Comicios presidenciales en Guatemala. Foto EDH: Ricardo Avelar.
Guatemala se juega la misma democracia
Si bien el entusiasmo no ha sido el mayor de cara a estos comicios, lo que está en juego es importantísimo y ese es el gran dilema de Guatemala en este momento.
De acuerdo al reconocido empresario Dionisio Gutiérrez, quien además preside la Fundación Libertad y Desarrollo, “Guatemala se está jugando la democracia misma”. A su juicio, ha habido un proceso de “criminalización del Estado guatemalteco” que podría continuar si se elige a la persona equivocada.
Su pronóstico no es tan optimista: al menos uno, sino dos, de quienes tienen probabilidades de llegar a segunda vuelta podrían significar un debilitamiento de ya pobre institucionalidad este país centroamericano.
Daniel Haering, por su parte, considera que el panorama es bastante desolador en Guatemala. A juicio de este politólogo y catedrático de la Escuela de Gobierno, tanto Torres como Giammattei te han alcanzado la posición que están simplemente por ser los candidatos más conocidos, pero no gozan de un amplio reconocimiento y aceptación de la sociedad guatemalteca.
Esto plantea muchos riesgos a la hora de gobernar, con un Congreso posiblemente muy fraccionado y gran parte de la sociedad que aspiraba a presenciar un golpe contundente contra la corrupción y la impunidad y se encontrará con al menos una de las opciones representando a las viejas tendencias que en su momento hicieron despertar a la sociedad guatemalteca y llegaron a tumbar un gobierno.
Esto lo confirma el abogado y analista Edgar Ortiz, quien resumió el resultado como un “triunfo de la vieja política”. El también catedrático de la local Universidad Francisco Marroquín lamentó que ni en Torres ni en Giammattei jugó un rol importante la lucha contra la corrupción.
Este análisis de académicos y del mismo presidente del organismo electoral guatemalteco se tradujo en centros de votación vacíos, sin el brillo que se presenció en los comicios de hace cuatro años.
A espera de resultados oficiales de la participación de guatemaltecos en estas elecciones, es casi seguro que el resultado final se alejará mucho del 71% de guatemaltecos que acudieron a las urnas en 2015. De hecho, a pocas horas de que cerraran las urnas la participación apenas superaba el 50%. Y no es para menos, Guatemala está cansada de la política tradicional, en la que actores de diferentes partidos parecían moverse bajo los mismos incentivos.
Así lo dijo a El Diario de Hoy Martín Rodríguez Pellecer, director del medio digital Nómada, quien afirmó que al menos tres de las cinco candidaturas que punteaban en las encuestas podrían garantizar la permanencia de estructuras corruptas al interior del Estado.
De cualquier manera, dos personas se verán las caras el próximo 11 de agosto. Los retos que tendrán que afrontar son varios: por un lado atacar las causas que llevan a miles de guatemaltecos a emigrar hacia los Estados Unidos.
Segundo, abordar una de las problemáticas más grandes del país: La corrupción y la sistemática impunidad.
Tercero, tendrán el reto de llevar el Estado no sólo en los cascos urbanos sino a los puntos más remotos del país, donde el crecimiento ha sido más lejano.
Los guatemaltecos fueron a dormir la noche del domingo en una aparente clima de pesimismo, pero de cara a la segunda vuelta deberán tomar una decisión y de momento parece ser que esta girará entre Sandra Torres y Alejandro Giammattei.