Fusades advierte que país tendría 60,000 casos por COVID-19 en 60 días

El estudio matemático es una herramienta de análisis de evolución de la enfermedad. La probabilidad está proyectada en un escenario crítico de la pandemia, según un estudio de proyecciones focalizado para El Salvador hecho por Fusades.

Por Evelia Hernández/Karen Molina

2020-04-04 8:19:17

Un estudio desarrollado por el Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación sobre el comportamiento del COVID-19 en El Salvador advierte que en el escenario más crítico de la enfermedad podría haber hasta 60,000 casos, en un lapso de dos mes; mientras que en el escenario más favorable para el país la cantidad se reduce a 5,000. Las cifras son una proyección hecha por un equipo multidisciplinario de estadistas, epidemiólogos y otros profesionales.

El coordinador de la iniciativa COVID-19, Óscar Picardo, explicó que el estudio se ha desarrollado para visualizar las probabilidades lo cual permitan presentar resultados y cerrar brechas ante el impacto sanitario y económico que tendrá el país, así como para optimizar los recursos económicos y capacidad de respuesta del sistema de salud.

El reporte de El Salvador y el COVID-19: escenarios, proyecciones y recomendaciones para enfrentar la pandemia fue presentado por Miguel Ángel Simán, presidente de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social.

En este documento, según las proyecciones del modelo epidemiológico, en un escenario crítico en 60 días habrá 62,710 personas infectadas, de las cuales 16,926 necesitarán hospitalización y de esas 1,089 ocuparán una cama en la Unidad de Cuidados Intensivo y habría un saldo de 34 víctimas mortales; por ende la necesidad de camas hospitalarias sería de 16,926 y más de 1,000 camas de cuidados intensivos, explicó Picardo.

Ese escenario pone en aprietos al sistema de Salud, que actualmente tiene una capacidad de 6,557 camas hospitalarias distribuidas en los 30 hospitales público y centros de salud del Seguro Social. Mientras que de camas de cuidados intensivos hay un registro de 238.

Según Picardo, el país cuenta con 3,587 médicos generales o residentes. En el escenario crítico se requeriría de 2,821 galenos, quienes no atienden la emergencia darían cuidados a los pacientes crónicos y personas que requieran los servicio de salud a nivel nacional, explicó Helga Cuéllar Marchelli, directora del Departamento de Estudios Sociales de Fusades.

Actualmente hay 60 médicos intensivistas, pero en el escenario crítico se requiere de 272 especialistas en ese ramo para atender un promedio de 4 camas, de acuerdo al cuadro de Cobertura y Capacidad del Sistema de Salud realizado por Fusades.

El estudio advierte que el personal sanitario debe trabajar un promedio de ocho horas diarias.

Picardo opinó que la efectividad del aislamiento físico en un principio fue alta, lo cual lo califica como bueno. Sin embargo, los episodios de aglomeración en las sedes del Centro Nacional de Atención y Administración de Subsidios (Cenade) tendrá algún tipo de repercusión en el contagio de la enfermedad.

“Las medidas han sido atinadas a lo que respecta al aplanamiento de la curva de la enfermedad”, dijo Picardo, especialista matemático, sobre la cuarentena domiciliar, cierre de fronteras y el distanciamiento físico, que el Gobierno realiza desde que se decretó la emergencia nacional el 30 de enero. En las proyecciones de un escenario moderado, el estudio proyecta 5,175 infectados: en los cuales 1,965 personas necesitarían hospitalización, 167 casos urgirían de una cama UCI y habría un saldo de 9 personas fallecidas a causa de la enfermedad.

Según los especialistas, el modelo busca aplicar una respuesta inmediata y progresiva en el sistema de salud. “ Se debe cerrar brechas en cuanto a camas, infraestructura (hospitalaria). Se estima que la marejada será en dos o tres semanas tenemos que tener algo listo ya”, aseguró Roberto Vidri, médico epidemiólogo, sobre una adecuación escalonada de un promedio de 50 camas uci.

Añadió que “no se puede cerrar un hospital completo para COVID-19”, es decir atender solo ese tipo de pacientes en los hospitales existentes.

Vidri sugirió que se descentralice la aplicación de prueba para coronavirus, permitir que laboratorios del sector privado se certifiquen para aplicar la prueba y de esa manera descongestionar el Sistema de Salud Público. El modelo epidemiológico que utilizaron SIR está basado análisis de tendencia y evolución de población susceptible, personas infectadas e individuos recuperados de COVID-19, que ayudaría a conocer cómo podría desarrollarse la enfermedad, según diferentes escenarios de riesgo y parámetros ajustados al país y aportar a la toma de decisiones en las políticas sanitarias y económicas para enfrentar la pandemia.