“Esperemos que la gira por China y los acuerdos no salpiquen la relación lograda con Estados Unidos”, dice experto

Para Napoleón Campos, experto en relaciones internacionales, si bien el Gobierno ha dado un viraje y mejorado la relación con Estados Unidos, aún hay temas pendientes.

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Napoleón Campos, experto en relaciones exteriores. FOTO EDH.

Por Wiliam A. Hernández @walexhernan

2019-12-17 6:42:49

En los primeros meses de gestión del Gobierno de Nayib Bukele, de entrada dio virajes con respecto a la gestión diplomática de los dos gobiernos del FMLN: recobró la relación diplomática con Estados Unidos y se alejó de Venezuela y Nicaragua, pero luego de cuestionar la apertura de relaciones con China que hizo el FMLN en su último Gobierno, terminó estrechándolas, e incluso realizando una visita oficial a ese país, algo que podría tener repercusiones con su aliado norteamericano.

El Diario de Hoy habló con Napoleón Campos, un experto en integración regional y asuntos internaciones, quien espera que los acuerdos firmados por Bukele con China no vayan a salpicar y afectar la relación con Estados Unidos. Y es que, de hecho, la diplomacia estadounidense advirtió hace unas semanas que estaría a la expectativa de esos acuerdos.

¿Que evaluación hace de la política exterior de El Salvador en el gobierno de Nayib Bukele?

Tenemos que analizar qué es lo que había que restaurar y lo que había que rectificar luego de los diez años de gobiernos del FMLN y qué marcan estos primeros siete meses de ejercicio del presidente Bukele y de su equipo. Estoy hablando de restaurar la maltrecha comunicación, la casi desaparecida confianza a la que nos condujeron los dos gobiernos del FMLN con los Estados Unidos. Está de más decir que es nuestro principal aliado político, diplomático, económico, comercial, de inversiones y migratorio.

Esta relación es algo que hay que reconocer del presidente Bukele, pues ha sabido restaurarla por diversas vías, directa, con un diálogo con las altas autoridades de la administración Trump, con congresistas de ambos partidos que han estado en comunicación incluso desde que él era presidente electo, y ya no se diga en esta etapa de los siete meses de su gestión.

Por una parte mejora la relación con Estados Unidos, pero en poco tiempo también con China. ¿Puede esto afectar lo que se ha logrado?

Algunos están preguntando si esto que se ha conquistado, si el haber estrechado relaciones con Estados Unidos, puede verse afectado por la visita del presidente Bukele a China que parece bastante estridente. Esta visita a China no dejó anuncios de inversiones pero sí anuncios de cooperación no reembolsable y quedará ver si esto, por el mal momento que están las relaciones entre China y Estados Unidos, no llega a salpicarnos de alguna manera porque ya sabemos que son los dos gigantes de la economía mundial.

Espero que esta visita, que el presidente Bukele y su Gobierno han destacado muchísimo en China Popular, no vaya salpicar de alguna manera esto, que para nosotros es nuestra principal relación bilateral, Estados Unidos.

La embajada de EE. UU. en el país decía que miraba con detenimiento los acuerdos políticos que se tomaran entre ambos países y decía que esperaba que no afectaran los actuales planes de cooperación que existe. ¿Cómo interpreta esa afirmación?

Habría que ver la letra pequeña de los acuerdos, qué es lo que dice.

Me parece que son ayudas no reembolsables, yo hubiese querido que los anuncios fueran de inversiones con nombre y apellido, en plazos concretos de tiempo, pero esto todavía no lo ha logrado el presidente Bukele.

Más allá de las relaciones con Estados Unidos y con China, ¿qué más destaca en estos primeros meses de gestión del presidente Bukele?

Quiero referirme a otros logros muy importantes de política exterior, me parece crucial que la canciller, Alexandra Hill, llegó a la Organización de Estados Americanos (OEA) a plantear que El Salvador iba a recuperar sus compromisos internacionales en materia de democracia y derechos humanos.

¿Se refiere al viraje de relaciones con Venezuela?

A eso voy, el segundo punto que es importante es el reconocimiento al Gobierno Interino de Juan Guaidó en Venezuela. Esto marca la pauta para un regreso de El Salvador para estos 10 años del FMLN que fueron críticos y graves en materia de política exterior al prácticamente estar aislados de la comunidad de las Américas debido a que esos gobiernos apoyaron insensata e incondicionalmente todo lo que sucedió en la transición entre Chávez y Maduro.

