Gobierno de El Salvador viola derechos humanos al sembrar duda y desinformación

Esa es la principal conclusión de un estudio cualitativo presentado ayer en la UCA.

descripción de la imagen
El análisis le permitió al abogado y sociólogo Herman Duarte identificar tres temas principales. Foto EDH/ Cortesía

Por Lilian Martínez

2021-01-13 9:30:19

El estudio de las prácticas, tácticas y estrategias que deliberadamente generan duda, confusión o desconocimiento entre la población es conocido como agnotología.

El término fue acuñado por el profesor de la Universidad de Stanford Robert Proctor en 2008 y difundido en el libro “Agnotology: The Making and Unmaking of Ignorance”. Doce años después, El Salvador cuenta con el primer estudio agnotológico en Centroamérica con el título de “Agnotología y pandemia: un caso de estudio sobre prácticas agnotológicas en respuesta al COVID 19 por el Gobierno de El Salvador”.

La investigación, llevada a cabo por Herman Duarte como parte de su especialización en Derechos Humanos en la London School of Economics (LSE), concluye que “el gobierno de El Salvador ha incurrido en prácticas de agnotología, y esas prácticas violan los derechos humanos”.

Leer además: José Miguel Vivanco: Al presidente Bukele se le va acabar la fiesta cuando entre el nuevo gobierno de Joe Biden, el 20 de enero

Para llegar a esta conclusión, Duarte descargó y clasificó 12,741 publicaciones en Twitter y Facebook de las cuentas oficiales del presidente Nayib Bukele, Casa Presidencial y el Ministerio de Salud publicados entre el 1 de marzo y el 1 de julio. Luego hizo un análisis de contenido temático, del discurso y semiótico.

El estudio se centró en identificar las estrategias que dañan “la producción de conocimiento y la forma en cómo impacta a los habitantes en diferentes dimensiones, comenzando por el derecho a tener una imagen clara, no manipulada, de la realidad”.

Prácticas de tergiversación

El análisis le permitió a Duarte identificar tres temas principales y cuatro tipos de estrategias agnotológicas en las publicaciones de Twitter y Facebook.

“En este contexto, el Gobierno de El Salvador se apoya de las siguientes estrategias: el secreto; el uso de la fe; acciones que podrían ser consideradas como parte de la “Estrategia del Tabaco”; y la desinformación. La llamada “Estrategia del Tabaco” son las prácticas implementadas por la industria tabacalera en las últimas décadas del siglo XX para sembrar la duda respecto a que fumar es dañino para la salud. Entre estas están: la tergiversación de estudios científicos, la financiación de estudios favorables y el descrédito o ataques a los críticos.

Esas estrategias, según Duarte, también han sido utilizadas por el Gobierno. Un ejemplo de ello fue lo ocurrido cuando miles de salvadoreños fueron enviados a los denominados centros de contención tras regresar al país o por irrespetar la cuarentena estricta establecida por el Ejecutivo. Algunos estuvieron privados de libertad 40 días o más.

El 14 de marzo, el presidente Bukele tuiteó:“ La mayoría de personas en cuarentena ya están en albergues con excelentes condiciones…”. Luego de varias protestas, tres días más tarde, el presidente agregó: “La mayoría de personas están en cuarentena en habitaciones de hotel, pagadas por el Gobierno a precio especial”.

Leer más: Exprocurador David Morales: Bukele ataca a defensores de derechos humanos y potencia poder militar

El 17 de abril, con varias resoluciones de la Sala de lo Constitucional, el presidente tuiteó: “Alguien cree que queremos tenerlos retenidos en un hotel 4 estrellas por deporte? No, algunos de ellos son potenciales casos positivos. Otros son nexos de positivos. Dejarlos salir sería esparcir el virus”.

Ese día, una mujer rogó por su libertad desde la ventana de un hotel. Sostenía un rótulo donde decía que se estaba volviendo loca tras 39 días recluida y 3 pruebas de COVID-19 negativas. El 10 de mayo, frente a ese edificio, se paró un grupo de mariachis a cantarle a las madres recluidas. El estudio señala: “Esas fotos fueron publicadas (y borradas) en la cuenta oficial de la Secretaría de Comunicación del Gobierno. ¿Por qué no mejor que las dejen libres? El período de incubación ya fue por mucho superado, dado que hay casos de 50 días de cautiverio”.

"Espero que el espíritu de armonía y reconciliación de Nelson Mandela inspiren sus actuaciones, que la sabiduría de su padre, don Armando Bukele, lo guíen en la toma de decisiones; y que nunca olvide el llamado moral y constitucional que tiene de ser instrumento de paz y armonía social. Todavía esta a tiempo a retomar la energía y mística con la que inició su gestión, y que se perdió el 9 de febrero".

Herman Duarte, .

Los tuit anteriores y la imagen de los mariachis frente al centro de contención, que Duarte considera “surrealista”, lo llevan a preguntarse: los centros de contención ¿son un castigo o una demostración de “amor duro/tough love”?

Luego él mismo responde: “ Aunque un profesor de la American University, prácticamente denegó la ocurrencia de violaciones a los derechos humanos (Schamis & Chirinos, 2020), las decisiones de la Sala de lo Constitucional relatan una historia diferente, y en todo caso, una más confiable”.

La narrativa alrededor de los centros de contención no es un caso aislado. Sino que se ha repetido cuando el gobierno ofreció acceso a Internet a un joven que se subía a las ramas de un árbol para tener señal. Una acción necesaria, pero que no solucionó la falta de acceso a Internet para miles de estudiantes más.

En las conclusiones del estudio se afirma: “Estos actos pertenecen a una unidad, un discurso que es creado uniendo las miles de interacciones y los millones de casos de socialización de dichos mensajes que incluyen: insultos a la oposición política, desacreditación de organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales; la censura indirecta de la sociedad civil; el hostigamiento localizado de la prensa; la desinformación estratégica colocada para crear caos y ganar poder; la decisión deliberada de no cumplir con las obligaciones constitucionales que emanan del cargo; o acciones simples de no asumir responsabilidad por los fallos en el manejo de la pandemia”.

Al final, Duarte incluye un mensaje para el presidente: “Espero que el espíritu de armonía y reconciliación de Nelson Mandela inspiren sus actuaciones, que la sabiduría de su padre, don Armando Bukele, lo guíen en la toma de decisiones; y que nunca olvide el llamado moral y constitucional que tiene de ser instrumento de paz y armonía social. Todavía esta a tiempo a retomar la energía y mística con la que inició su gestión, y que se perdió el 9 de febrero”.

Si quiere una copia digital del estudio, que consta de 161 páginas, escriba al correo electrónico: hd@simple-legal.consulting