El silencio es lo que más se hace oír en las ciudades de Francia y en lo particular París. Es unas de las consecuencias más visibles en la vida cotidiana, después de la adopción de las medidas de contención aplicadas desde el 15 de marzo pasado en toda Francia. Además del cierre inmediato de los bares, cinemas, clubes, es decir, de los sitios públicos, la población debe quedarse en casa.
Muy poco carros, la gente sale solamente con un certificado firmado que puede ser impreso después de haber sido cargada sobre el sitio del Ministerio del Interior. Permite poder circular:
-para ejercer su trabajo si cumple con los sectores de actividades que no quedan otra opción que moverse hacia oficinas;
-para hacer compras de primer necesidad;
-por motivos de salud;
-por motivos familiares de primera necesidad;
-moverse por poco tiempo, cerca de su casa para hacer ejercicios sin que sean hecho de manera colectiva.
Por un tiempo dado, 15 días que pueden ser renovables, la vida ha tomado otro ritmo: nadie en las calles, todos los sitios considerados como “no indispensables” a la vida cotidiana están cerrados. Solo quedan abiertos, a ciertas horas, mediante reglas de distancia e higiene unos sitios públicos : el correo, la administración. Todo está hecho para que la contención sea total.
Sólo el miércoles 18 de marzo 89 personas murieron por el virus. Y las cifras de los contaminados siguen subiendo mientras la vecina Italia está esperando el pico alrededor del 24 de marzo tras vivir su peor día, por el momento, el mismo miércoles con una cifra récord de 475 muertos y más de 38.000 contaminados. Francia llega a sus 10.000 contaminados.
La urgencia de la situación, las medidas tomadas que cambian las reglas sociales, significa que por el periodo determinado (15 días), todas relaciones interactivas , encuentros, acciones colectivas están prohibidos. En consecuencia, la vida cotidiana está cambiada. No se puede salir de casa sin el certificado; cuando uno va a hacer unas compras debe respetar el orden de la cola de espera, guardando por lo menos un metro con su vecino; en los mercados, las empleados tienen máscaras. En los supermercados registran las ventas detrás de protecciones en plástico. Transportes en común restringidos con un ritmo de 2 metros-trenes urbanos sobre 3, un tren regional sobre 2 por el momento mientras se entiende que se reforzarán las medidas para limitar al máximo la movilidad.