Hamilton, dueño de Sochi

El británico volvió a ganar en el Gran Premio de Rusia, al igual que lo ha hecho en 2014, 2015 y 2018. No ganaba un GP desde agosto, en Hungría

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Lewis Hamilton celebra en el podio después de ganar el Gran Premio de España de Fórmula 1 en el Circuito de Cataluña en Montmeló. Foto/ AFP.

Por EDH Deportes

2019-09-30 4:00:49

Por una cuestión de fe, cuando Ferrari parecía inalcanzable por su velocidad y su ritmo, el británico Lewis Hamilton pudo renovar el reinado de Mercedes en el Gran Premio de Rusia.

Es la única escudería que conoce la victoria en la ciudad olímpica de Sochi, adherida al calendario de la Fórmula Uno en 2014. Mercedes debe su supremacía, en gran medida, al desempeño del virtuoso piloto de Stevenage. Y es que ayer, como en 2014, 2015 y 2018, Hamilton volvió a ser el mejor sobre el asfalto ruso.

El mérito es atribuible a la fortuna y a su empeño por forzar su monoplaza, aun sabiéndose el mejor del Mundial. Ocurre, sin embargo, que su hambre no está extinta.

Su renta, de hecho, es hoy mayor tras haberse reconciliado con la victoria. No ganaba desde el 4 de agosto, en Hungría, justo antes de la pausa estival. En Sochi volvió a lucir su sonrisa y sus rastas en lo alto del podio, engrosando un palmarés a la altura de los grandes fenómenos de la disciplina. Hamilton suma 82 victorias y 5 títulos. Tiene tiempo para seguir decorando su historial, fiel a su propósito de avanzar “con un pie delante del otro”, también en los días más difíciles.

En Sochi le resultó “complicado poder seguir la estela de los Ferrari” en el primer tercio de la carrera. Sebastian Vettel y Charles Leclerc comandaban la prueba, distraídos en su propia pelea.

‘Seb’, según denunció Leclerc, alteró el pacto acordado. Aprovechó el rebufo que le facilitó Leclerc para ganarle la segunda posición a Hamilton; pero a continuación rebasó también a su compañero.

Esa acción abrió una riña por radio. Leclerc reclamó el primer puesto. Dueño de la ‘pole’, entendía que era lo más justo. Vettel, en cambio, defendió lo suyo. “Tiene que acercarse más”, pidió reiteradamente, temeroso por si daban pie a la remontada de Hamilton.

Desde Ferrari intervinieron con un mensaje conciliador. “Haremos el cambio más tarde”, para rebajar el lógico enfado de Charles Leclerc.

Ese lance revitalizó a los Mercedes. El coche de seguridad virtual se convirtió en el gran aliado de Hamilton y de Valtteri Bottas, quienes pasaron a comandar la prueba ante la resignación de Leclerc.

“Tercero es lo mejor que podíamos haber hecho, desafortunadamente, tras la salida del coche de seguridad”, lamentó. Después, agregó diplomático que era “una pena no tener un segundo coche en el podio”. Y es que Mercedes volvió a ocupar las dos primeras posiciones. Después de tres Grandes Premios triunfales, en efecto, Ferrari volvió a verse derrotado por el mejor fabricante del campeonato.