“El muchacho está diciendo que él no ha sido, que lo están obligando; no sé por qué dice eso, ‘puesí´, después de que dijo que era cierto hoy está diciendo que no lo hizo él. Es otra versión la que está dando, no la que dio inicialmente”, dijo la madre de Julián M., al salir de la audiencia inicial contra los dos acusados de matar al menor.
Ayer, el Juzgado de Paz del municipio de Candelaria de la Frontera, en el departamento de Santa Ana, decidió enviar a prisión preventiva a Pablo Gilberto Vásquez Martínez, de 19 años, y a José Antonio Cruz, de 74, a quienes la Fiscalía acusa de asesinar a Julián.
El crimen fue cometido la noche del 23 de agosto anterior. El cadáver del niño fue encontrado a la mañana siguiente, en el caserío Boca de la Montaña, el mismo lugar donde el menor vivía con su familia.
El fiscal del caso también confirmó que durante la audiencia judicial, Pablo Gilberto había cambiado la declaración que diera horas después de ser arrestado por el crimen.
“Cuando el imputado cambia de defensor, obviamente va a obedecer a los lineamientos de su nueva defensa técnica”, explicó el fiscal cuando se le preguntó si el imputado había aceptado, ante el juez, haber cometido el homicidio.
Los imputados están siendo procesados por el delito de homicidio agravado. La agravante, según el fiscal, es porque hubo una promesa de pago.
En cuanto a la versión que diera Pablo Gilberto de que José Antonio le ofreció 500 dólares para que cometiera el crimen, el fiscal afirmó que existen más evidencias que incriminan a ambos imputados en la comisión del asesinato.
Asimismo, el fiscal dijo que hay una tercera persona que será sometida a investigación exhaustiva, y que si se llegara a encontrar alguna evidencia de su participación, se procedería contra él.
PAGO POR EL CRIMEN
La Fiscalía afirma en su acusación que el imputado de 74 años prometió un pago 500 dólares a Pablo Gilberto Vásquez Martínez, para que matara al niño.
El crimen afectó a tres familias
Ayer, antes de que la Policía llevara a los dos imputados, la familia de José Antonio Cruz llegó para mostrarle su apoyo. Después llegó la madre y la abuela de la víctima.
Unos a otros se fueron acercando para hablar del asunto. La madre y abuela de Julián se mostraron compasivas cuando una hija de José Antonio les comentó que a su padre lo tuvo que cargar José Gilberto en la espalda para bajarlo del pick up policial y llevarlo a la sala de audiencias. “Nosotros en ningún momento lo hemos acusado; él (Pablo Gilberto) es quien anda diciendo eso (que el anciano le pagó 500 dólares para que matara al niño)”, le dijo la madre de Julián.
Después de varios minutos de conversación se separaron. La madre del menor se introdujo al juzgado porque la habían citado para que estuviese presente en la audiencia.
Unas tres horas después, al finalizar la audiencia, José Antonio salió en una silla de ruedas.
Sus parientes le gritaban: “Fuerza, papá, siga orando. Nosotros seguimos orando por usted… Y también por vos, primo Gilberto. Y por tu madrecita que está sufriendo mucho por lo que hiciste, bruto”.
Pablo Gilberto confesó haber matado a su primo, Julián, y también dijo que José Antonio, familiar de ambos, le había prometido pagarle por asesinar al niño.
El martes anterior, los padres de Julián dijeron a El Diario de Hoy que dudaban que José Antonio estuviera involucrado; que más bien les parecía un invento (a saber con qué fin) de Pablo Gilberto. Ayer, al final de la audiencia, la madre dijo que dejaba las cosas en manos de Dios y de la justicia.