Manuel Ormachea. Foto EDH/ cortesía
Y cuando se ha vuelto a reanudar el TREP, del 83 % en el que estaba se subió al 95 % y en ese margen de tiempo, los datos se subieron (a favor de) Evo Morales, cuando todo indicaba que la tendencia, según empresas encuestadoras, que habían dado un día anterior un resultado, se daba la segunda vuelta.
Ya para esta Transferencia Rápida, al 95 % que fue cortada y después reactivada, el Movimiento Socialismo, a la cabeza Evo Morales, está con 10 puntos de diferencia (del opositor Carlos Mesa). Incluso la comunidad internacional, en el marco de la Organización de Estados Americanos y su observación electoral, han indicado en un comunicado oficial, que existen irregularidades poco o nada esclarecidas por parte del Tribunal Supremo Electoral.
Y esto ha despertado en la comunidad internacional, en la Unión Europea, en los Estados Unidos, y en otros países de la región, un malestar y muchos cuestionamientos hacia el Tribunal Supremo Electoral, sobretodo tomando en cuenta la larga historia de este tribunal de favorecer al Movimiento Socialismo, tomando en cuenta que, por ejemplo, han habilitado a Evo Morales cuando la Constitución y el voto del referéndum del 21 de febrero del 2016, indican, claramente, que no se puede repostular.
Entonces, ha habido mucho malestar, están en este momento muchas ciudades del país con muchas concentraciones, muchas confrontaciones con la policía, y los ciudadanos activistas, sobre todo jóvenes.
Evidentemente, si Evo Morales se reelige en estas condiciones, es un fraude desde el comienzo. Obviamente está su rostro en la papeleta y eso ya lo hemos denunciado como un fraude. Y se vendría una dictadura al estilo Venezuela, al estilo Cuba, al estilo Nicaragua en Bolivia con todas las de la ley.
La oposición, en este caso, tiene que acatar lo que cabildos (con millones de personas), ciudadanos de los nueve departamentos del país han decidido unas semanas antes, donde se ha decidido desconocer un cuarto mandato de Evo Morales y, evidentemente, pasaría a ser como Nicolás Maduro, un usurpador del poder político en Bolivia”.