Hay un tema más, del 17 de junio, cuando el gobierno del presidente Bukele rompió con una República que nunca ha existido, la República Saharaui, y limpió la relación con el Gobierno de Marruecos, quien ha sido un socio confiable e histórico con Centro América. Incluso visitó al país el ministro de Relaciones Exteriores de Marruecos y se despejó algo que se veía desde el primer día de la administración Funes, cuando por razones eminentemente ideológicas, se reconoció a esta República Saharaui.

Con esto podemos trazar una línea muy provisoria para el presidente Bukele. Sin embargo siempre hay peros, aún no se ha hecho relevos o nombramientos importantes.

Hay muy poca renovación y se mantienen como embajadores a funcionarios de las administraciones del FMLN, ¿qué análisis hace de eso?

El servicio exterior es el equipo de gallos de pelea de la política exterior de un país, los embajadores son esos que tienen que ir al exterior a buscar para el país toda la suerte de recursos que sean útiles para el desarrollo nacional.
Hace mucho ruido que hasta ahora se siga manteniendo al controversial exministro de Hacienda del FMLN, Carlos Cáceres, en una embajada clave para nuestra política exterior, México, no solo por el tema migratorio. Este país ha sido un aliado político de inversiones comercial con El Salvador.

Esa falta de relevo en esa embajada en México es importante. No se han nombrado titulares en la embajada de El Salvador en España, que recordemos ha sido un gran aliado desde los Acuerdos de Paz, y que es la puerta de entrada a el país a la Unión Europea.

¿Hay otras deudas de política exterior?

El otro déficit, tras esta gira del presidente a Japón, China y Catar, es un momento de rectificación: la diplomacia ambiental no ha tenido un espacio o no tiene el lugar que a mi juicio debe tener.

Me hubiese encantado que el presidente luego de Catar se hubiese saltado a Madrid para estar en la Cumbre del Clima, la reunión de mandatarios de todo el mundo. Yo he revisado los mandatarios que han confirmado y participado en esta cumbre y hubiese sido muy importante que el presidente Bukele le diera a la diplomacia ambiental el lugar que merece.

La cumbre del clima implica ir a exponer los compromisos nuestros como salvadoreños en la lucha contra el cambio climático, pero implica también una fuente de cooperación para poder trabajar en equipo con otros países que son vulnerables como nuestros vecinos en Centroamérica.

Lamento decirlo, pero es una omisión, espero que para el 2020 el presidente pueda subsanarla y darle el perfil que se necesita desde la más alta magistratura del país.

¿Que otros temas ha dejado el país atrás en su política exterior?
El tema migratorio ha estado de una manera parcial, en estos momento a raíz de las decisiones del presidente Trump de revertir el Estatus de Protección Temporal (TPS) y el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que es un legado que dejó Obama para favorecer a los “soñadores”. Ahora bien, en estos momentos nadie, ni el presidente Trump, puede hacer nada pues la cancelación de estos programas se ha impugnado y estos casos se están dirimiendo en tribunales de justicia de Estados Unidos.

De hecho hay una heroína que tenemos, Crista Ramos, quien tiene el principal recurso en una Corte Federal del Norte de California para que ni sus papás, ni los papás del resto de beneficiarios de diferentes TPS vayan a ser expulsados de los Estados Unidos. Igual el tema de soñadores.

Tenemos millón y medio de salvadoreños sin papeles que de una u otra manera han ingresado a los Estados Unidos, y hasta ahora no he visto ninguna propuesta estratégica de cabildeo del Gobierno de El Salvador por nuestros compatriotas sin papeles en ese país.

Y segundo, este gigantesco flujo migratorio de nuestros paisanos que están circulando desde la frontera México-Estados Unidos hacia El Salvador, sobre los cuales hay muy poca asistencia humanitaria. No hay estadísticas, pero para el Triángulo Norte en cuestión de cuatro años tenemos este flujo circulatorio de deportados, rechazados, secuestrados, liberados, gente que se esta procurando por ellos mismos su seguridad y alimentación. Entre Guatemala, El Salvador y Honduras está cifra rondaba el 30 de septiembre las 600,000 personas.

