Las lluvias no dan tregua. Hasta ayer, oficialmente fueron reportados 20 muertos y evacuaciones preventivas en todo el país debido a la alta posibilidad de deslizamientos e inundaciones.
A las 9:30 de la mañana, la Comisión Nacional de Protección Civil informó que había 27 muertos y tres personas. Pero a las 8:30 de la noche en el sitio web del gobierno http://amanda.marn.gob.sv/ los datos cambiaron a 20 muertes y 10 desaparecidos.
Los datos oficiales también contabilizaba 697 derrumbes, 13 cárcavas, más de 300 árboles caídos, 22 inundaciones y cerca de 2,000 viviendas dañadas.
A esa misma hora de la mañana, debido a los niveles de saturación de los suelos y altas probabilidades a deslizamientos, determinaron cerrar el paso por la carretera a Los Chorros y dejar la ruta de Quezaltepeque como vía de acceso hacia el occidente del territorio.
Carolina Recinos, jefe de gabinete, subrayó que el número de albergados era de 9,000, cifra menor a la reportada un día antes, porque el miércoles muchas familias al ver una leve disminución de lluvias habían retornado a sus viviendas pese al riesgo.
De acuerdo con el sitio oficial de registro de daños por las lluvias, en San Salvador había 3,903 albergados, 3,800 en San Salvador y 2,113 en La Libertad (según datos a las 8:30 de la noche).
El ministro de Medio Ambiente, Fernando López, reiteró que la influencia de la Depresión Tropical Cristóbal y la Zona de Convergencia Intertropical, favorecerá que la situación de lluvias continué hasta el fin de semana, con más riesgo de derrumbes e inundaciones.
López explicó que las zonas más afectadas son la cadena volcánica y costera, pero atendiendo a los modelos climáticos no descartó que “ya el domingo podríamos ir viendo una disminución en la cantidad de lluvias”.
EN LA UNIÓN
En este departamento, las fuertes lluvias acompañadas de vientos continúan provocando desbordamientos de ríos y quebradas, dejando sin acceso a varias comunidades, inundaciones en escuelas y el fuerte oleaje ha provocado la suspensión de las actividades de pesca.
Los pobladores del cantón Loma Larga, de La Unión, se mantienen pendiente de la crecida del río Bananera que ha dejado incomunicado el paso de Loma Larga hacia caserío La Brea, de Conchagua.
Luis Hernández, habitante del cantón Loma Larga, dijo que tienen años de estarle pidiendo a las dos municipalidades de La Unión y Conchagua que se pongan de acuerdo a construir una puente o pasarela peatonal porque “con la crecida del río se han quedado aislado las familias de La Brea, donde hay personas que les urge salir para hacerse sus diálisis. Desde que empezó la emergencia de las lluvias no han podido salir y la otra ruta alternativa también está dañada”, agregó.
Las familias y pescadores que viven a orillas de playa Torola están constantemente verificando el avance del oleaje, aseguran que el peligro es porque las lluvias vienen acompañadas de vientos y que la mayoría de las viviendas y negocios del lugar sus alrededores están ubicados a orillas del mar.
José Ismael Ayala vive en comunidad El Encantadito 1 del cantón Las Tunas, Conchagua, y explicó que son alrededor de 14 viviendas que están en riesgo a orillas del estero, con la crecida de la marea y las lluvias se les inunda los ranchos.
EN SONSONATE
Cincuenta personas que residen en zonas con riesgo de inundaciones y deslaves fueron albergadas el jueves en diferentes lugares de Sonsonate y Acajutla, por prevención.
En la cabecera departamental 20 adultos y 12 menores de edad fueron llevados a la casa comunal de la colonia Las Margaritas, del cantón Santa Emilia.
Ellas residen en la misma zona, sin embargo el lugar donde fueron trasladadas presenta mayor seguridad.
El alcalde, Roberto Aquino, señaló que otras 15 personas se encuentran en la casa comunal del cantón El Presidio, donde, al igual que el resto de lugares, están trasladando alimentos y frazadas.
Las personas que no quisieron ser alojadas en un albergue son las que residen en el caserío Barra Salada, del cantón Salinas de Ayacachapa.
El lugar presenta inundaciones en varias casas y en las calles; pero las mismas familias se han trasladados a terrenos que más alto mientras el nivel del agua disminuye.
