Gobierno provoca una nueva aglomeración por reparto de víveres

En medio de la pandemia, unos mil vendedores del Sagrado Corazón y ambulantes hicieron cola en el mercado para recibir alimentos, sin respetar la distancia.

Vendedores del mercado Sagrado Corazón se aglomeraron para recibir la ayuda

Por Jessica Guzmán

2020-08-03 5:40:19

La entrega de víveres que organizó el domingo la Dirección de Reconstrucción del Tejido Social provocó la aglomeración de vendedores que esperaban con ansias recibir un paquete de alimentos, ya muchos dijeron que no tienen ni qué comer por el cierre con la cuarentena, debido a la pandemia.

“Yo vendo aquí en el mercado donas, ropa y así voy pasando, pero ahora la situación es difícil y hay que venir aunque sea a vender para pasar el día. Con esta entrega hoy nos dimos cuenta, y pues ha estado fluido pero sí tenemos un poco de temor de enfermarnos, pero como ni vendemos, aquí estamos esperando que nos den aunque sea eso”, manifestó María Rina Espinoza, vendedora en el mercado.

Daniela Amaya, otra comerciante del mercado y una de las gestionadoras de ayuda para los vendedores explicó que ella, junto a su madre y otra colega, han tenido que buscar ayudas para los comerciantes, ya que muchos no tienen ni para pasar el día, y lograron que esta dirección del gobierno les donara esta vez cerca de 500 paquetes. Sin embargo, en el mercado solo de vendedores fijos son 1,900, más los ayudantes de cada puesto.

Aglomeración y sin medidas de distanciamiento por entrega de paquetes en el Centro Histórico

Los comerciantes se aglomeraron para recibir un paquete de alimentos en la zona del mercado Sagrado Corazón. Foto EDH / Jorge Reyes

“Nosotros gestionamos esta ayuda con el gobierno central, porque la alcaldía de San Salvador nos ha bloqueado la ayuda. Hoy queríamos ordenar a las personas para que se tomaran todas las medidas y hacer dentro del mercado el distanciamiento social debido, pero Roberto Suria, un señor que en la alcaldía de Gerencias de Mercados está como colector de la alcaldía, nos tapó y nos dijo que no podíamos ordenar a la gente en el mercado”, manifestó Amaya.

La repartición se llevó a cabo en el parqueo del mercado Sagrado Corazón, en donde los comerciantes hicieron cola por más de dos horas pero sin guardar el debido distanciamiento físico, por más que tanto Amaya como otras colaboradoras trataban de ordenarlos.

A pesar de que los organizadores de la entrega de víveres trataban de propiciar el distanciamiento físico entre los comerciantes, esto no fue posible. Foto EDH / Jorge Reyes

Sin embargo no tuvieron apoyo de la Alcaldía de San Salvador, y tampoco suficiente respaldo de personal del gobierno central para poner orden y evitar lo más posible los riesgos de contagio.

Amaya cuestionó la actuación de la comuna capitalina, ya que además de no ayudarles con víveres, pese a que todos los impuestos que pagan los comerciantes en ese mercado suman $30,000, también les están cobrando $1 por persona cada día para “desinfectar”.

Resignación

Muchos de los vendedores expresaron resignación, unos por recibir aunque sea una pequeña ayuda, otros porque ni siquiera piensan ya en la venta que pudieran haber tenido en las fiestas agostinas, ya que la COVID-19 les ha quitado a familiares y otros porque los víveres no fueron suficientes.

“Hemos salido adelante como hemos podido y ahora ya ni hay alegría porque muchas familias hemos perdido a seres queridos, yo perdí a mi padre, yo creo que no fue COVID, pero con ese protocolo lo enterraron. Ahora con la venta, pues ha bajado bastante, aquí solo con la ayuda de Dios; si usted ve todos los que estamos aquí somos de escasos recursos”, dijo Manuel Rivas, quien tiene 30 años de vender en este mercado capitaliano.

Por su parte, Cristina Brenes llega desde Apopa al centro a vender de forma ambulante y no pudo obtener ua paquete de víveres. Cuestionó que ella, como otros en igual condición, no tienen quién los represente en esta situación.

No es la primera vez que una entrega de víveres por parte del Gobierno genera una situación de riesgo de contagio. A principios de julio, otra entrega de alimentos en el Centro Histórico se llevó a cabo sin medidas de distanciamiento.

Vendedora: “Tenemos un poco de temor de enfermarnos, pero como ni vendemos, aquí estamos esperando”