Human Rights Watch: El secretario de la OEA pierde credibilidad cuando intenta justificar abusos de poder en El Salvador

Al ser abordado por El Diario de Hoy al respecto del silencio del secretario de la OEA sobre los abusos de poder en El Salvador, José Miguel Vivanco considera que esto mina la confianza y la imagen de Almagro.

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Foto de referencia / Archivo / EDH.

Por Ricardo Avelar

2020-05-10 9:15:34

A criterio de José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch, Luis Almagro ha demostrado ser un agudo crítico de los regímenes que sistemáticamente violan derechos en el hemisferio. “El Secretario General Almagro ha dedicado su mandato a criticar, con plena justificación, las violaciones a los derechos humanos y la consolidación de dictaduras en Venezuela, Cuba y recientemente en Nicaragua”, manifestó Vivanco.

Sin embargo, al ser abordado por El Diario de Hoy al respecto del silencio del secretario de la OEA sobre los abusos de poder en El Salvador, el director de Human Rights Watch considera que esto mina la confianza y la imagen de Almagro, fundamental para mantener la consciencia sobre la importancia de la institucionalidad en el continente.

 


“La credibilidad de cualquier esfuerzo por defender valores democráticos en el seno de la OEA se pierde cada vez que su Secretario General hace todo tipo de contorsiones para justificar graves abusos de otros gobiernos de la región o guarda silencio frente a violaciones de derechos humanos”, dijo Vivanco a este medio, y añadió que “su posición ante las evidentes amenazas al estado de derecho en El Salvador es un caso paradigmático”.

Almagro, el secretario que no critica a Bukele

“A mí no me preocupa cuando hay diferencias entre los poderes del Estado”, dijo recientemente el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, cuando este medio lo cuestionó por no haberse pronunciado por el desafío del presidente Nayib Bukele al estado de derecho en El Salvador.

El mandatario ha anunciado que no acatará una orden de la Sala de lo Constitucional que le prohíbe detener a quienes presuntamente violen la cuarentena sin evaluar su salud. Además, ha empoderado a sus policías a militares a emplear la fuerza contra los supuestos infractores y ha acusado de estar “del lado del virus” a quienes cuestionan sus medidas.

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En una conferencia virtual afirmó que a él lo que le preocupa es cuando no hay diferencias entre los órganos de Estado, pues es un signo claro de una dictadura.

Sin embargo, decenas de instancias locales e internacionales, de la talla de Naciones Unidas o la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ven un repetido patrón de desafío a las normas democráticas e intentos por desconocer órdenes judiciales que limitan el ejercicio de su poder. Hay quienes ya adelantan las intenciones de Bukele de configurarse como un líder autoritario, acaso un dictador millennial, como lo llamó recientemente The Economist.

Pero a juicio del secretario de la OEA, “el sistema ha sido avanzando y tiene una discusión política vibrante. En ningún caso podemos pensar que eso le haga mal a la democracia”.

Irónicamente, en esa misma conferencia, minutos antes Almagro habló del carácter esencial de los órganos legislativos en momentos de crisis sanitaria en los que el Ejecutivo tiende a tomar un rol más preponderante. “Los parlamentos son fundamentales y su función es imprescindible para el mejor funcionamiento del sistema democrático”. Además, dijo Almagro, “los aparatos judiciales han tenido que ajustar sus trabajos para tener que cumplir su función esencial de frenos y contrapesos” a los gobiernos centrales.

Más irónico aún es que Almagro haya ganado tracción al frente de la OEA por su firmeza ante las dictaduras en Caracas, La Habana y Managua. El también excanciller uruguayo ha sido pieza esencial para articular el grupo de Lima, conformado por alrededor de una veintena de países que buscan activamente una salida a la dictadura chavista.

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Vivanco, que destaca el rol de Almagro ante estos regímenes, no deja de observar el doble rasero del secretario general de la OEA que no denuncia con fuerza la incipiente deriva autoritaria comandafa por Nayib Bukele.

Más recientemente, en un tuit, José Miguel Vivanco criticó que “salvo (Luis) Almagro y (Donald) Trump, parece haber consenso sobre la conducta autócrata” de Nayib Bukele.

Esto en referencia a la marea de condenas que el gobierno de El Salvador recibe desde dentro y fuera del país por su desdén por los derechos fundamentales y el balance de poder.