Sistema de Salud perdió a 74 trabajadores en dos meses de pandemia

Destacados médicos con años de trayectoria, enfermeras con excelente calidez humana y personal administrativo se suman a la larga lista de fallecidos que han perdido la batalla contra el COVID -19.

descripción de la imagen

Por Nancy Hernández

2020-07-19 5:40:32

El reconocido neumólogo Alfredo Calderón Morán fundador del programa de oxígeno Domiciliar del ISSS; Jeremías Ramos, médico pionero en aplicar anestesia total endovenosa; Erick Remberto Aparicio Rivera un querido médico de San Miguel son quienes encabezan la lista de los doctores salvadoreños fallecidos esta semana a causa del mortal COVID – 19. Tras de sí dejan un legado para la medicina salvadoreña, familias hundidas en la tristeza, pero decenas de personas que los recordarán con cariño, como excelentes profesionales y humanos.

Desde el 15 de mayo hasta el 18 de junio han muerto 74 trabajadores de salud, entre médicos, enfermeras, enfermeros, conductores de ambulancias, personal administrativo y de limpieza. El Ministerio de Salud sigue sin dar a conocer el censo oficial de los trabajadores del gremio que han fallecido en esta pandemia, pero perfiles de Facebook como Profesionales de enfermería de El Salvador, Movimiento por la Salud Dr. Salvador Allende y Guerreros de la salud contra el COVID -19, además de sindicatos publican las fotografías y una pequeña reseña de los llamados “Héroes” que han perdido la guerra contra el virus.

En repetidas ocasiones diferentes sindicatos han llamado a las autoridades a brindarles los equipos necesarios para hacer frente a la pandemia, pero sus clamores de ayuda hasta el momento han sido ignorados.

Ante los constantes fallecimientos y el incremento en las cifras, Miltón Brizuela, presidente del Colegio Médico, catalogó el hecho como una “pérdida irremplazable” para el país.

“Consternados por el fallecimiento de tanto colega, son personas irremplazables porque la experiencia y trayectoria difícilmente se adquiere de un día a otro y estás pérdidas difícilmente las vamos a poder reemplazar de aquí a 15 o 20 años que lleva tener la experiencia que tenían algunos de ellos”, dijo.

Aseguró que el fallecimiento de los profesionales de salud y trabajadores de los centros asistenciales sólo muestran que el sistema salvadoreño ya está al límite por la sobrecarga de pacientes.

“Estamos preocupados también porque esto tiene que ver con diversos factores como la sobrecarga laboral, la carga viral a la que están expuestos los colegas, el equipo de atención que no es el adecuado o no son de buena calidad y lo más preocupante que no afecta solo a nuestro colegas sino al resto de la población es la capacidad del sistema para sacar adelante a los pacientes”, dijo.

“A pesar que los colegas que están atendiendo en las áreas especializadas se esfuerzan mucho, como hay mucha sobrecarga de pacientes, muchos pacientes no reciben la atención que debieron haber recibido. Es un hecho irrefutable, debería de hacerse una revisión del sistema de salud para saber qué está ocasionando esta gran cantidad de fallecimientos”, enfatizó.

Lee también: Los héroes de la salud y víctimas del COVID-19 a los que no ha habido tiempo de llorar

También lamentó que al personal de Salud que ha fallecido el Minsal no les haya hecho ningún reconocimiento a ellos o a su familia, pues considera que se debería de entregar una pensión vitalicia por el esfuerzo realizado. Al respecto hizo referencia a la iniciativa de Ley 630 que fue aprobada por los parlamentarios y vetada por el Ejecutivo en la cual se establecía un seguro de vida y pensión vitalicia en reconocimiento a su trabajo.

Brizuela cuestionó que el Ejecutivo aún no haya publicado la Ley 620 que también fue aprobada por la Asamblea Legislativa y declarada constitucional por la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

“Para los colegas que han fallecido y su familia lo justo para reconocer el esfuerzo que han hecho sería un seguro de vida y una cuota vitalicia”, concluyó.

Para los trabajadores de salud, que son quienes enfrentan la pandemia día a día y luchan por salvar la vida de los pacientes infectados por COVID – 19, las extenuantes jornadas de más de 24 horas son una odisea. Además, deben regresar a sus casas con el temor de estar enfermos y llevar el virus a sus seres queridos.