En este caso, la alcaldía está apoyando a las familias con víveres mientras pasa la emergencia.
El alcalde de Acajutla, Richard Zepeda, informó que 40 personas están albergadas en los centros escolares Fe y Alegría y del Cantón Metalío.
En el primer centro educativo hay personas que residen cerca de la bocana del río Sensunapán, que ha aumentado el nivel de su caudal.
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Mientras que en Metalío hay personas que habitan en las proximidades de los afluentes del mismo nombre, Moscúa y El Amatal.
En Ahuachapán
En el municipio de Atiquizaya, del departamento de Ahuachapán, la lluvia dañó 37 casas.
Vladimir Antonio Murga, lejos de celebrar su cumpleaños 19 el próximo domingo, y que desde hace dos meses tenía su propia casa donde se mudó con su pareja, con la que vive desde hace cinco meses, tendrá que sobreponerse de casi perder la vida luego que una de las paredes de la vivienda de adobe cedió por la acumulación de humedad.
El miércoles, a las 5:45 de la mañana, cuando se encontraban en la cama junto a su compañera de vida, la pared cayó, a pesar de que no presentaba ningún daño.
Enormes adobes cayeron en la cama, justo del lado de la cabeza donde los jóvenes dormían, lo que provocó que Vladimir gritara y alertara a sus padres, quienes se encontraban en una vivienda aledaña.
Para el padre del joven, Mariano Murga, es un milagro que estén con vida debido al tamaño de los adobes que cayeron en la cama; pero que no alcanzaron a golpear a la pareja que reside en el caserío La Cima, cantón Izcaquilío, en Atiquizaya.
“Dios los guardó, fue un milagro porque cayeron unos ‘tetuntes’ de adobe en la mera cabeza donde ellos estaban durmiendo. Mi hijo llora y lamenta el caso; él está traumado porque pegó un grito cuando cayó la pared, llegó asustado a la casa donde vivo. El día de ayer (miércoles) me tocó que irlo a sacar del pedazo de casa que había quedado porque estaba llorando, lamentándose en el centro de la casa”, expresó.
La probable causa de que la pared haya cedido es que se encontraba húmeda en más de un metro de altura, debido a la retención de agua de ese lado.
Ahora el temor de las dos familias es que las otras paredes, que están de pie pero que presentan daños, cedan y provoquen otra tragedia a la casa de los padres, ya que ambas viviendas están a 75 centímetros de distancia.
La preocupación de la familia es grande porque, no solo tendrán que buscar la posibilidades de reconstruir la casa, sino porque parte de los $2,000 que invirtieron para su edificación, aún los deben tras realizar un crédito.
La alcaldesa de Atiquizaya, Ana Luisa Rodríguez de González, señaló que hasta la fecha son 37 casas las que presentan daños; aunque no descartó que el número sea mayor porque continúan las inspecciones en todo el municipio.
Añadió que la mayoría de las casas son de adobe y otras de lámina.
SAN MIGUEL
En la cabecera departamental de San Miguel, parte del techo y pared de una casa de adobe cayeron sobre tres pequeños puestos de ventas construidos de lamina junto a la pared, en la 1a avenida Norte entre la calle Chaparrastique y 1a. calle Poniente, detrás del estacionamiento municipal en el centro de la ciudad.
La viejas vigas cedieron a eso de las 6:30 de mañana del jueves, momento en que se registro un sismo de magnitud 4,9 frente a las costas de La Unión.
“No había nadie en el lugar cuando cayó parte de la pared, solo estaba una señora un poco más delante pero mejor se fue”, comentó una vendedora del mercado de San Miguel.
Son más de 20 puestos los que han sido cerrados y han colocado una cinta amarilla como medida de protección, ya que los locales colindan con viejas casas descuidada, así como las antiguas paredes de adobe del estacionamiento municipal que aún conserva vestigios de la ex Policía de Hacienda.
“Por la saturación que tienen las paredes de adobe hemos considerado, en coordinación con Protección Civil, que estas representan un riesgo, se ha hablado con los vendedores y en común acuerdos han desalojado los puestos, los han cerrado temporalmente y hemos colocado la cinta amarilla como una manera de prevención aún para la gente que pueda desplazarse en los alrededores del referido muro”, explicó Jesús Araus, encargado de mercados municipales.