Familia despide en ceremonia privada a Óscar y Valeria, padre e hija que murieron ahogados en el río Bravo

Los cadáveres del joven y su bebé, quienes se ahogaron hace una semana en el río Bravo, de México, en su intento por llegar a Estados Unidos, fueron repatriados ayer a El Salvador.

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Los cadáveres de ??scar Martínez y su bebé, Valeria, fueron entregados este domingo a sus familiares en el cementerio La Bermeja, en San Salvador. Ambos serán sepultados este lunes. Foto EDH/ Jessica Orellana

Por Diana Escalante

2019-06-30 8:37:41

Los cadáveres del compatriota Óscar Alberto Martínez, de 25 años, y su bebé Angie Valeria, de 23 meses, fueron repatriados este domingo desde México, vía terrestre, para ser velados y sepultados por sus familiares en una ceremonia privada en el cementerio municipal La Bermeja, de San Salvador.

Padre e hija murieron ahogados el domingo 23 de junio en el río Bravo, en el estado de Tamaulipas, México, cuando pretendían llegar de manera ilegal a Estados Unidos. Junto con ellos iban la esposa y madre de las víctimas, Vanessa Ávalos, y otro salvadoreño, quienes sobrevivieron a la tragedia y fueron rescatados por las autoridades migratorias. Ambos retornaron el viernes, vía aérea, acompañados de funcionarios del consulado salvadoreño en México.

La caravana que trasladó los cuerpos del joven y la niña ingresó a territorio salvadoreño por la frontera La Hachadura, en Ahuachapán, a las 8:30 de la mañana del domingo; media hora después partió rumbo a la capital escoltada por policías.

Unos minutos antes de las 11:00 de la mañana, la comitiva ingresó al cementerio municipal por un acceso, que no es el principal, para esquivar a decenas de periodistas nacionales y extranjeros que daban cobertura a este hecho que ha causado conmoción a nivel mundial.

El impacto de esta tragedia es porque refleja el drama que viven los migrantes de países subdesarrollados, quienes se exponen a todo tipo de peligros, incluso la muerte, en su intento por llegar a Estados Unidos para escapar de la violencia social y la pobreza que hay en sus lugares de origen, como fue el caso Óscar y su bebé.

El caso salió a la luz el lunes anterior, cuando medios internacionales difundieron una imagen estremecedora en la que se observaba los cuerpos de Óscar y su hija Valeria, quienes yacían boca abajo a la orilla del río Bravo, del lado mexicano. La mitad superior del cuerpo de la niña estaba metida entre la camiseta y el torso de su padre, lo que sugiere que él trataba de protegerla, de alguna forma, en sus últimos momentos de vida.

A petición de la familia doliente, el velorio y el entierro de Óscar y Valeria se harán en privado. Fuentes allegadas a las víctimas revelaron que por la noche se llevaría a cabo un culto religioso en el cual predicaría el pastor a donde se congregaban las víctimas y que este lunes por la mañana se realizará el funeral.

Los restos de Óscar y Valeria, padre e hija ahogados en el río Bravo, fueron repatriados a El Salvador. Foto: Cortesía

Calvario de víctimas duró 81 días

Óscar y su esposa Vanessa decidieron migrar ilegalmente con la pequeña Valeria hacia Estados Unidos para salir de la pobreza y asegurarse mejores oportunidades de vida.

La familia, que habitaba en la residencial Altavista, de San Martín, al oriente de San Salvador, inició la travesía el 3 de abril pasado, pese a los consejos de sus parientes, quienes les pedían que no se marcharan.

Cuando los jóvenes y su bebé llegaron a México permanecieron dos meses en un albergue para inmigrantes en la ciudad de Tapachula. Ellos les comentaron a sus familiares que habían solicitado refugio en ese país y que les extendió una visa para mientras resolvían la petición.

Sin embargo, al ver que el trámite demoraba demasiado, Óscar y familia se impacientaron. A eso se sumó que, de acuerdo a lo que le dijeron a sus allegados en El Salvador, la situación de los migrantes en el sur de México se estaba poniendo difícil a raíz de la presión del presidente estadounidense, Donald Trump, hacia su homólogo mexicano, Andrés Manuel López, para que contribuyera a frenar la migración.

“Ellos decían que tenían miedo por cómo se estaba poniendo la situación con los migrantes con la presión de Trump, por eso decidieron cruzar el río. La idea de ellos era entregarse a la migración de Estados Unidos”, afirmó días atrás a El Diario de Hoy una hermana de Óscar y tía de Valeria.

El domingo 23 de junio, a la 1:38 de la tarde, hora en El Salvador, Óscar se conectó por Facebook y le dijo a su hermana que se pensaban entregar a migración, una vez que hubieran cruzado el río Bravo.

Tres horas después, la madre de Óscar recibió una llamada de su nuera, quien lloraba y gritaba desesperada. Tanto así que solo pudo decirle: “niña Rosa, no se vaya a poner mal, pero Óscar se me murió; Óscar y la niña se me ahogaron”.

La llamada se cortó y fue hasta el día siguiente que Vanessa se puso de nuevo en contacto con su suegra y le contó que habían decidido atravesar el río Bravo porque se veía apacible. Óscar se colocó a la bebé entre el pecho y la camisa, a la vez que la sujetaba con las manos.

Repentinamente descubrieron que el río tenía corrientes fuertes por debajo y en un momento sintió que había perdido a la bebé y se generó una confusión. El joven, angustiado, se sumergió para buscar a la bebé. Vanessa y el otro salvadoreño no los vieron más y pidieron ayuda a las autoridades mexicanas.

De inmediato, iniciaron la búsqueda río abajo, pero tuvieron que suspender esas tareas debido a la oscuridad. Las víctimas fueron halladas al día siguiente a unos dos kilómetros de donde fueron vistas con vida por última vez.

Las ventanas del carro de la funeraria que llevaba los cuerpos fue cubierto con páginas de papel bond.
Foto EDH/ Jessica Orellana