Este negocio inició con dos cosas que los hermanos Karol y Billy Marroquín tenían para establecer su emprendimiento: una idea de vender café nacional y un tiradero de basura ubicado en la carretera que conduce al Parque Balboa de Los Planes de Renderos. Lo que comenzó con un terreno abandonado y tres recetas para preparar café helado, ahora emplea a 11 jóvenes de la localidad, contrata proveedores y recibe un promedio de 120 clientes por día.
Todo inició cuando Karol estudiaba su primer semestre de administración de empresas y participó en una feria de emprendimiento en la que vendió café helado. Ese día vendió mucho y luego quiso preparar cafés para su familia, ellos la motivaron a que los vendiera y con una hielera de durapax decidió instalarse fuera del trabajo de su madre, cerca de una escuela. Todos los cafés costaban $1.
Poco a poco, la gente se fue acostumbrando a ver a Karol con sus “frappés” y eso le permitió vender lo suficiente para comprar licuadoras y colocar un pequeño kiosco.