Para ese grupo no he visto propuestas y quisiera invitar a las autoridades y al presidente de la República para que trabajen para tener una estrategia como país por los sin papeles dentro del territorio de Estados Unidos.

¿Los acuerdos migratorios los países del Triángulo Norte han firmado con Estados Unidos equivalen a ser mini muros?

Más que mini muros es para atender a un flujo que es pequeño. Estamos hablando de los solicitantes de asilo, es un flujo muy pequeño, cuando los grandes contingentes son los nuestros sin papeles. Bajo el TPS son 200,000; soñadores para El Salvador son 28,000 o 32,000; el otro contingente de los sin papeles ronda un millón, quizás 800,000, que no tienen ningún modo de regularizarse. Yo creo que con los aciertos y desaciertos que se observan, el presidente Bukele tiene un año tranquilo para hacer estos reacomodos en política exterior.

No dejar que la relación con China enturbie lo logrado con Estados Unidos que ha sido bastante, lograr que los equipos levanten la bandera de la diplomacia ambiental porque el país lo necesita; de igual manera que los equipos trabajen en una estrategia para los sin papeles para el flujo circulante. Y es necesario hacer los reacomodos necesarios en el servicio exterior.

Tenemos los instrumentos internacionales, el pacto sobre migrantes y refugiados, la Convención de París sobre cambio climático, y creo que la OEA echa de menos que se nombre un embajador con todas las rectificaciones (ayer Lorena Sol De Pool presento sus cartas credenciales en este ente hemisférico).

¿Las relaciones con nuestros vecinos cómo están ahora que el país tiene reducidos vínculos con Honduras y Nicaragua?

Con Nicaragua yo reclamo que no se ha dado un paso más allá de mantener congelada la relación, igual que con Honduras. Pero nosotros como Sistema de Integración Centroamericana tenemos instrumentos regionales para velar por el respeto a la democracia y los derechos humanos.

Me siento desalentado del retroceso que vive la integración centroamericana, era impensable, pero yo no encuentro otro término para referirme a lo que existe en Nicaragua como Gobierno sino como una tiranía que ha violado los derechos humanos.

En el caso de Honduras, como todos lo sabemos, están salpicadas las familias de expresidentes y está salpicada la propia familia del presidente de la República y hay un juicio en Estados Unidos contra su hermano y desde allá se están aportando evidencias. Lo que ha habido en Honduras son narcogobiernos.

Estas realidades decepcionantes, hace 25 años no nos imaginábamos que Centro América iba a derivar en este tipo de desenlaces donde la institucionalidad se echa de menos. Ojalá el presidente Bukele pueda insistir con la legitimidad que tiene a favor de la recuperación democrática en Nicaragua y Honduras.

Los problemas de democracia se resuelven con más democracia, ya lo hemos visto en Bolivia, alguien que quiso hacer fraude salió del país y ahora Bolivia va a una transición rápida con elecciones transparentes.

¿Cuáles deberían ser los tres puntos o focos que debe poner atención el Gobierno en su política exterior?

El presidente, cuando aún era electo, lo dijo en marzo: yo no quiero ayuda, quiero inversiones para generar empleos, eso es importante. Que si de Japón, de China o de Medio Oriente van a surgir inversiones, ojalá que estas llegan lo más pronto posible al país, eso sería un éxito, sin descuidar nuestra relación con la Unión Europea, con Estados Unidos y México, claro y Marruecos que yo señalaba que es un boom económico en este momento, es el país a la cabeza con las energías renovables, genera empleos y circuitos económicos y además ayudan a combatir el cambio climático.

También, cubrir los déficits en política migratoria: necesitamos estrategia para atender el más de un millón de salvadoreños sin papeles, hasta ahora no he leído nada al respecto.

Y finalmente, reforzar el papel de El Salvador en la contribución en el mantenimiento de la paz, la estabilidad, el respeto a los derechos humanos y la institucionalidad, pero como dicen lo primero pasa por casa: el país debe proteger su institucionalidad, debemos saber respetar desde el presidente de la República hasta el último ciudadano la separación de poderes y la independencia judicial, para poder exigirlo fuera como parte de nuestra política exterior.