En el Hospital Rosales se desborda la carga de atención a pacientes con COVID-19 y el desgaste emocional del personal es incalculable; es una situación extrema que se vive en el único hospital público de tercer nivel, especializado en la atención de adultos con padecimientos crónicos.
La muerte del respetado nefrólogo, Sergio Coto y la enfermera intensivista Dora Alicia Portillo, a causa del nuevo virus, ha provocado conmoción en el personal de sanidad, tanto por la pérdida del ser humano que dedica su vida a salvar a otros, como por la pérdida de la posibilidad de que el especialista transmita sus conocimientos y experiencia a las nuevas generaciones de médicos y enfermeras.
Personal de ese hospital ha llorado la pérdida de varios de sus compañeros, durante la pandemia.
La pérdida de los profesionales de salud,también, afecta la atención hospitalaria en el Rosales, expresó Carlos Godínez encargado de la Unidad de Cuidados Intermedios del hospital Rosales.
Tres médicos del Rosales en UCI por COVID-19
El doctor Godínez explicó que debido al personal contagiado de COVID-19 y las muertes de profesionales especializados, quienes aún están laborando deben asumir todo el peso de la carga laboral y el alza en la demanda de atención de pacientes.
El hospital Rosales es el nosocomio que tiene la mayor carga de pacientes en estado grave por COVID-19, en las áreas de Cuidados Intensivos e Intermedios.
“Se están afectando los servicios para otras patologías (enfermedades) que se están convirtiendo en áreas respiratorias, se está sobrecargando el personal, en este momento hay pocos especialista para UCI General y Cuidados Intermedios, cuando regularmente hay cinco especialistas”, declaró el médico.
Godínez expuso que en los servicios de Unidad de Cuidados Intensivos e Intermedios, hay solo un especialista que está a cargo de los dos servicios, ayudado por dos médicos residentes, cuando regularmente hay cinco especialistas en esa área; en la cual hay un aproximado de 16 pacientes, lo ideal sería que solo estuviera a cargo de 4 pacientes en estado grave.
El galeno manifestó que en esta área se tratan a pacientes con diferentes enfermedades que no están relacionadas a COVID, sin embargo al estar ingresados manifiestan los síntomas que produce el coronavirus.
Esa situación es resultado de personal enfermo o que fue asignado a trabajar en Griparios o atención de pacientes positivos y sospechosos de COVID-19.
Godínez explicó que actualmente el Rosales tiene un aproximado de 25 pacientes en Cuidados Intermedios y 15 en Cuidados Intensivos en el área destinada para COVID-19.
“Del Sistema Nacional de Salud, el hospital Rosales tiene los pacientes más graves y es entendible porque es el que tiene más poder de respuesta con los especialistas intensivistas, enfermeras especializadas y con los recursos, entonces es entendible”, dijo Godínez.
Rodolfo Canizales, miembro del Sindicato de Médicos del Hospital Rosales (SIMEHR), calificó de preocupante que, “un hospital de tercer nivel, en donde laboran la mayoría de médicos especialistas de las diferentes áreas, con cientos de pacientes pendientes de tratamientos quirúrgicos se han visto afectados por el cierre de más de 10 servicios de Cirugía General y de las Especialidades para “construir Griparios y acumular ahí a pacientes sospechosos o positivos al coronavirus”.
En el Rosales hay habilitadas 6 áreas para atender pacientes con sospecha o confirmados de padecer el nuevo virus. Las zonas asignadas son: Máxima Urgencia de Cirugía, Medicina, Unidad de Cuidados Intensivos General y Quirúrgica, Unidad de Cuidados Intermedios.
El ministro de Salud, Francisco Alabí, informó la semana pasada que se adecuaron más camas en la Unidad de Cuidados Intermedios en el Rosales para atender pacientes con COVID-19.
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“Creímos que al construir otro hospital iban a liberar a los hospitales especializados como el Rosales, que ha dejado sin tratamiento a muchos otros pacientes con otras patologías médicas y quirúrgicas, que normalmente atiende el hospital y está causando muchas muertes en dichos pacientes”, denunció Canizalez.
Añadió que a la brevedad posible, el Rosales debe volver a atender a los pacientes con otras enfermedades crónicas, siempre y cuando se cumplan las condiciones de protección del personal de salud y de los pacientes.
“Médicos, enfermeras, personal de servicio del Hospital Rosales nos encontramos en una situación de angustia y desesperación y debemos estar preparados y contar con todo el arsenal para combatir a la enfermedad que hoy abate a nuestro país y al mundo. Todo trabajador de salud tiene el derecho a desobedecer una orden de tratamiento a un paciente si no tiene las condiciones para protegerse de una posible muerte”, enfatizó Canizalez.
Godínez sugiere al Ministerio de Salud que ordene una auditoría médica de cada profesional fallecido, “con el objetivo de identificar debilidades ya sea en el acceso del personal a equipos de protección, descuido del personal o factores fuera de control”; esto con afán de mejorar las condiciones en que ellos desempeñan su labor.
Ante la pandemia el hospital Rosales ha dejado de atender un promedio diario de 111 emergencias y un promedio diario de 800 a 900 consultas externas en las diferentes especialidades, actualmente el nosocomio está brindando atención en el servicio de emergencia, pero la mayoría de pacientes hospitalizados son pacientes con COVID-19.
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El doctor Godínez explicó que hay un desgaste emocional entre el personal del área hospitalaria, debido a las muertes y contagios por la COVID-19.