Enfermeras denuncian que el Gobierno no les paga desde mayo

Las 150 profesionales fueron contratadas para atender en el Hospital Nacional Zacamil a pacientes con COVID-19. Además, denuncias que el equipo protector de bioseguridad es deficiente y no se les proporciona transporte.

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Personal de enfermería atiende a paciente en Hospital Zacamil. Foto EDH / Archivo

Por Roberto Alas

2020-07-09 10:00:25

Personal de enfermería que fue contratado para la atención de pacientes con COVID-19 en el Hospital Nacional Zacamil, denunció que el Gobierno aún no les ha cancelado los salarios de mayo y junio y solo les tiene con la promesa que “la próxima semana les pagarán”.

Estos empleados fueron contratados en mayo y, a parte de que no les han cancelado el sueldo, se les ha entregado equipo de protección deficiente y no se les está proporcionando transporte para trasladarlos de sus viviendas al nosocomio y viceversa, expusieron.

 

El gremio de personal de salud salió a protestar en distintos puntos del país para pedir que se apliquen medidas que ayuden a descongestionar la red de hospitales, también pidieron equipos de protección para el personal de salud entre otras cosas.

 

Las enfermeras, que prefieren omitir su nombre para no ser sancionadas, expresan que las necesidades en sus familias son diversas y les urge que se les cancele mayo y junio; el salario por julio aún está en la incertidumbre.

“El plan contingencial comenzó en mayo, nos hacen ir a firmar (la planilla) para el pago; pero nunca nos pagan. Tanto así que dijeron que mayo lo iban a pagar el 24 de julio”, denunció una de las afectadas.

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El salario del de junio aún no les han dado la fecha de pago, lamentó. Otra enfermera que fue contratada para la atención de los enfermos por coronavirus, indicó que “nos deben el pago de nuestro salario desde mayo y hasta la fecha no hemos recibido ni el bono que tanto dijo el presidente (Nayib Bukele) que los de primera línea recibiríamos”, afirmó.

Otra de ellas, contratada como personal de primera línea, expuso que existe enorme descoordinación en la gestión del Hospital Nacional Zacamil que, a p arte que no les han cancelado, les exponen a contagiarse con el nuevo virus.
“Uno trabaja porque es nuestra profesión y nos gusta, pero no nos han pagado desde mayo y eso desmotiva porque uno tiene familia y gastos que hacer”, expresó.

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Otra de ellas aseguró que les exigen “cierta” cantidad de horas para poderles pagar; pero muchas no se pueden movilizar hacia el hospital porque no tienen transporte.

La presidenta de la Asociación Nacional de Enfermeras (ANES), Nora Barahona, expresó que es lamentable que el personal sanitario no reciba su salario oportunamente, por lo que se debe agilizar los procesos administrativos donde corresponde, expresó.

“En medio de una crisis es difícil, pero debe buscarse las mejores acciones para corregir este problema porque cualquier trabajador se desmotiva, más aún en tiempos de emergencia y grandes riesgos”, insistió la presidente de ANES.

Desprotección y desconsideración

Los turnos que hacen estas enfermeras es de 24 horas. Por ejemplo, si una de ellas entra a las 7 de la mañana, sale a la 1 de la tarde; descansa desde la 1 de la tarde hasta las 7 de la noche, y vuelve a trabajar de 7 de la noche hasta las 7 de la mañana.

El turno de atención es pesado y, siendo así, al inicio se les dio un cuarto de descanso donde antes se habían atendido pacientes positivos de COVID-19. Los trabajadores se quejaron que la administración del hospital llegó al grado de ubicar las mismas camas donde estuvieron los pacientes y solo le dieron vuelta a los colchones.

“Las camas estaban sucias, con sangre y heces; las paredes sucias. Cuando lo denunciamos dijeron que ya lo habían desinfectado varias veces y no había problema”, expuso una enfermera.

Al final, cuando muchos no aceptaron ese cuarto de descanso y dijeron que renunciarían, los cambiaron a otro sin aire acondicionado; aunque las condiciones cambiaron un poco, siguen siendo deficientes.

Otra de las denuncias, y que hoy se han vuelto frecuente en el personal de primera línea (médicos, enfermeras, motoristas y otros) es la falta de aplicación de pruebas para determinar si alguno de ellos se encuentra contagiado.

“Como personal en primera línea nos estamos contagiando pero no nos quieren hacer pruebas porque dicen que ya no hay y por lo mismo no nos incapacitan”, aseguró otra enfermera.

Otros empleados han llegado a trabajar con síntomas propios del COVID-19, pero como les dicen que no hay pruebas hechas “no puede dar positivo y no puede faltar al trabajo”, lo que pone en riesgo a todo el personal, dijo.

Las enfermeras manifestaron que no se les cuidada, incluso, hubo una enfermera a la que se le murió un familiar (no por COVID-19) y no le dieron permiso ni le permitieron cambiar el turno.

Sin transporte

Las enfermeras tampoco tienen transporte y muchas de ellas se han visto obligadas a pagar taxi de su propia bolsa.
“Yo comencé a trabajar el 21 de mayo y hasta ahora no me han dado transporte. Tengo un amigo que me va a dejar y traer en su vehículo, pero ya no lo está haciendo porque se ha puesto más peligroso para contagiarse”, dijo la enfermera.

El problema del transporte se ha dado porque el gobierno no ha pagado a los transportistas que trasladan al personal del Ministerio de Obras Públicas y Salud.
La misma situación se da en el oriente del país.