En un nuevo caso de discriminación, seis profesionales de enfermería que laboran en un hospital nacional del Gran San Salvador, en donde se atienden pacientes con COVID-19, fueron obligados anoche a abandonar una vivienda por parte de un grupo de vecinos, bajo el argumento que podían contagiarlos.
Este hecho ocurrió en una vivienda ubicada un caserío, sobre la calle a Huizúcar, propiedad de una de las personas de enfermería.
Con un nudo en la garganta, una de las enfermeras, quien pidió reserva de identidad por temor a represalias, expresó que habían llegado a habitar la propiedad hace aproximadamente cuatro días, para aislarse de sus familias, dado que están en primera línea de atención a pacientes afectados por la enfermedad.
En forma previa, la dueña de la casa y sus colegas la habían acomodado para trasladarse temporalmente, ya que el inmueble había permanecido vacío por algún tiempo.
Los profesionales, entre técnicos y licenciados en enfermería hospitalaria, fueron abordados e increpados por varios vecinos cuando regresaban de sus labores.
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“El hombre que es encargado de la directiva dijo que la vecindad estaba preguntándole a él por que nosotros estábamos viviendo ahí, que los íbamos a contaminar. Yo le dije, señor, nosotros tenemos las pruebas de que estamos negativas”, explicó otra de las personas de Salud, tras insistir que también se omitiera el nombre del centro en el cual laboran.
De acuerdo a lo expuesto por los profesionales, una de las habitantes les dijo que ellos iban a llevar el virus en la suela del calzado porque este vive tres horas. A pesar de que el personal de enfermería explicó que cuando se retiran del hospital les desinfectan los zapatos, la ropa y hasta los carros, el razonamiento no fue aceptado.
Los residentes argumentaron que si los enfermeros resultan positivos ellos también serán puestos en cuarentena, como habría ocurrido con un caso en Santo Tomás, sin embargo, el personal sanitario les aseguró que eso no podía ocurrir porque en este caso no mantenían ninguna interacción cercana.
La situación llegó a punto tal que él personal de Salud tuvo que pedir ayuda de sus jefes, quienes gestionaron para que agentes de la Policía llegaran al lugar en carros patrulla para ayudarles a salir de la zona.
“Como teníamos dos carros, el de mi compañero y el mío, ahí metimos todos los tanates y nos venimos para el hospital, a un lugar que han hecho para que descansemos los que trabajamos las 24 horas”, comentó.
Los enfermeros están preocupados y no conciben cómo puede ser que estén siendo discriminados cuando la situación que se vive no es su responsabilidad, y solo están tratando de cumplir su deber, ayudar a otros.
“Imagínese usted, a esa gente yo les he trabajado inyecciones, les he ayudado, y hoy con lo que me salen”, comentó la propietaria quien al final de esta entrevista rompió en llanto al recordar la forma en que los trataron sus vecinos porque aunque no llega con uniforme conocen de qué labora.
“Por qué nos discriminan si nosotros no tenemos culpa del momento que estamos viviendo. Cómo va a creer que nuestra intención es hacerle daño a la gente, y al estar positivo no andamos caminando ahí, si para eso nos hacen los exámenes”, agregó al tiempo de lamentar lo insensible que pueden ser las personas.
Otro grupo de enfermeros y enfermeras del Hospital Nacional de la Mujer Doctora María Isabel Rodríguez, también se han visto obligados a mantenerse en el centro hospitalario, debido a que ellos vienen del interior y no los quieren traer en los transportes públicos.
“Esa gente se fue a traer y se les dio un albergue en el hospital, en donde se albergan las mamás de los niños prematuros”, comentó una fuente de dicho nosocomio.
En las últimas horas se conoció que el Ministerio de Turismo fue instruido para que se contraten hoteles, para que el personal de Salud que está combatiendo el COVID-19 se hospede en forma gratuita.
La indicación gubernamental es que el personal sanitario que utilice esos hoteles también reciba gratis alimentación.