Bajo la sombra del programa City Adapt Ciudades Sostenibles, que impulsa en el país la Organización de las Naciones Unidas para el Medioambiente con el apoyo de Fundasal, un grupo de estudiantes y profesores de centros educativos públicos capitalinos mostraron el pasado viernes parte de los frutos que tuvieron durante el año lectivo con sus respectivos proyectos de huertos escolares.
Entre las instituciones que participaron en la Feria de Huertos Escolares, que se llevó a cabo en el Parque Cuscatlán, de San Salvador, están el Complejo Educativo Concha Viuda de Escalón, Centro Escolar República de Ecuador, Centro Escolar República de Costa Rica y el Centro Escolar República de Honduras.
Con orgullo presentaron al público diversas hortalizas y plantas que usualmente se utilizan para sazonar la comida, además de insecticidas naturales para llevar un manejo orgánico de los cultivos, e incluso productos fabricados con materiales reciclados.
“Lo que nos ha enseñado el huerto escolar, a mis compañeros y a mí, es que podemos sembrar y de esa forma cuidar nuestro medio ambiente”, afirmó Jacobo Martínez Hernández, alumno de octavo grado del Centro Escolar República de Costa Rica.
Carlos Chévez Alvarado, docente que imparte Ciencias Sociales en el Complejo Concha Viuda de Escalón, dijo que si bien ellos tienen el huerto escolar desde hace dos años, en los últimos tiempos lo han potenciado con apoyo del director, la alcaldía capitalina y aún más con la asistencia de Fundasal que en los últimos tiempos les ha dado insumos.
Según Chévez Alvarado, ellos han desarrollado el huerto aprovechando dos pequeños espacios de la escuela y lo que producen lo utilizan en la preparación del refrigerio escolar. No obstante, advierte que la experiencia es totalmente enriquecedora para los alumnos.
“Hemos trabajado chile verde, pepino, lechuga, tomate, cilantro, albahaca, hierba buena y lo más importante es que además de la parte de producción, como soy docente le doy (al proyecto) un enfoque pedagógico”, precisó.
Y es que, según detalla, involucra a los niños de parvularia y primer ciclo no solo para hacer los almácigos sino también a la hora de cortar los productos. Asimismo involucra a los jóvenes de bachillerato que deben cumplir el servicio social.
“Ahí tengo (en práctica) dos aspectos: una consciencia ecológica y una parte pedagógica para que ellos vean que con la actividad que se hace con las manos también hacemos ciencia”, agregó el profesor Carlos Chévez.
El docente comentó que además están trabajando la parte del reciclaje de llantas y macetas.
Claudia Blanco, directora de Fundasal, afirmó que dar apoyo a los centros educativos para que desarrollen los huertos es una de varias iniciativas que la ONU Medioambiente, con ayuda de Fundasal, ejecuta en el país con una inversión cercana al medio millón de dólares.
Blanco destacó que “el proyecto de los huertos es muy importante” porque se enfoca en abordar de manera integral el cuido del medio ambiente, y detalló que destinan a cada una de las escuelas mencionadas alrededor de $10,000, en concepto de asistencia técnica e insumos para el huerto escolar.
“ONU Medioambiente tiene proyectado continuar por tres o cuatro años más, para tratar de transformar el pensamiento de la población desde la niñez, en cuanto a lo que tiene que ver con preservar el medioambiente, amar las cosas que cultivamos, que cosechamos, porque son esfuerzo propio y significa un trabajo”, acotó.