Cientos de vuelos fueron cancelados mientras bancos, escuelas y la administración pública cerraron sus puertas en la quinta huelga nacional que el sindicalismo argentino realizó ayer contra las políticas de ajuste del presidente Mauricio Macri.
El paro tiene lugar a pocos meses de los comicios en los que Macri buscará reelegirse y la opositora exmandataria Cristina Fernández (2007-2015) regresar al poder.
La huelga convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) se sentía con fuerza en Buenos Aires y otras ciudades por la paralización de los ferrocarriles, el metro y los autobuses, así como el transporte de mercancías por carretera y vía marítima.
Aerolíneas Argentinas fue una de las compañías aéreas que no operó. Unos 330 vuelos fueron cancelados y 37,000 pasajeros resultaron afectados.
En los hospitales se atendían sólo emergencias pero en los comercios y restaurantes la medida se acataba de forma dispar. Muchos taxis también trabajaron.
Dirigentes sindicales consideraron que el paro fue más exitoso que otros realizados contra el gobierno y que demuestra el rechazo a las políticas que generaron despidos, el cierre de 14,000 pequeñas y medianas empresas y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios a causa de una inflación “alarmante”.
“El acatamiento fue muy importante en todo el país y su contundencia quedó demostrada”, dijo a periodistas Héctor Daer, uno de los dirigentes de la CGT. El gremialista exigió a Macri “acciones inmediatas para frenar esta decadencia económica”.