España, en lo más alto del baloncesto mundial

Superó a Argentina y es el nuevo campeón mundial de baloncesto

descripción de la imagen
Los jugadores de la selección española de baloncesto posan con el trofeo que les acredita vencedores del Mundial de Baloncesto de China 2019, tras vencer a Argentina por 75-95 en la final disputada este domingo en el pabellón Wukesong de Pekín. EFE/Juan Carlos Hidalgo

Por EFE

2019-09-16 4:00:25

España volvió a proclamarse en Pekín campeona del mundo de baloncesto en una nueva exhibición defensiva que logró desactivar a la armada argentina, a la que frenó en seco de principio a fin, dejándola con la miel en los labios tras completar ambas un extraordinario torneo (75-95).

Trece años después de su triunfo en el Mundial de Japón, se repitió la historia de aquella final. Solo hubo un equipo sobre la pista, lo que tiene mucho mérito al tener enfrente a un rival que metió miedo a todos sus oponentes, tumbó a Serbia y Francia y llegó con Luis Scola y Campazzo en un estado de forma superlativo.

Ahí estuvo el mérito de los españoles. Secaron a las dos estrellas rivales, se multiplicaron atrás y atacaron con la confianza de un equipo con más experiencia en estas lides, en el que se notaba el trabajo previo de Sergio Sariolo y su equipo.

La tela de araña tejida por Scariolo empezaba a funcionar y la anticipación de sus hombres les permitía robar balones y salir con velocidad.

Como la defensa le funcionaba como ante Italia y Serbia, España disfrutaba sobre el parqué del Wukesong Sport Center, mientras que Argentina no encontraba su juego y, huérfana de Scola y sin rebote (15-26), pasaba sus peores minutos del campeonato (31-43, min 20).

Al verse contra las cuerdas, Argentina tiró de raza. Dos rápidos triples de Gabriel Deck y Campazzo no gustaron a Scariolo, que llamó a los suyos a capítulo, consciente de que si se metían de lleno en el partido, el título podría peligrar.

El último cuarto empezó en la línea de los tres primeros, lo que no variaba el panorama en el pabellón pequinés, hasta que, con casi todo perdido, Argentina apretó en defensa y logró ponerse a doce puntos con siete minutos por delante. Pero no alcanzó.

La selección de Scariolo se dedicó a mover la bola con criterio para sellar un triunfo que pocos imaginaban. Se fue de Pekín invicta y con su segundo Mundial en el bolsillo. La nueva generación supo devolver a España a la cima del baloncesto trece años después.