Experto en meditación budista impartió conferencias en El Salvador

La organización invitó al reconocido maestro y antiguo monje budista Tezin Thosam para que compartiera con los salvadoreños la esencia de esta doctrina.

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Tenzin Thosam es intérprete de la filosofía y meditación budista desde hace 30 años. / Foto Por EDH-Jessica Orellana

Por Sara Castro

2019-08-05 4:55:49

Tenzin Thosam llegó a El Salvador para compartir sobre la filosofía tibetana a través de un ciclo de conferencias organizadas por Casa Tíbet El Salvador. Su trayectoria como antiguo monje erudita budista y actual catedrático de religión oriental lo respaldaron para dialogar sobre la felicidad, las oportunidades, el amor y el apego.

En una entrevista para El Diario de Hoy, Thosam explicó parte de la esencia del budismo: la fe en la humanidad y en Dios, la práctica de la no violencia, la atención a los pensamientos, entre otras.

“La esencia y el corazón del mensaje que yo traigo a los hermanos salvadoreños es que se relajen. Todos necesitan estar relajados. Si tratan de relajarse un poco las cosas irán mejor”, reveló este maestro de la meditación budista, quien dijo que un día escapó del Tíbet debido a los sufrimientos causados por el Partido Comunista Chino (PCC) a la población del altiplano tibetano.

Ante los inevitables conflictos personales y los desafíos que enfrenta El Salvador —y el resto del mundo—, Thosam aseguró que hay dos caminos para encontrar esa armonía: confiar en Dios y creen en la humanidad.

Para este budista, la certidumbre en Dios y una verdadera fe permiten que te sientas relajado. “Alguien puede poner un arma en tu cabeza, pero debes estar seguro de que Dios te cuida. Dios es amor, así que tú también podrías expresar amor a los otros”, agregó el antiguo monje.

Cambiar los pensamientos negativos por positivos es otro precepto que reafirma el mensaje del budismo. Según Thosam si se da cabida a lo positivo te conviertes en un ser fuerte, estable, expansivo e ilimitado. Cuando una persona aplica esa filosofía, el efecto se propaga en otros seres humanos.

Para Thosam, el compartir de la meditación en los últimos días de julio es un gesto de agradecimiento por la voz que un día alzó El Salvador, en la ONU, en apoyo por el pueblo tibetano. “Cuando supe que El Salvador hizo eso, mi corazón se sintió tocado”, concluyó.