Familia Beltrán sigue la tradición de hacer canastos de bambú

Las artesanías son comercializadas por en cargo y también en el mercado de Cojutepeque.

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Seis hijos de Catalina Beltrán se dedican a dicha ocupación, que se ha convertido en su fuente de trabajo de la familia.

Por Cristian Díaz servicios@eldiariodehoy.com

2019-11-10 8:00:46

CUSCATLÁN. La necesidad de llevar sustento para sus 12 hijos, hizo que Catalina Elías de Beltrán, de 63 años, aprendiera hace 4 décadas a elaborar canastos de bambú.

Rajar la vara para obtener las partes más gruesas que sirven de base de la estructura y sacar las venas para darle forma, son las tareas más difíciles de su trabajo pues corre el riesgo de herirse durante la faena.

La práctica la ha llevado a superar dicha dificultad ya que durante las 13 horas de trabajo, que inician a las 6:00 de la mañana, le permiten elaborar 5 canastos al día.

“Por medio de este trabajo salí adelante”, reflexionó Catalina, quien es una mujer de pocas palabras pero amante al trabajo.

Seis de sus hijos se dedican actualmente a esta labor, siendo la única familia que elaboran canastos de vara de bambú en el caserío Los Navarro, cantón San Rafael, del municipio de Candelaria, en Cuscatlán.

José Armando Elías tiene 30 años y hace 15 aprendió el trabajo de su madre.

El joven reconoció que es un proceso largo ya que el bambú, que es su materia prima, no lo tienen en la misma comunidad; sino que deben de viajar 30 minutos en vehículo para comprarlo.

Todos los hermanos y la madre aprovechan el pago del transporte para llevar el bambú que cada uno ocupará durante 8 días, que es tiempo, en promedio, que repiten el viaje.

El precio de los canastos oscila entre los dos y seis dólares, depende del tamaño. Fotos EDH / Cristian Díaz

Una vara de bambú mide 7 metros de largo, lo que les permite sacar los elementos necesarios para elaborar 2 canastos. José hace 8 canastos al día.

Cada vena es colocada a presión en los alrededores de la estructura principal, quedando la forma circular del canasto.

“Le damos gracias primeramente a Dios porque es un trabajo bien humilde el que mi madre nos enseñó y lo tenemos en la casa, nos evitamos de andar en peligro, A mí me gusta este trabajo porque es bien humilde y saco para seguir adelante”, expresó José Armando.

Agregó que la temporada donde principalmente comercializan el producto es a partir de octubre pues muchas personas lo adquieren para utilizarlo en la corta de café o le colocan pan, verduras y otros productos que venden para la temporada de fin de año.

Son hasta 20 docenas de canastos las que personas encargan a partir de este mes, algunos para revenderlos en diferentes partes del país.

La familia Elías también sale a comercializarlos al mercado de Cojutepeque, que está a 30 minutos en transporte colectivo de su humilde vivienda.

José reconoció que las personas continúan adquiriendo dichas estructuras, contrario a lo que algunos creen que ha ido en decadencia.

Esto debido a que tiene múltiples usos pues sus medidas son variadas, oscilando entre los 20 centímetros de diámetro hasta los 80; mientras que los precios van desde los $2.00 hasta los $6.00, dependiendo la cantidad que las personas compren.

“Solo nosotros hacemos canastos de vara de bambú porque dicen que es muy peligroso porque la cascarita es bien filuda. Cuando uno la va rajando hay unos pelitos que es donde uno se corta”, explicó el artesano.

Las personas que deseen adquirir estos útiles canastos pueden comunicarse al número telefónico 6193-4343.