Más de mil 100 días después perdió Alianza en el Oriente del país. Seis equipos intentaron derrotarlo en todo ese tiempo, pero fue hasta que Municipal Limeño, lleno de fe, lo venció 1-0 ayer en la tarde en el estadio Ramón Flores Berríos. Con los tres puntos logrados, los cucheros alcanzan a los albos en el liderato, con 13 puntos.
El compromiso del jueves contra Tauro, por Liga Concacaf, hizo que el técnico Wilson Gutiérrez hiciera varios cambios en el plantel, para dar descanso a jugadores que tuvieron mucho desgaste en el partido de ida contra los panameños.
El DT colombiano armó el once tomando reservas, con Narciso Orellana y Óscar Rodríguez en el medio campo como hombres de marca, pero que manejan una buena idea de ataque. Raúl Peñaranda y Marvin Monterroza ni aparecieron entre los suplentes, por lo tanto sus recambios naturales fueron Héctor Ramos y Cristian Olivera en delantera y la media, respectivamente.
Así mismo, la portería salió a cuidarla Óscar Arroyo, para no arriesgar a Víctor García, quien sufrió una cortada en la cabeza el jueves pasado. De todas esas modificaciones quería beneficiarse Limeño, que ocupó plantel estelar para tratar de ponerse a la par del líder en la tabla de posiciones.
Los albos empezaron a hacer su fútbol, los nombres en la cancha no cambiaban la idea de juego, pero desde los primeros intentos se carecía de profundidad, con un “Pito” Ramos que recibía pocos balones y sigue demostrando que no está en su mejor forma física ni técnica.
Los santarroseños no se desesperaron por no poder acercarse a la meta rival, sabiendo que estaban en casa. La afición limeña es exigente, pero pasado el primer cuarto de hora el equipo empezó a responder las exigencias.
En el minuto 22, los cucheros se metieron al área blanca, atacaron a Arroyo y este respondió en dos remates, uno de Edwin Sánchez y otro de Yuvini Salamanca. Cuando empezaban a sacar la pelota de esa zona, Óscar Cerén derribó al 10 mantequero y concedió tiro libre, lo cobró el mismo y volvió a exigir la estirada del meta capitalino.
Pasado ese apuro, solo tardó cuatro minutos más el Limeño en volver a hallar espacios por los costados, con un “Inter” inquieto que jugaba libre por todo el frente. Logró descolgarse por la derecha, donde recibió la pelota, corrió algunos pasos dominando y vio entrando a Clayvin Zúniga, quien con todo y marca se lanzó de cabeza y puso el 1-0 (26’).
El delantero hondureño ponía de manifiesto su poder goleador y tenía festejando a su afición, que se metió de lleno en el juego, pidió en al menos tres ocasiones penaltis por supuestas manos adentro del área alba.
La visita logró responder para tratar de empatar con un disparo tibio de Ramos, en una media vuelta cuando Mario Machado llegó a presionar. Meme González, sin problemas, embolsó la pelota.
Tiempo para ajustar
Para el inicio del segundo tiempo se hicieron los primeros cambios. En el equipo mantequero fue obligado porque en la última jugada del primero Christopher Galeas salió con la pierna derecha entablillada por una plancha que le puso Alex Larín.
Con lo que no contaba Alianza era con la expulsión de Raúl Cruz en el 55’ tras una falta sobre Canales. El árbitro Francisco Quinteros no dudó en mostrarle la roja y a la visita le tocó recomponer la defensa con Rubén Marroquín y sacrificó a Cristian Olivera.
El invicto de 24 partidos sin perder para los paquidermos se ponía en duda, todo estaba en contra. Además, podía ser alcanzado en el liderato por los mismos santarroseños. El ataque de los blancos era escaso y hasta el 67’ el mismo Ramos sacó un tiro colocado que el meta González mandó al tiro de esquina.
Los cucheros, con la ventaja en el marcador, y con el hombre más que tenían, volvieron a ser inteligentes, siempre buscando a Zúniga, el más habilidoso en ataque, encarador y siempre enfrentando a Mancía, que ya tenía tarjeta amarilla.
El gasto físico lo terminó haciendo Alianza en los últimos 10 minutos. Diego Ascencio llegó al partido para tratar de buscar el empate y se quedaron con un solo contención. El reloj lo manejó bien Limeño, el 1-0 le bastaba para escalar a la primera posición, donde lo esperaban los blancos.
Partido trabado para el suspiro del final, se ponía fin a una racha paquiderma sin perder en la zona oriental que empezó hace tres años en las que ganaron 16 partidos y empataron ocho.