó, como somos un país angosto prácticamente las aves de rapiña pasan por todo el territorio, aunque en el país vemos el pico de la migración los últimos quince días de octubre y la primera semana de noviembre.

“Un día de observación generalmente comienza a las ocho de la mañana y se cierra a las cuatro de la tarde, salvo que usted observe un momento de aterrizaje de las aves, porque si usted observa ese proceso de aterrizaje, además de que (verlos) es increíble uno necesita contarlas”, señaló.

El biólogo Ricardo Pérez manifestó que para contarlas utilizan unos contadores manuales. Las estimaciones las pueden hacer de uno en uno, de cinco en cinco, de diez en diez, de cien en cien, pero cuando son bandadas grandes como las que suelen coincidir en Veracruz y Panamá se puede incluso llegar a estimar en miles.

Los observadores tienen binoculares o telescopios para apreciar mejor a las rapaces. “Todos son bonitos, todos tienen su gracia, hasta los mismos zopes (buitres)”, aseguró.

Al consultarle sobre la importancia de estas aves, manifestó que son depredadoras, están en la cúspide de la cadena alimenticia y algunas de ellas, como el zopilote, incluso son carroñeras que ayudan directamente al saneamiento de los ecosistemas porque se comen la materia en descomposición.

“Las rapaces que cruzan (por el territorio) ayudan a mantener el equilibrio de las poblaciones de presas”, añadió.

Pérez dijo que las aves suben entre los meses de febrero y mayo, incluso hay casos de algunas aves que lo hacen hasta junio, pero en forma esporádica.

Roberto Amaya, quien es un observador aficionado, aseguró que el paso de los azacuanes “es un espectáculo maravilloso, porque uno no se imagina el gasto de energía que requiere este tipo de aves para cruzar tantos kilómetros.

Amaya destacó que para no gastar energía estas aves solo no aletean, solo planean aprovechando corrientes de aire caliente.

DATOS Y CURIOSIDADES

. Hay una especie de regla en las aves rapaces: entre más pequeña es la especie su nidada es más grande, y entre más grande es la especie la nidada es más pequeña.

. El gavilán aludo estuvo en peligro de extinción en América del Norte porque el bosque que habita fue talado, pero filántropos se unieron para comprar extensiones de terreno para bosque y se logró recuperar. En nuestra zona utiliza los bosques de cafetal.

. Algunos observadores de aves rapaces comentan que estas pueden cruzar el país en cuestión de día y medio.

. Este tipo de ave suele volar entre 500 y 200 kilómetros por día, y las que vuelan por la noche pueden llegar a recorrer hasta 800 kilómetros.