Cuarenta años de esfuerzo de trabajadores de salud erradican el paludismo en El Salvador

La Organización Mundial de la Salud reconoció a El Salvador como el primer país de Centroamérica en erradicar el paludismo. El país está a la espera de ser certificado por el organismo internacional de salud.

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En noviembre de 2016, El Salvador recibió el premio Campeones contra el paludismo. Foto EDH / Cortesía de OMS/OPS

Por Evelia Hernández

2021-01-24 8:00:10

Luego de cuatro años consecutivos de no registrar un caso local paludismo, El Salvador ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud como el primer país de Centroamérica que está libre de malaria o paludismo.

El trabajo en conjunto de las instituciones de salud y la labor de campo de su personal, así como el de ciudadanos voluntarios para formar parte de los grupos comunitarios de eliminación de la malaria, fue uno de los pilares fundamentales para la erradicación de la enfermedad producida por la picada del mosquito.

“El reconocimiento es por el esfuerzo en conjunto del Ministerio de Salud con su población, particularmente la población de la zona costera, que fueron durante por muchas décadas golpeadas por la malaria, y que tenían constantemente enfermedad y muerte por paludismo. En Honduras y Guatemala, la malaria sigue siendo una causa importante de enfermedad y muerte. No así en El Salvador, porque ha sido eliminada”, manifestó Eduardo Espinoza, exviceministro de Salud, al ser consultado con respecto al tema.

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El Salvador pasó de tener 93,187 casos detectados de paludismo en 1981, a reportar 85 en el 2001, según la Memoria de Labores del Ministerio de Salud.

Desde entonces comenzó la disminución continua (1996-2011) hasta llegar a la fase final, la cual inició en 2011 hasta cumplirse la erradicación total en 2020, según detalla el documento “Eliminación de la Malaria en El Salvador, una Perpectiva Histórica y Epidemiológica”.

El exviceministro de Salud, Eduardo Espinoza, comenta que los municipios donde se reportaron los últimos casos de transmisión autóctona fueron Acajutla, en Sonsonate (10 casos) y Jujutla, en Ahuachapán (3 casos) en 2016.

“Ambas zonas endémicas fueron eliminadas totalmente ese año, no reportándose casos a partir de entonces. Todo ello fue certificado por un equipo de expertos de la OPS (Organización Panamericana de Salud) que continuaron su labor de vigilancia por dos años más, antes de extender a finales de 2018 el reconocimiento a El Salvador de Campeón de la Malaria en las Américas”, menciona el exfuncionario.

Evaluadores de OMS revisan las estadísticas y el historial de casos de malaria, en 2020. Foto EDH / OMS/OPS

La erradicación de la malaria o paludismo fue un esfuerzo de una Red Nacional de Notificación de Vigilancia de la enfermedad, integrada por entre 2,500 a 3,000 colaboradores voluntarios, que eran gente de las comunidades que residían en la zona donde se identificaban los casos de malaria, los cuales eran supervisados por el personal de vectores y de laboratorio clínico (para diagnosticar por medio de gota gruesa el paludismo).

“Esto era una red especial para la vigilancia de la malaria y era una red adicional a los equipos comunitarios de salud. Era de un personal especializado (malaria) de la unidad de vectores que capacitaban estos colaboradores. No recibían salario, estaban motivados por la necesidad de erradicar la malaria de las zonas donde vivían. En su mayoría eran zonas de cultivo de concha, camarones. En la costa, mucha población caía diezmada por el paludismo; por eso se organizó con ellos el apoyo comunitario supervisado por los inspectores sanitarios”, comenta Espinoza sobre el programa para la erradicación de la malaria que venía desde años atrás y que se consolidó con la reforma de salud, según el exfuncionario.

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Además, había una integración de países para desarrollar la iniciativa Eliminación de la Malaria en Mesoamérica y la isla La Española (EMMIE), donde estaban los financiadores y los apoyos estratégicos para la eliminación de la enfermedad, los cuales eran financiados por la fundación Bill y Melinda Gates.

Según explica Espinoza, los factores fundamentales para la erradicación fueron que los colaboradores voluntarios andaban en la búsqueda de pacientes que presentaban fiebre y a todos los que presentaban este síntoma se le sacaba gota gruesa, y cuando se detectaba un caso todos los colaboradores se abocaban a la búsqueda de más casos en la zona y se tomaba la muestra a toda la población que estaba en el área, para poder detectar los casos asintomáticos que podían transmitir la enfermedad.

Evaluadores del Programa Mundial contra la Malaria de la OMS visitaron el país en 2020, para verificar el control de la enfermedad. Foto EDH /cortesía

Sobre el paludismo

La malaria es una enfermedad grave, resultado de la introducción de parásitos que se transmiten a los humanos a través de la picadura de zancudos hembras infectadas e infectantes del género Anopheles. Después de una picada con infección parasitaria, estos microorganismos (llamados esporozoítos) viajan a través del torrente sanguíneo y a nivel de tejidos hasta el hígado, donde maduran y producen otra forma de parásitos, llamada merozoítos, describe la monografía “El Salvador le dice adiós a la malaria”, escrito por Óscar Sánchez en 2019.

Según relata el texto el diagnóstico de la enfermedad puede resultar difícil de reconocer en cuanto a sus síntomas (fiebre intermitente con constantes sudoraciones, escalofríos, paladar o gusto amargo, dolor de cabeza, malestar general, náuseas y debilitamiento), porque pueden confundirse con otras patologías cuyas complicaciones puede provocar la muerte, relata el texto.

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Ante el anuncio que hizo la actual administración de Salud sobre el reconocimiento que hizo la Organización Panamericana de la Salud, el mensaje en redes sociales por parte del ministro de Salud, Francisco Alabí, fue de agenciarse el logro en el año y medio que lleva la actual administración.

“Quien hubiera imaginado que nuestro país obtendría varios reconocimientos a nivel mundial en el área de la salud y enfrentado una pandemia, a poco más de un año y medio de iniciar todas las transformaciones. Con orgullo puedo decir: misión cumplida”, describe el mensaje del funcionario de salud, con respecto a su visita en Ginebra, Suiza.

El mensaje del funcionario desató diversas reacciones del personal de salud, que conoce que el trabajo de la erradicación del paludismo se viene gestando desde hace 40 años.

Y la cual se sustenta en la literatura del documento “Eliminación de la Malaria en El Salvador. Una Perspectiva Histórica y epidemiológica”, publicado en 2016.

Cabe recordar el reconocimiento que se obtuvo en un acto realizado en la sede de OPS en Washington, el 3 de noviembre de 2016, junto a Costa Rica y Surinam, como Campeones contra el Paludismo en las Américas, el cual se estableció en el plan 2016-2020. Y por el cual hubo apoyo financiero para el fortalecimiento de la capacidad relacionados con el paludismo.

Las iniciativas,programas y proyectos de la lucha contra la malaria en la región centroamericana vienen desde la construcción del Canal de Panamá. Desde esa fecha hasta 25 años después, El Salvador era el que más cifras de paludismo reportaba.