Extorsionistas duplican cuotas por “aguinaldo” a comerciantes

El sector transporte de pasajeros es uno de los más afectados con este flagelo. Agremiados dicen que si pagan $1,500 en época normal a extorsionistas, en Navidad deben entregar $3,000.

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Por Jaime López

2019-12-20 6:15:12

Los homicidios han bajado pero las extorsiones no, dicen las víctimas que de forma silenciosa sufren ese flagelo en el país. La llegada de diciembre no es alegría como suele suceder para miles de salvadoreños, porque los extorsionistas les exigen que dupliquen el monto que por semana, quincena o por mes les entregan regularmente.

Según la Fiscalía General de la República, del 1 de enero al 31 de octubre tramitó 2,873 denuncias de víctimas por extorsión a escala nacional. En gráficas, las estadísticas que se manejan son del 1 de enero hasta el 31 de octubre.

La cifra, si bien implica 400 denuncias menos que el año anterior, pareciera solo el símbolo de ese fenómeno que afecta a miles de salvadoreños, muchos de los cuales, a pesar de las repercusiones en su economía, no denuncian por temor a que las mismas autoridades los delaten con los delincuentes.

Víctima

En La Tiendona las pandillas mandan a vendedores a recoger las extorsiones para no ser capturados, y cuando no quieren ir, los cabecillas ordenan que les den fuertes

Vendedor de la Tiendona,

De ahí que en las extorsiones haya una “cifra negra” o subregistro de miles de salvadoreños que sufren el chantaje y por temor no denuncian.

Las estadísticas policiales revelan que las extorsiones se dan más en las ciudades que en la campiña salvadoreña y que casi la mitad de los denunciantes vulnerados viven en San Salvador y que julio ha sido el mes con más denuncias en el año.

Los sectores transporte público de pasajeros, distribuidores de mercadería y comercio formal son de los más afectados por estos delincuentes. Como ejemplo, un transportista afirmó que regularmente paga $1,500 por mes a la delincuencia, pero en diciembre esa cifra asciende a $3,000 porque incluye aguinaldo.

“Como si fueran empleados nos piden aguinaldo. La situación de los empresarios es sumamente difícil porque además no tenemos apoyo de nadie, ni ningún incentivo y operamos con una tarifa de hace 20 años con altos costos y con una competencia desleal cada vez mayor”, expresó el presidente de la Asociación de Empresarios de Autobuses Salvadoreños (AEAS), Genaro Ramírez.

De ahí que los fines de año sean de los más crueles económicamente para los buseros, dice Ramírez.

Los empresarios dicen que no solo tienen que prepararse para pagar el aguinaldo de sus empleados, sino también de los extorsionistas.

“Las extorsiones, lamentablemente se mantienen como el año anterior, vamos a ver qué tratamiento le van a dar las autoridades a ese delito”, secundó René Velasco, de la Mesa nacional del Transporte Público Nacional.

Como si no fuera suficiente, los transportistas adelantaron que tienen la presión y señales en los últimos días de que las extorsiones van a subir, ahondó Velasco.

En 2019, el sector transporte registró además 14 homicidios, 20 menos que el año anterior, y donde las extorsiones y las pandillas podrían estar detrás de estos hechos.

Dirigente de AEAS

La mayoría o el 99 % de las empresas del transporte público de pasajeros son extorsionadas por tres o más grupos de pandillas y de grupos que se hacen pasar por ellos.

Genaro Ramírez,

Al igual que los transportistas, comerciantes grandes y pequeños, formales e informales, aseguran que son extorsionados por grupos de pandillas y otros oportunistas.

De forma anónima, los vendedores manifiestan que hasta se endeudan con agiotistas (prestamistas que cobran altos intereses) o bancos para satisfacer los montos que el hampa les exige y que deben entregar en 24 o 48 horas de plazo.

Secuestro y otros mensajeros de extorsionistas en La Tiendona

Entre fines de octubre y principios de noviembre, la Policía en conjunto con la Fiscalía General de la República realizaron un operativo en el mercado de mayoreo La Tiendona, situado en San Salvador, la que dejó varias capturas de hampones y reveló que para obligar a sus víctimas a pagar, en uno de los casos, le secuestraron a la hija y luego le exigieron $5,000 por su rescate.

El ofendido no tuvo opción que pedir un préstamo para pagar el rescate de su hija. Pero el problema no quedó ahí, las extorsiones continuaron según investigaciones de la Policía. A la misma víctima le impusieron una cuota de $50 por día, un monto que el comerciante, afirmó no es tan fácil de reunir.

Lo peor, que el comerciante no podía denunciar porque lo seguían a donde quiera que fuera y le advirtieron que si los delataba iba a morir. Como ejemplo y para infundir más zozobra, dice la víctima, que le decían: “te va a pasar como a fulano”, otro vendedor que asesinaron en la cuadra donde está su negocio, porque los denunció ante la Policía.

En este caso, sucedió que la víctima fue a la sede policial más cercana de La Tiendona y puso la denuncia, el agente que recibió la denuncia, avisó al cabecilla de que el vendedor lo había denunciado por extorsión y dio toda la información que minutos antes había recibido.

En los contornos de La Tiendona, las autoridades han descubierto que las pandillas no cobran directamente la extorsión a cada vendedor, sino que escogen al azar a vendedores que recogerán el dinero que pagan sus mismos colegas.

Algunos vendedores se resisten a no realizar esa tarea delictiva porque temen ser capturados y ser sometidos a un proceso judicial que terminaría en una condena de 15 a 20 años de prisión.

Cuando eso sucede, han confesado algunos comerciantes a los investigadores policiales, que los cabecillas se enfurecen y les mandan a dar fuertes golpizas por lo que deben ser hospitalizados.

Esas golpizas no solo buscan que los vendedores cobren las extorsiones, sino para que los demás que están cerca, no vayan a poner objeción y cumplan con la exigencia de ir a traer el dinero que sus compañeros de venta pagan.

En el Centro Histórico de San Salvador, las dos pandillas, pero en especial la MS, han creado diferentes estructuras entre los mismos vendedores y sus dirigentes para que entre ellos se encarguen de reunirles el pago de cada vendedor por cuadras, calles o avenidas.