Tras ocho meses de circulación del SARS-Cov-2 en el país, los pacientes y médicos del hospital Rosales resienten las pérdidas de médicos especialistas y pacientes que fueron víctimas de un sistema de salud que se dedicó a la atención específica de la pandemia y ahora piden que de darse una segunda ola de casos, ese centro médico sea usado de una forma diferente a cuando la mayoría de áreas de hospitalización fueron para atender a pacientes con la nueva enfermedad.
Ante la alta demanda de pacientes positivos al virus, el Rosales adecuó salas y Unidades de Cuidados Intensivos e Intermedios para la atención de pacientes con COVID-19, lo cual produjo una disminución de un 50% en los servicios de salud que brinda a pacientes con enfermedades crónicas.
El Rosales dejó de recibir 2, 617 hospitalizaciones durante nueve meses, al comparar con los registros del año pasado.
Aunque las atenciones disminuyeron, las muertes aumentaron. De enero al 30 de septiembre se registraron 2,453 decesos. En el mismo lapso del año pasado fueron 2,003 muertes hospitalarias, lo que implica un alza de 450 decesos más este año.
En siete meses, el hospital solo cumplió con el 51.50 % de las consultas médicas programadas, según registro oficiales del Rosales. Mientras que la Cirugía General se logró atender el 30.43% de lo programado.
En las subespecialidades de Medicina, de las 59,106 consultas programadas, se atendieron 35,307; de las cuales, el 14.33% fueron atendidas por Cardiología, Endocrinología y Hematología cada una el 11.94%, Nefrología y Neurología cada una atendió el 10.33%. El 41.13% fueron atendidas por las 11 subespecialidades restantes.
De las otras consultas, se realizaron 5,499 de las 14,352 programadas para el primer semestre, que corresponden al 38.32%, “la disminución en el cumplimiento de la meta corresponde a los efectos de la atención por la pandemia por COVID-19”, detalla la Evaluación Semestral de Resultados del Hospital Rosales.
Tanto el Sindicato de Médicos del Hospital Rosales (Simehr) y asociaciones de pacientes con enfermedades crónicas, como cáncer e insuficiencia renal coinciden, que la falta de atención de controles, cirugías, falta de transporte colectivo y el confinamiento obligatorio desató el incremento de muertes en personas con enfermedades crónicas.
“Expresamos que la estrategia, para nosotros fue equivocada de construir un mega hospital , como el pensado en el CIFCO. Pedimos liberar de atención de pacientes COVID-19 a los hospitales especializados como el Rosales. Ya que la utilización de estos han dejado sin tratamiento a otras patologías médicas y quirúrgicas que normalmente atiende y que está causando muchas muertes en dichos pacientes”, expuso el sindicato.
La atención de pacientes crónicos debe ser tomada a la brevedad posible, pero cumpliendo las condiciones de protección del personal de salud y de los pacientes, expusó el doctor Rodolfo Canizalez, del Simehr.
Marcela Carrillo, de la Fundación Edificando Vidas, manifiesta que están a favor de la petición que en el hospital Rosales sea declarado como centro de salud no COVID-19.
“Hay pacientes a los que se les suspendió cirugía, personas que están pendientes de un diagnóstico, hay mucho paciente con cáncer, pacientes con diabetes, pacientes que tienen miedo… Lo que se está jugando ( hospital Rosales) es la vida de los pacientes crónicos que han luchado por años contra un padecimiento. Y hemos ganado con los tratamientos calidad de vida y ahora por la pandemia, nosotros hemos sido relegados a un segundo plano. Nosotros solicitamos que ya no se ocupe el hospital para eso, porque hay más muertes por cáncer que por COVID”, sostiene Carrillo.
Sin embargo, el intensivista, Carlos Godínez , de la UCI General del Rosales, opinó que las políticas de atención a pacientes son realizadas por autoridades de salud que responden a prioridades y recursos que se tienen para atender la demanda por la pandemia, y advirtió que el Rosales tiene el recurso humano especializado y la tecnología adecuada que es vital ante la amenaza de una segunda ola de contagios por coronavirus.
“Se ha inaugurado un hospital enfocado a atender pacientes enfermos con COVID -19, el cual debe fortalecerse para que pueda atender la mayor parte de estos pacientes, incluso los que tengan otras complicaciones, sin embargo eso no excluye que todos los hospitales seguirán recibiendo pacientes con COVID-19, por lo que debe tenerse un plan de acción en cada hospital, incluso si no se designa como hospital COVID, el plan orientado a la detección de casos en la emergencia o en los servicios y su atención”, manifestó.
Según declaraciones de médicos y pacientes, en el hospital aún hay servicios de salud que no se han restablecido en su totalidad sus funciones, por lo cual argumenta que es importante que las autoridades del hospital en conjunto con el Ministerio de Salud evalúen las condiciones y generen una alternativa de atención para los enfermos que han perdido sus controles y procedimientos quirúrgicos.
Norma Leticia Alvarenga, de la Asociación de Pacientes Renales del hospital Rosales, explicó que las afectación a los pacientes con insuficiencia renal derivada de la cuarentena obligatoria y las atenciones por COVID-19 en el Rosales les trajo muchas dificultades, entre estas, pacientes que reciben hemodiálisis se contagiaron en el nosocomio por el nuevo virus.
“Tuvieron que abrir un turno extra para los pacientes renales positivos al virus para que recibieran su tratamiento y hubo bastantes que lastimosamente fallecieron, un estimado de 30 pacientes con insuficiencia renal que por su condición de salud con defensas bajas y otros que se contagiaron del virus”, lamentó Alvarenga; sin embargo, advirtió que actualmente la demanda de atención de pacientes con insuficiencia renal para tratamientos de hemodiálisis supera la oferta que da Nefrología del Rosales.