Párroco busca apoyo para reparar templo de San Antonio del Mosco

Pese a necesitar unos $25,000, el párroco manifestó que no aceptará ayuda de instituciones de Gobierno, sino que lo hará con actividades y la ayuda que dé la feligresía.

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Por Iliana Ávila

2020-03-11 4:30:20

San Miguel. En San Antonio del Mosco las misas se ofician en un salón readecuado, que en un primer momento fue construido para que fuera una cancha. Pero, el padre Juan Ovidio Argueta está decidido a reconstruir las dañadas paredes del templo, para lo cual estima un presupuesto de $25,000.

El 5 de enero del 2019, el pueblo dio la bienvenida al padre Argueta, durante la primer misa que celebró a las 5:00 de la mañana (horario establecido por su antecesor) y a la que llegaron menos de 10 personas.

El párroco encontró un pueblo con un poco más de 5,304 habitantes, según el censo poblacional 2007, donde un buen porcentaje profesan una doctrina diferente a la católica, o simplemente decidieron dejar de asistir a misa al templo, que data de mediados de 1800, ahora en ruinas y con mucho trabajo pastoral que realizar.

De momento, nadie en el pueblo tiene una fecha clara de cuándo fue construida la parroquia de Villa San Antonio, que pertenece a la Diócesis de Santiago de María. Según datos históricos, San Antonio del Mosco fue fundado en agosto de 1838, y las campanas que se encontraban en el campanario de la iglesia datan de 1842.

Estas fechas puede ayudar a indicar un periodo probable de la construcción del templo católico, que hoy en día representa un peligro para la feligresía en vista de que sus paredes de adobe se encuentran dañadas.

“Tiene bastantes fisuras, así la encontré y no se ha tocado, hasta este año le vamos a poner unos contrafuertes para sostenerla y queremos ver si le quitamos unos pilares que no son adecuados y están adentro, son demasiado peso para la misma iglesia, y se los pusieron hace unos 20 a 23 años”, comentó el padre Juan Ovidio Argueta, que aspira a reconstruir la iglesia como en sus primero días.

“Quiero mejorarla para que se conserve así como era ella; le quiero quitar el piso para dejar el que estaba antes de barro, el campanario se tiene que reparar. Primero Dios en este año se hacen actividades con las personas para ver qué le podemos hacer”, dijo.

El párroco consideró que necesita unos $25,000 para colocar contrafuertes, quitar dos pilares ubicados en la parte interna de la fachada de la iglesia y cambiar el piso. Y a pesar de que se encuentra en un municipio declarado en pobreza extrema severa según el Fondo de Inversión Social para el Desarrollo Local (FISDL), no cree en buscar apoyo económico en la Asamblea Legislativa, como lo han hecho otras parroquias.

“Me sale mas rápido y barato si lo hago con la gente de la iglesia y algún donativo que nos quieran dar, pero ya que se meta la Asamblea no, porque es tardadísimo, ellos deciden adónde hacer el volado, fuera del país, quién lo va hacer, cuánto va costar, cuánto tiempo se va a llevar… Yo he trabajo en otras parroquias y si el pisto se administra bien las cosas salen adelante, si no se administra bien o se malgasta o no se cuida; $25,000 en un ratito se van, uno trata la manera de economizar las cosas”, aseguró el religioso.

En un año, la parroquia ha recibido un aproximado $32,000, una buena parte donativos recibidos de personas ajenas al municipio para adecuar un salón para oficiar las misas, comprar mobiliario, hacer trabajos de mejoras en la casa parroquial y mandaron a fundir las campanas antiguas para hacerlas de nuevo, debido a que “estaban reventadas, (porque) tenían años que no se tocaban”.

Edy Lovos, miembro de uno de los comités de la iglesia, aseguró que realizan una serie de eventos para poder recolectar fondos y construir la iglesia, pero hasta la fecha lo recaudado se ha invertido en el salón donde ofician las misas.

“Organizamos actividades como venta de pupusas, festivales una vez al año, excursiones, entre otras, para ir recogiendo (fondos). No se cuánto pueda costar la reparación de la iglesia, pero en este momento prácticamente no hemos recogido nada porque siempre vamos haciendo otras cosas, siempre para el mantenimiento del salón. Hace poco se le puso la cerámica en el piso”, comentó la feligrés

Según contó el sacerdote, el salón donde se ofician las misas fue pensando al principio en una cancha para los jóvenes. “En la parte poniente había bastantes servicios sanitario y baños. Quité cinco servicios y siete baños, hice una bodega y una sacristía y reorganicé esto, porque estaba cerrado. Se hizo una puerta grande como entrada principal y una puerta al costado, se levantó una grada para que el padre quedara más alto, se le puso el piso de cerámica y se compraron imágenes”, contó el padre Argueta.

Pero, a pesar de la funcionalidad del salón, personas como Héctor Jurado, de 60 años, anhelan ver la iglesia reparada. “Necesita una buena reparación, todita está mala; no tiene ni un lado que esté buena, la madera está arruinada, tiene comején, la teja esta podrida, adentro cae el agua. La gente entra por la iglesia principal para venir acá (salón), pero a mí me gustaría ver la iglesia bonita porque es la antigua”, manifestó Jurado.

El párroco también aseguró que no tiene una fecha probable para intervenir la iglesia, pero de lograr reconstruirla, celebrará la eucaristía del lunes a sábado en el templo ya remozado. “Es de ver si cabe la gente los días domingo; en esta semana que se puso el piso de cerámica en el salón, las misas se hicieron en la iglesia y con la mitad de bancas estaba lleno, son un total de 60 bancas, y la iglesia antigua con 30 estaba llenito”, aseguró.

Poco a poco, el padre Juan Argueta, junto con la comunidad católica, se ha dado a la tarea vitalizar el templo católico; aunque por el momento la puerta de la iglesia antigua solo es utilizada como un corredor principal para llegar al salón donde se ofician las misas, los pobladores no pierden la esperanza de que la iglesia esté en condiciones.Re