Ernesto Espinoza: "Es necesario orientar y educar a la población, sobre cómo disponer las mascarillas"

El Gobierno no ha dado indicaciones sobre qué hacer con los tapabocas después de usarlos. Son necesarios para cuidarnos del COVID-19, pero el daño ambiental está latente.

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Tapabocas en la arena de la bahía del departamento de La Unión. Según la Organización de las Naciones Unidas, 3 de 4 mascarillas usadas irán a parar al mar. Foto EDH/ Insy Mendoza

Por Carlos López Vides

2021-07-19 10:20:13

“Se cuentan por centenares de miles las mascarillas que se descartan diariamente, solo eso ya genera un problema de volumen en cuanto a su disposición final”, por lo que considera que “tendría que haber una campaña” del Gobierno, “porque es necesario orientar y educar a la población, sobre cómo disponer las mascarillas” opina el doctor Eduardo Espinoza, exviceministro de Salud y coordinador de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social (Alames) Margarita Posada en El Salvador.

Esta campaña debería ser “permanente”, indica Espinoza, pues “tendremos pandemia para rato” y el uso de mascarillas se prolongará por años.

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La comunicación podría dirigirse en tres niveles, según el médico: la población en general, el personal del aseo municipal y las personas que trabajan en los centros de recolección, como rellenos sanitarios, sobre cómo procesar estos desechos.

No hay guía desde el Gobierno de qué hacer con las mascarillas de las personas que están con sospecha o confirmación de COVID-19, lamentó Espinoza, y sobre ello explicó que “si hay un infectado de COVID, o recién convaleciente y podría ser infectante, todo lo que utiliza y genera basura deberían ser recolectado en una bolsa, sellarla o amarrarla, y notificar a los trabajadores del tren de aseo”.

Además, Espinoza trajo a cuenta que “los establecimientos de salud ya tienen protocolizado cómo manejar estos desechos bioenfecciosos, hay bolsas de color rojo donde va material de laboratorio, jeringas descartables, catéteres, y ahí van las mascarillas también de pacientes de diversas enfermedades, no solo COVID”. Pero para la ciudadanía en general, que no tiene un rol sanitario o médico, no hay claridad sobre qué hacer.

Algunas personas que llegan a nadar a las piscinas del polideportivo Merliot, en Santa Tecla (La Libertad), dejan las mascarillas en las orillas, hacen su ejercicio y se olvidan de colocarlas en un basurero adecuado. Foto EDH/ Carlos Vides

Como ejemplo, Patricia de Rodríguez, en su rol de administradora de empresas y ama de casa, comentó que en su casa descartan las mascarillas junto a la basura común. No ha recibido ningún tipo de información al respecto, ni del Gobierno u otra institución civil.

“Aquí pasan tres veces por semana por la basura, y ahí las desechamos”, explica Patricia, una acción que es la generalizada en las casas, barrios y colonias del país, así como en centros comerciales, restaurantes, etc. No existe una cultura de descartar las mascarillas en bolsas o depósitos separados del resto.

Ante esto, Patricia considera que “debería haber una campaña” al respecto, pues “solo vemos señalización de que hay que usar la mascarilla al entrar a un lugar, el uso de alcohol gel, la distancia entre personas”; y lamenta que además hay ciudadanos que ni siquiera las ponen en un basurero, sino que “las encontramos en donde circulamos, en el súper... incluso en la colonia, que es cerrada, hallamos mascarillas en el suelo, yo hasta me aparto para no caminar sobre ella, pienso que si la piso voy a traer el virus a la casa, porque no sabemos la procedencia. Falta información de cómo desecharlas”.

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Patricia, su esposo Gustavo y sus dos hijos han optado por usar mascarillas KN o quirúrgicas y no usar de tela, una práctica que está muy generalizada en el país. Consideran que las de tela no ofrecen suficiente protección, algo que confirman distintos médicos consultados al respecto; sin embargo, la OMS ha dado un lineamiento sobre las características que puede tener un cubrebocas hecho con telas y que sea eficiente para evitar contagios.

Aquí, un gráfico explicativo como guía práctica:

Sobre estas mascarillas de tela y reutilizables, el doctor Espinoza comentó que “no todas las telas tienen esa capacidad de filtrar. El Ministerio debería dar una pauta técnica, y decir que tipo de tela, que puede ser de mayor acceso a la población”, para que la ciudadanía sepa cuál usar.

Para el medioambientalista Ricardo Navarro, debería promoverse mucho más el uso de este tipo de mascarillas de tela que sean seguras, y los fabricantes podrían explorar más el uso de material biodegradable para la producción de los tapabocas de forma industrial.

Parque municipal de Ahuchapán. Los parque son lugares comunes donde se pueden encontrar mascarillas tiradas en el piso por ciudadanos irresponsables. Foto EDH/ Cristian Díaz

En su caso, como presidente de CESTA Amigos de la Tierra, Navarro explicó que “tenemos un recipiente solo de mascarillas, que después vamos a consultar con la unidad de salud, o el ISSS, qué se puede hacer con eso, porque no lo combinamos con los otros desechos. Están en un recipiente aparte, porque consultamos y así nos instruyeron las autoridades de Salud. Pero eso debería ser información pública y repetida con insistencia a la población, para que se tome este comportamiento”.

¿Qué pasaría si la ciudadanía comenzara a desechar en bolsas aparte las mascarillas? Espinoza recordó lo que ya ocurre con ese tipo de desechos desde los establecimientos hospitalarios “hacia los rellenos sanitarios donde se procesan, que no son todos, tienen que tener un protocolo especial para disponer los desechos bioenfecciosos. (El relleno de) Nejapa lo tiene, incluso espacio para desechos más contaminantes, como residuos órganos que han sido extirpados, de personas en accidentes, etc.”, detalló la fuente médica.

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